miércoles, setiembre 03, 2008
Lecturas II – Bochinche en el Barrio
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En el semanario de actualidad Caretas se publica Artes y Ensartes, la columna de Luis Lama, quien en su momento fuera director de las Bienales de Lima y de la Sala Miro Quesada Garland de la Municipalidad de Miraflores y en la actualidad es director de la escuela de arte Corriente Alterna, a la vez que curador y crítico. Sus notas suelen concretarse en el repaso de las exposiciones recientes en Lima y de vez en cuando aborda cuestiones relacionadas con el cine más reciente.
En relación a estos artículos hay varias cosas que llaman la atención. Su tono sancionador y concluyente pensado más para lograr la adhesión -o el rechazo- que para hacer pensar al lector; la insistencia en valorar hiperbólicamente artistas, obras y muestras y no tanto en hacer referencia a procesos o dirigir miradas de mayor calado al contexto; y el brillo que le suele sacar a los nombres más relevantes de su escudería. Añádasele el reparto de bendiciones y admoniciones a galeristas alternado con coscorrones a curadores, pullas para con artistas y dimes y diretes con instituciones entre otro variado repertorio.
Sin embargo traigo a colación su columna del pasado 21 de agosto, Juntos y Revueltos por otras razones que no tienen tanto que ver con lo más arriba expuesto. En la mencionada nota Lama, amén de otros asuntos, aborda la reciente polémica que enfrentó al artista Jesús Vílchez con el curador Emilio Tarazona y que puede consultarse en este blog. En relación a la trifulca sorprende ver cómo Lama en vez de intentar clarificar y situar lo sucedido razona de una manera bien alambicada, obviando el reconocer las tensiones y conflictos que más allá de la anécdota personal están al fondo de los agravios.
Repasemos el juego de muñeca y los malabares que despliega el comentarista. Arranca con palo a Emilio Tarazona con quien mantiene un contencioso a raíz de la exposición que este le curara a Víctor Delfín hace un tiempo. Le sigue a continuación un intento de congraciarse con el “débil” de la pelea, esto es Vílchez, dándole ánimos y atizando de nuevo la idea de censura. Luego, en un confuso razonamiento en base a una cadena de supuestos y a un lejano precedente, intenta sembrar cizaña entre el curador y la institución que acoge la muestra. Al final y como quitándole el caramelo de la boca a la víctima del agravio, la cita de un correo de Miguel López le sirve para poner las cosas en su sitio, esto es en el ámbito de la decisión curatorial denotando un evidente espíritu de cuerpo, su gusto por la vuelta al orden y todo ello sin tener que darle la razón a Emilio Tarazona.
Más que pescar en río revuelto, Lama revuelve el río para que nadie pesque en él, toda una habilidad donde la haya en una ámbito con tantas cosas que decir como es el de la escritura sobre arte en el Perú.
Ahí va el mencionado fragmento:
- Después de la apología a Víctor Delfín, el ….versátil Emilio Tarazona hace una muestra sobre accionismo en el Perú. Ahora ha creado un problema al omitir –¿censurar?– a Jesús Vílchez, un artista que merecía estar dentro de esta antológica. No creo que P.P. Alayza haya intervenido aunque me consta que hay trabajos que el ICPNA prefiere omitir, como ocurrió con el Abismael Guzmán de Cristina Planas en la Bienal, por temor a las reacciones que podrían ocasionar. De haber sido así Tarazona debió ir a otro espacio o cancelar la exposición, porque el ICPNA tiene el derecho de exhibir lo que considere conveniente. Con un exceso de opiniones disparadas por internet, el único que ha tenido la lucidez de sustentar una opinión irrebatible ha sido Miguel López al afirmar: “…todos los curadores del mundo serían ‘censores’, y yo mismo tendría que denominar mi trabajo curatorial como una ‘censura permanente’. Pero eso sería ir claramente en contra de un derecho fundamental del sujeto que es la elección libre de sus efectos e intereses. Ya que, repito, aquí no estamos hablando de un ‘servicio público negado’ al Sr. Vílchez y su obra, sino de una selección radicalmente subjetiva y particular sobre el arte reciente”.
jueves, agosto 14, 2008
Censura, exclusión, visibilidad, público, privado, prácticas democráticas...
