Mostrando las entradas con la etiqueta arte. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta arte. Mostrar todas las entradas

lunes, octubre 19, 2009

Arte, pobreza, glamour y subastas, por Lucas Ospina


En una clase de economía un profesor hace el ejercicio de subastar un dólar. Las reglas para la puja son las siguientes: la participación es voluntaria, el precio base es de $100 pesos, la subasta se cierra si no hay ofertas mayores o cuando el valor ofrecido llega a 4.000 pesos (1 US$ = $1838.26), la oferta que más paga recibe el billete de 1 dólar, la segunda oferta más alta debe pagar también el valor ofrecido. ¿Qué sucede?

Al comienzo mucha gente quiere comprar un dólar por 100 pesos, las ofertas comienzan a subir con rapidez, a medida que se van a acercando a la tasa de cambio —la del mercado negro y la oficial— la mayoría de estudiantes abandona la subasta y solo quedan aquellos que estiman que todavía hay “algo” de ganancia en juego. Al final, casi siempre quedan dos jugadores que se embarcan en una guerra sin fin subiendo la oferta del otro hasta que llegan al precio tope, cada uno ha querido pagar más tratando de salvar del ahogado el sombrero, el comprador victorioso pierde dinero mas recibe el dólar, el perdedor se lleva el oprobio.

El juego carece de equilibrio, los jugadores pueden perder todo su dinero en beneficio del subastador, pero es un caso ilustrativo: el compromiso generado por una inversión previa hace que los jugadores se sometan a una escalada que los aleja del valor nominal, el billete se convierte en un fetiche, un indicador del mercado del ego que sirve para sopesar a los individuos, las naciones y los tiempos.

En otras subastas otros compradores compran arte: “No estamos aquí buscando baratijas. No sería sabio, estamos tan inmersos en Damián que no contemplamos que la venta sea mala. Intentaremos comprar algunas cosas, pero procuraremos que otros coleccionistas pujen alto.” Esto fue lo que dijo con orgullo uno de los tres miembros de la familia Mugrabi, en Londres, en septiembre de 2008, a la entrada de Sothebys, la casa de subastas, antes de que comenzara la venta en un solo tirón de 223 trabajos del artista Damián Hirst. Los auspicios no eran los mejores, horas antes había sido anunciada la quiebra de otra gran firma de Wall Street víctima del efecto dominó de la recesión económica. Pero los Mugrabi, propietarios por esos días de más de 150 piezas de Hirst, estaban tranquilos, “Ellos están tan investidos que no son el jugador, son el casino” dice un galerista de su cuerda (los Mugrabi cuentan con más de 800 “fichas” de Warhol). A la subasta le fue bien, el record de ventas de 200 millones de dólares superó el precio histórico para un solo artista que tenía la venta de 88 obras de Pablo Picasso vendidas en 1993 por cerca de 20 millones de dólares.

Hubo un momento en la subasta cuando la venta de una obra conocida como el “Tiburón” se estancó en 5.2 millones de dólares. El precio estimado estaba entre 6.5 y 9.8 millones de dólares. Un miembro del clan Mugrabi se levantó de su silla y miró hacia donde estaban los telefonistas que atienden a los compradores ausentes en la sala; de inmediato una nueva oferta llegó vía telefónica, luego otra y otra más, hasta que la pieza se vendió por 13.9 millones de dólares que con impuestos sumaron más de 17 millones de dólares. Nada mal para una pecera gigante con un tiburón disecado que debe ser guardado en una oscura nevera para que no se arrugue ni desintegre; más costoso que un zoológico de mar nuevo con una variedad de peces aceptable. Pero a los Mugrabi poco les importa tener piezas invisibles, les importa que los precios suban o al menos no bajen, además solo prestan obras de su colección bajo tarifa: “pero no mucho, uno o dos millones de dólares”, dice uno de ellos.

Las subastas de arte son algo extraño al medio artístico colombiano y las raras veces que suceden vienen investidas con un eufemístico eslogan de caridad social: la culpa del gasto suntuario en un país que se muere de hambre se elimina si es por una buena causa. Pareciera además que el arte por el arte no llama la atención; y la conjunción resulta de gran utilidad para las fundaciones que reciben las utilidades por la venta, después de todo las obras de arte son un tipo de mercancía con un precio aun más subjetivo y volátil que la cotización del dólar negro.

La singularidad de este tipo de subastas es que los beneficios se extienden no solo a los niños malnutridos y familias destechadas, sino que artistas, galeristas y coleccionistas también se ven favorecidos: la puja hecha no responde solo al valor del arte y así como en la subasta didáctica del dólar dos estudiantes se dejan llevar por una narración egotista de vencedores y vencidos, aquí la filantropía le suma aura a las obras, con buenas intenciones se rellena el cascarón —para muchos vacuo— del arte expuesto y además se cotiza un precio que sirve de referencia encumbrada para futuras transacciones.