Pese al limitado alcance que implica intercambiar ideas por correo electrónico creo que las reflexiones finales, en torno al marco legal y las formas de regulación pública en el campo del arte, son profundamenta significativas, temas que han escapado constantemente del debate crítico nacional. Aquí ya no se discute únicamente sobre una determinada subjetividad curatorial que pone en juego sentidos específicos, sino sobre el marco de poder hegemónico y las formas de producción de enunciados y contraenunciados frente a esa hegemonía, repensando también qué tipo de vínculo existe entre el espacio de producción artística y la consolidación pública de prácticas democráticas -no obstante, cabría preguntarnos aquí también que noción de 'lo democrático' asumimos-. ¿O es que acaso no el arte no es, en tanto plataforma potencial de desarticulación y rearticulación de discursos, una posibilidad tangible de intervención política, y por ende, capaz operar directamente sobre la política democrática? Y me parece significativo que una exposición que versa precisamente sobre una práctica artística que es esencialmente irruptora permita discutir aquí los límites de aquello que se está dando a ver y aquello que no. Preguntarnos por esa gestión de lo visible es clave, ya que es sobre ese marco que la política existe, y es ante esa estructura que el arte precisamente responde.
m.
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De: jesús vilchez <latransgresion@yahoo.es>
Asunto: CENSURA EN FESTIVAL ARTE ACCIÓN 2008
Fecha: lunes, 11 agosto, 2008 15:38
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De: Emilio Santisteban <emilio@emiliosantisteban.com>
Asunto: Re: CENSURA EN FESTIVAL ARTE ACCIÓN 2008
Fecha: lunes, 11 agosto, 2008 23:39
Jesús, si hablamos de censura (y no de exclusión), la cosa es distinta, muy distinta. Habrá que esperar las respetuosas explicaciones de Emilio Tarazona sobre los motivos por los que no incluyó ese trabajo específico que mencionas. Las disculpas del caso, que seguramente se darán, por la ira con que fueron ciertas respuestas (de ambos lados). Luego, creo que me has comprendido mal: reafirmo que un artista que trabaja en serio no debe ocuparse (ni preocuparse) por el espacio que le dan o no desde iniciativas privadas de criterio propio (incluirte en una muestra, en una publicación, en una colección, etc.), y en todo caso la mejor forma de luchar contra silenciamientos sistemáticos (ese sería el caso de una censura) es en el propio trabajo, en la persistencia de la propia obra y en la generación autogestionaria de espacios de poder simbólico y dominio de lo público. Un buen ejemplo de ello fue precisamente Se Vende Se Alquila de Lalo y ustedes, el equipo que ahí estuvo. Hubiera sido muy distinto si tu primer mail explicara la obra que ahora señalas como censurada, y las razones por las que lees en su no-inclusión un intento de sileciamiento, en vez de escribir encolerizado que a tí en lo personal te están excluyendo (concepto que, como sabemos, corresponde a la exclusión del acceso a un derecho administrado desde lo estatal). Estoy plenamente dispuesto a colaborar si propones un espacio de presentación de la obra en cuestion (porque en dicho caso no hablamos de trayectorias ni carreras personales, sino del discurso artístico en sí mismo). Hagamos que la cordura y el debate de ideas se imponga a los egos, diatribas, ofensas y burlas, vengan de quien vengan.
Un abrazo,
E.
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De: Herbert Rodríguez <herbertperu@yahoo.com>
Asunto: Re: CENSURA EN FESTIVAL ARTE ACCIÓN 2008
Hola Jesùs, estaba dándole vueltas en mi cabeza a tu correo y pensando si enviarte algún comentario... y bueno, aquí me ves escribiendo. La primera idea era acerca de si tu reclamo era por la forma como se expreso Emilio al responder que no ibas a estar incluido en la expo o si el tema era por ser excluido. Lo primero, si es así oe, hay que escuchar a ambas partes, si pues no esta bien ser áspero en la comunicación de decisiones de este tipo, y veras que aquí se abre un montón de posibles reflexiones, ¿es un asunto de decirlo con cortesía muchas veces asociado a un trato mas bien hipocritón? o quizá el tema es que no debió de responder por teléfono sino convocar a una reunión con los artistas que habían enviado su material y explicar razones de inclusiones o exclusiones de artistas en la muestra? o muchas otras variables...Habla Emilio y demás curadores, establezcamos criterios de buen trato, no solo de cortesía sino de objetivos y metodologías explicitas; no somos un medio cultural que brilla por la transparencia en las decisiones que se toman, y esto lo digo porque es verdad que las susceptibilidades asociadas a la desconfianza son parte de la convivencia artistas e instituciones.
En lo segundo, no ser incluido a la expo, ya de arranque considero que tu obra si tiene el merito para ser consignado en una memoria del accionismo, recuerdo mucho la imagen de fujimori en la sala oscura del Palais Concert en la que habías colocado un mesa con pescado podrido... Por eso la idea que me surgió sobre el tema incluidos - excluidos es que seria inteligente que los curadores consignaran todo en una especie de registro de base - archivo de documentación- y que establezcan criterios para destacar tal o cual obra -lo que va en salas- con un criterio informado, es decir, indispensable conocer toda la actividad artística realizada no solo el entorno cercano o hasta donde llego el tiempo de investigación que muchas veces depende del presupuesto o dinero que hay. Lo que queda en un libro o catalogo de una muestra tipo salas del ICPNA se reproduce interminablemente como la idea valida en un país sin actividad académica autónoma. La última idea era que cada artista considere su visión como una historia -h minúscula, las voces múltiples- legitima al mismo nivel que la Historia con H mayúscula o la voz de la hegemonía.
Herbert
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De: Jesús Vilchez <emilio@emiliosantisteban.com>
Asunto: UN INSOLENTE DIA PARA EL ACCIONISMO EN EL PERÚ
Fecha: martes, 12 agosto, 2008
BRINDIS DE HONOR
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De: miguel lópez <miguel.lopezl@gmail.com>
Asunto: Re: FW: CENSURA EN FESTIVAL ARTE ACCIÓN 2008
Fecha: martes, 12 agosto, 2008 15:47
Hola a todos,
volveré a intervenir porque considero que hay varios conceptos puestos en juego que merecen ser discutidos más a profundidad. Uno de los aspectos que me preocupan en esta discusión es que el papel del curador empieza a tergiversarse. Jesús Vilchez reclama su ausencia en una exposición que Emilio Tarazona tenía su cargo. El trabajo de un curador allí (independientemente de quien se trate) implica ver, analizar y elegir un conjunto de piezas o acontecimientos que sirven para articular un discurso sobre la producción reciente; es decir, la puesta en escena curatorial implica necesariamente un tramado afectivo de conceptos que uno considera significativos por distintas razones. Está claro que toda elección implica en sí misma una omisión: es imposible abarcar en una exposición todas las obras y experiencias en una misma vía, y además de imposible sería improductivo, porque el sentido crítico de la curaduría está precisamente en una selección que permita detonar otras discusiones.
Existe allí una concepción mítica y errónea del papel del curador. Su trabajo no es en ningún sentido 'objetivo' ni pretende serlo. Y pensar que la facultad que tiene un curador de optar por un trabajo frente a otro es 'censura' me parece una consideración profundamente perversa, además de inaudita. No se puede poner en un mismo nivel el ejercicio de selección en el cual se funda toda curaduría, con lo que podríamos llamar 'censura', como la que operó el Estado en contra de algunos dibujos de Piero Quijano al impedir que se mostrasen en la Casa Mariátegui; o en otra situación donde un entidad pública (la municipalidad de san isidro) les impidió mostrar a Lalo Quiroz y Coco Polar unas obras previamente aceptadas en el Festival de Arte Contemporáneo Plataforma, para luego apropiarse de su frase para fines de propaganda del distrito.
Jesús Vílchez asume que su trabajo ha sido "censurado" por ser "teórica y estéticamente una transgresión", y pienso que ello podría ser totalmente razonable en un caso donde, por poner un ejemplo, las autoridades del ICPNA hayan intervenido en el trabajo autónomo del curador impidiéndole mostrar algo que el curador hubiese querido, entre muchas otras posibles situaciones. Es decir pongamos la figura hipotética que Pedro Pablo Alayza haya bajado a las salas y hubiera dicho: 'Ese trabajo no va y se quita inmediatamente'. Pero aquí estamos hablando, e interpreto el primer mail de Vílchez, que el curador le dijo por teléfono que su obra no iba a estar en la exposición -ante una llamada del artista "para consultar si algo de su trabajo iría en el montaje"-. Entonces, llamar a esa decisión personal de un curador -sea quien sea- como 'censura' es tergiversar la propia idea de curaduría y la propia noción de censura.
De hecho, si realmente existiera censura ahora o más adelante en la exposición corresponde a todos denunciarlo. Y también cabe decir que no es nada difícil ver las obras de Vílchez: solo se va a Youtube, se pone su nombre y sale una lista de performances suyas en la ciudad de Lima que están allí dispuesta para la mirada pública sin ninguna restricción. Pero el hecho que un curador -sea quien sea- no elija su trabajo para una determinada exposición, en una entidad privada, no puede ser tan facilista causal que permita llamarlo 'censor'. Como bien señaló Emilio Santisteban no estamos hablando de un 'servicio público' sino de un proyecto independiente que intenta revisar el accionismo reciente desde una mirada particular.
Pero creo que a Vilchez le importa poco discutir los criterios de la exposición y solo quiere defender ciegamente su inclusión en una exposición que ni siquiera ha visto! (ya que se inaugura recién hoy). Y me parece bien que cada uno defienda su propio lugar en el campo del arte, y la posición que considera que merece, pero que ello no nos lleve a deformar ciertas nociones como las antes expuestas.
En tal caso todos todos los curadores del mundo serían 'censores', y yo mismo tendría que denominar mi trabajo curatorial como una 'censura permanente'. Pero eso sería ir claramente en contra de un derecho fundamental del sujeto que es la elección libre de sus afectos e intereses. Ya que, repito, aquí no estamos hablando de un 'servicio público negado' al sr. Vilchez y su obra, sino de una selección radicalmente subjetiva y particular sobre el arte reciente.
Afectuosos saludos a todos,
m.
pd.- espero que mis comentarios sean leídos en función de los argumentos expuestos y no descalificados burdamente como una 'defensa' de alguien en particular. no defiendo a nadie. por el contrario, considero importante discutir sobre lo que está sucediendo.
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De: Augusto del Valle <delvalle.augusto@gmail.com>
Fecha: martes, 12 agosto, 2008
Hola a todos
Es importante la intervención de Herbert Rodríguez, pues establece matices entre lo que puede ser el vínculo entre artistas, curadores e instituciones y el caso específico de la muestra de Emilio Tarazona.
En mi opinión, lo que le está pidiendo a todos es que logren mantener una tensión reflexiva entre este caso particular, específico, y un planteamiento que nos permitan discutir lo que podríamos denominar genéricamente bajo la etiqueta de "poder institucional". Al menos así quiero leerlo. Me explico. Ninguno de los que discute salvo Jesús Vílchez y Emilio Tarazona pueden saber los detalles y pormenores de esta, voy a llamarla de algún modo, "relación frustrada" entre artista y curador. Por mi parte, a partir de los mails que empezaron a llegar hice una inferencia sobre su metodología, que Tarazona dice ahora que es válida pero solo parcialmente, sin antes calificarla de errática. La cuestión es que si alguien se siente censurado o excluido, entonces tiene todo el derecho de manifestarse, incluso, estaría tentado a decir que está en la obligación de hacerlo. Es natural apasionarse y reaccionar a lo que así lo exige. El problema se da cuando queremos argumentar y nos dejamos llevar por nuestros puntos ciegos, ¿quien no se contradice de vez en cuando?
Santisteban nos ayuda bastante con su distinción entre lo público-estatal y lo privado. En síntesis nos alerta de algo que está pasando desapercibido. Se refiere a los espacios que funcionan con dinero público, por ejemplo, la galería Miró Quesada de Miraflores o las salas del Centro Cultural San Marcos, entre otras. Santisteban quiere que nos demos cuenta que ese solo hecho ya marca una diferencia con las salas de entidades privadas como lo son las del ICPNA o las de alguna galería tipo Lucía de la Puente, u otras. Esta diferencia es fundamental. Nos deja ver con claridad cuando -de un modo concreto y en el marco de la ley peruana- podemos acceder al reclamo ciudadano por nuestros derechos. Las entidades públicas y más aún sus gastos están regulados por ley del Estado peruano, nos dice. Traducido esto al lenguaje de las practicas artísticas esto quiere decir que todo apoyo a proyectos artísticos -y dar la sala a una exposición de un artista x a un grupo w, lo es- nunca debe ser a dedo. Al menos no en este tipo de plataformas, nos dice. Quizá sea duro admitirlo, pero de facto, las cosas funcionan de otra manera en Lima y en nuestro país. Sin embargo al ser los proyectos artísticos cualitativamente distinto a, por ejemplo, un programa social o una carretera, la discusión sería aquí ver en qué momento se establecen reglas públicas que los regulen. Nuestro espacio social aún no ha alcanzado la madurez para discutirlo, al menos eso creo. Sería excelente que eso ocurriera.
En cambio para las entidades privadas, es diferente. Santisteban no lo dice, pero, en verdad, las entidades con financiamiento privado funcionan con la lógica de la publicidad, del mercado y del Capital, en síntesis, del espectáculo. El neoliberalismo durante toda la época de Fujimori nos ha hecho creer que no hay nada más natural; y que de hecho, tampoco puede ser de ninguna otra manera.
Por eso es que cuando se trata de instituciones privadas y de curadores que trabajan en un proyecto de las mismas, como en este caso, el reclamo por los derechos de los artistas se ve afectado -digámoslo así- por esta situación de partida: ciertas jerarquías de orden privado sujetas a criterios subjetivos. De todas maneras, uno también podría preguntarse, por la validez de tales criterios subjetivos, o, incluso, por los derechos de los curadores a ejercer el poder que detentan. Miguel López está vivamente interesado en discutir cuales son esos criterios subjetivos de los curadores y creo que eso abre el juego de la discusión aún más y la enriquece. El año pasado en el Centro Cultural de la Universidad Católica hubo un seminario internacional de curaduría, y recuerdo bien que en el folder que repartían a los participantes había una frase que definía a la curaduría metafóricamente como "el arte de excluir e incluir" obras, artistas, etcétera, con vistas a establecer límites que den forma a un proyecto artístico cualquiera. Pero ojo que aquí la exclusión o inclusión se trataba de un proceso de selección en el tiempo.
Si partimos de la idea de que lo que nos interesa es expandir un criterio de arte que afiance credos y prácticas democráticas, creo que resulta de primera importancia detenernos un momento para debatir el sentido mismo de las inclusiones y exclusiones curatoriales, más aún hoy en el marco de una discusión que ha vuelto a comenzar, esto es, la necesidad de gestores y de un Ministerio de Cultura.
Augusto del Valle C
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De: Emilio Santisteban <emilio@emiliosantisteban.com>
Asunto: Re: UN INSOLENTE DIA PARA EL ACCIONISMO EN EL PERÚ
Fecha: martes, 12 agosto, 2008
Disculpa Jesús que me refiera sólo muy brevemente al la no inclusion de tu trabajo en la muestra curada por Emilio Tarazona que abre esta noche; pues los comentarios de Herbert y de Augusto más abajo me invitan a extenderme en reflexiones que considero trascendentes al caso específico.
Si bien me parece, a partir de los hechos conocidos, que puede deducirse que no se trata de un caso de exclusión (y probablemente
tampoco de censura, aunque eso no ha de descartarse a priori sin evaluar el caso bien), sino simplemente de una no consideración
-errada o no- de la obra de un artista para una muestra, si se han hecho públicas muchas y muy graves faltas de respeto, de una y otra parte. Iras, insultos, burlas, ironías, sarcasmos... que dejan muy mal parado a nuestro gremio en referencia al grado de profesionalismo con que se dan las relaciones, además de en lo referido a cualidades y valores personales. Ofensas que faltan al respeto personal y profesional tanto como al respeto de la libre expresión (y ojo, la decisión de una curaduría específica es también un acto de libertad de expresión ¿o acaso sólo los artistas tenemos ese derecho, mientras los curadores deben ser el eco de lo que hacemos? Me parece absurdo no considerarlo). Valga la ocasión para empezar a establecer, a fuerza de costumbre, una suerte de "estatuto ético" de procedimientos de trabajo.
Esto último viene a cuento porque la lectura que hace Augusto de mis comentarios sobre la diferencia entre exclusión y decisión privada de selección me hacen caer, cual Coyote del Correcaminos, sobre los cactus de otra categoría: La Corrupción. Si bien es cierto que organismos supranacionales de corte economicista neoliberal como el Banco Mundial definen la corrupción como el empleo del poder público para beneficio privado propio, otras instituciones supranacionales ocupadas más en temas sociales, de Derechos Humanos y éticos como Transparencia Internacional, definen la corrupción como el uso de cualquier poder delegado en beneficio propio.
Es muy sencillo deducir que en el caso de la corrupción en el Estado calzaría la hipótesis de cualquier decisión sistemática que, por
ejemplo, promueva exclusiva o preferiblemente la obra de artistas incluídos en la cartera curatorial personal privada o en una colección particular, con los beneficios económicos y profesionales ilícitos que de ello derivarían (como si un funcionario del Ministerio de la Producción que es industrial arrocero dirija sus actividades casi solamente a dicho producto... lo que lo llevaría a la cárcel sin dudas posibles); pero la corrupción en cualquier poder delegado más allá de lo público implica que también instituciones privadas como el Icpna pueden alojar funcionarios corruptos si éstos emplean sus facultades decisoras para beneficiarse... pero ¿es el caso Tarazona? No, definitivamente no lo es ni nada que se le parezca; por una muy simple razón: desde el punto de vista técnico, Emilio vendría a ser lo que en lenguaje institucional (estatal o privado) se denomina un "perito" o un "especialista" que es contratado (o invitado ad honorem, no lo sabemos) para aplicar su criterio profesional y entregar un producto o servicio a la institución que lo convoca, verbigracia, una curaduría bajo su responsabilidad, su juicio, haciendo uso de la libre expresión de su personal criterio.
Y si el criterio de Tarazona equivoca al no considerar obras de Vilchez, entonces (aparte del sano debate que deberia desatarse)
tenemos que el artista en cuestión -cualquier artista- puede abrir otros caminos para asegurar que la Historia Hegemónica (caso Tarazona por tratarse del Icpna) no sea la única ni necesariamente la más difundida. Un ejemplo es el caso Herbert Rodriguez, sistemáticamente ninguneado u "obviado" por deteminada crítica en su momento, y que sin embargo tiene su bien ganado lugar, obvio extenderse porqué. Pero ¿debe un artista preocuparse tanto de "su historia" o, más aún, de "su lugar en la historia"?, o debe dirigir sus esfuerzos al sentido de su trabajo. Ese es un tema ético profesional que ya se vincula con los asuntos de la responsabilidad profesional en medio de un planeta en crisis... ya para muchas otras charlas y debates.
Un abrazo.
E.
lunes, agosto 11, 2008
"Exclusión de Jesús Vilchez..." / Respuestas
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De: miguel lopez <miguel.lopezl@gmail.com>
Asunto: Re: EXCLUSIÓN DE JESÚS VILCHEZ DE LA ESCENA ARTE ACCIÓN POR E. TARAZONA
Para: latransgresion@yahoo.es
CC: ---
Fecha: viernes, 8 agosto, 2008 22:36
Estimado jesús,
no nos conocemos pero leyendo tu correo parece que aquí el único megalómano eres tú,
la soberbia con la cual defiendes tu trabajo parece a prueba de balas. casi parece un crimen dejar 'fuera' alguna obra tuya, y tratas a la exposición de emilio como si fuera el evento del año del arte contemporáneo o como si él estuviera escribiendo el relato definitivo del 'arte-acción' en el perú. no seas ingenuo. la exposición de emilio es tan solo una mirada transversal sobre el periodo, y como toda curaduría hace apuestas específicas por sentidos específicos.
la ventaja de la curaduría es que se trata de una puesta en escena pública, y está allí para ser criticada, cuestionada, interpelada, pero con especulaciones y argumentos que permitan advertir las fracturas de su discurso. que permitan señalar otras vías de pensamiento, otras lecturas posibles. no está para lloriqueos de si incluyeron o no una obra tuya, o que "A TI TE ESTÁN EXCLUYENDO Y ESO NO ESTÁ BIEN". pareces un ególatra que lo único que le interesa es ver su foto en la pared del icpna. cuando precisamente lo que se necesita son lecturas capaces de proponer otros relatos. la historia del arte ni se cierra ni se abre con esta exposición. pero si de lo único que te interesa hablar es "DE MI EXCLUSIÓN" en un tono tan engreído pues en definitiva creo que no hay mucho de que hablar.
afectuosos saludos,
m.
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De: jesús vilchez <latransgresion@yahoo.es>
Asunto: Re: EXCLUSIÓN DE JESÚS VILCHEZ DE LA ESCENA ARTE ACCIÓN POR E. TARAZONA
Para: miguel.lopezl@gmail.com
CC: ---
Fecha: viernes, 8 agosto, 2008 22:50
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De: miguel lopez <miguel.lopezl@gmail.com>
Asunto: Re: EXCLUSIÓN DE JESÚS VILCHEZ DE LA ESCENA ARTE ACCIÓN POR E. TARAZONA
Para: latransgresion@yahoo.es
CC: ---
Fecha: viernes, 8 agosto, 2008 23:22
Estimado jesús,
a ti no te conozco pero sí he visto tu trabajo, y más de una vez me ha llegado por mail.
yo no defiendo a nadie a capa y espada, solo señalo un aspecto esencial del trabajo curatorial: que está dado para ser discutido. la curaduría es una perspectiva como cualquier otra, y la lectura de emilio es una de muchas posibles. corresponde a todos señalar sus aciertos y sus errores. si quieres generar una respuesta crítica frente a su discurso pues excelente!! eso se necesita precisamente. pero con argumentos, no con declaraciones que parecen más una especie de revanchismo tonto porque tu trabajo no está en una pared.
y quizá convenga aclararlo pero emilio no me provee ningunas lentejas -de hecho creo que me debe un par de lucas que ya se las cobraré-. yo vivo fuera de lima y me sostengo con mi propio trabajo. y la verdad no me vanaglorio de nada, toda lectura hecha es transitoria y contingente, y está allí para ser criticada. ese es precisamente el sentido de la curaduría.
afectuosos saludos,
m.
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De: Augusto Del Valle <delvalle.augusto@gmail.com>
Asunto: Re: EXCLUSIÓN DE JESÚS VILCHEZ DE LA ESCENA ARTE ACCIÓN POR E. TARAZONA
Para: latransgresion@yahoo.es
CC: ---
Fecha: sábado, 9 agosto, 2008 11:30
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De: jesús vilchez <latransgresion@yahoo.es>
Asunto: Re: EXCLUSIÓN DE JESÚS VILCHEZ DE LA ESCENA ARTE ACCIÓN POR E. TARAZONA
Para: delvalle.augusto@gmail.com
CC: ---
Fecha: sábado, 9 agosto, 2008 22:03
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De: Emilio Santisteban <emilio@emiliosantisteban.com>
Asunto: Re: EXCLUSIÓN DE JESÚS VILCHEZ DE LA ESCENA ARTE ACCIÓN POR E. TARAZONA
Para: latransgresion@yahoo.es
CC: ---
Fecha: sábado, 9 agosto, 2008 22:52
"Exclusión de Jesús Vilchez de la escena de arte-acción por E. Tarazona"
Bajo ese título llegó al correo de muchos un texto del artista Jesús Vilchez en torno a la exposición 'Disgregar la escena. Miradas al arte-acción peruano del Siglo 21', que inaugura el día de mañana en el ICPNA de San Miguel.
El mail ha desatado un intercambio de respuestas y correos dirigido a un número muy amplio de personas que me parece importante público, ya que podría permitir pensar en torno a la relación curador-artista, curaduría, historia y escritura, institución pública y privada, entre otros asuntos.
Copio ahora el primer mail y luego las respectivas respuestas que han circulado vía mail.
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de: jesús vilchez
fecha: 8 de agosto de 2008 21:46
asunto: EXCLUSIÓN DE JESÚS VILCHEZ DE LA ESCENA DE ARTE-ACCIÓN POR E. TARAZONA
JESUS VILCHEZ SANTISTEBAN.
De: | emilio tarazona (emilio.tarazona@gmail.com) |
Enviado: | miércoles, 04 de junio de 2008 01:01:38 p.m. |
Estimado Jesus,
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- Nombre del autor o autores / Nombre de actuante o actuantes.
- Título de la acción
- Fecha(s) y lugar(es) en que se realizó
- Breve descripción de la acción (máximo 25 líneas)
- Concepto (máximo 20 líneas)
- Recortes de prensa, manifiestos, material impreso (pueden ser fotocopias u originales)
- Material fotográfico (en formato digital –CD, DVD- o impreso en papel)
- Video (DVD en copia no originales)
Abrazos,
Confírmenme por favor si recibiron este mail!!!