Este fue el caso de “Subasta Conexión Colombia: el arte por una causa”, que se hizo el pasado 30 de septiembre en la Galería La Cometa y que fue, según lo anuncian sus gestores, “un evento organizado con gran dedicación. En esta edición, así como en la pasada, se subastaron obras de grandes artistas como Andy Warhol, Alejandro Obregón, Enrique Grau, Edgar Negret, Antonio Caro —conocido por ser el padre del arte pop en Colombia— y del venezolano Carlos Cruz-Díez. Además de obras de artistas jóvenes que, como dato curioso, fueron las que más pujas recibieron.”

De 65 piezas, 48 fueron terminaron entre el público y 17 superaron su precio comercial. A manera de cápsulas informativas los organizadores cuentan que “la obra más pujada de la Subasta fue “Expectations” de Miguel Ángel Rojas (el nombre de la obra seguro causó entusiasmo entre los compradores); que “Cow” de Andy Warhol “fue subastada en $30 millones de pesos” (tal vez el comprador vio la exposición monográfica de este artista en Bogotá); y que “Criaturas de la noche”, del artista Kevin Mancera, “ fue la gran sorpresa de la noche, al triplicar su precio inicial en la subasta para cerrar en $ 2’800.000” (una puja por la obra de un artista joven que comenzaba con un precio bajo pero que permitía un muñequeo chichipato, inducía a pavonearse en la esgrima filantrópica).

Gracias a la conexión que ha hecho la subasta del “arte por una causa”, una modalidad criolla de subasta se ha consolidado, carece de la magnitud agiotista de los Mugrabi y está más cercana al límite de los 4.000 pesos impuesto por el profesor de economía para su clase, pero es clara su sinergia: junta el hambre de muchos con las ganas de comer (bien y sin culpa) de otros. Pero no pensemos con alma de guerrillero y como dice el crítico Robert Hughes “el dinero hace a los artistas más bien que mal. La idea de que el agua fría, los mendrugos y los cobradores les beneficia está casi tan extinguida como la creencia en el poder reformador de los azotes”. Lo que aquí se señala es que la fortuna adversa de una cantidad ingente de personas ha generado un método efectivo para apreciar el arte, duplica y hasta triplica el precio de una obra en una sola noche… uno desearía que ese milagro se extendiera y mejorara en igual magnitud la calidad de vida de toda esa masa ingente de infortunados que lidian día a día con el “agua fría, los mendrugos y los cobradores”; este evento en algo ayudará, pero la suma recogida (800 millones) es mínima comparada con las pérdidas que la corruptela estatal colombiana genera (4 billones anuales). Este tipo de subasta es todo un referente para transacciones de arte y de estatus.



[tomado de su blog]

martes, agosto 05, 2008

La educación es un asunto estrictamente político - por Marina Grzinic

Encontré casi de casualidad un texto de la filósofa, artista y teórica Marina Grzinic que aquí comparto.
........

La educación es un asunto estrictamente político

MARINA GRZINIC

Pensemos en las instituciones educativas, en catedráticos, profesores y alumnos, y, en último lugar, aunque no en importancia, pensemos en el conocimiento en términos, categorías y procesos estrictamente políticos. De ese modo, ninguna herramienta (si pensamos en tecnología) y ningún paradigma (si pensamos en términos de teoría, lo visual, etc.) pueden verse como herramienta o como categoría que puede aplicarse sin más a ciertos inocentes procesos comunes de producción y distribución de conocimiento. De ese modo, no sólo las instituciones del conocimiento pueden huir de la conexión con el poder, el capital y la “racionalización” económica, sino que, además, las metodologías y tecnologías que se emplean en el proceso de producción y distribución de conocimiento no se consideran simplemente categorías prepolíticas que pueden vincularse única y exclusivamente a ideas y discursos de destrezas, mejora, estímulo y ascenso. Más aún, emplear tal Grammatik (destrezas, mejora, estímulo y ascenso) para describir las diversas relaciones con las instituciones educativas significa demostrar que un proceso político preciso ayuda a que la teoría, lo visual, el conocimiento y la institución educativa sigan siendo prepolíticos.

El capitalismo global funciona cuando se instala la férrea ley de la monotonía en cualquier parte del mundo, y ¡por eso hablamos del mundo globalizado! (¡El capital es global!). Pero como ese capital puede globalizar de modo obsceno, ¡todo lo demás debe ser localizado! El significado del capitalismo global es precisamente que sólo el capital es universal y puede desplazarse libremente por todas partes: que es el único ciudadano del mundo completamente global. Por tanto, “La lógica del mundo” (2006) de Alain Badiou, que reescribe un mundo que no es tal, sino un “sin mundo”, apunta precisamente al hecho de que no sólo es el capital el único ciudadano universal, sino que “el mundo” está realmente desfragmentado en numerosos (sub)mundos, hasta el punto de ser considerado como un “sin mundo”. El capital transforma procesos de pensamiento en destrezas, privando a quienes estudian - por tanto, a “los futuros ciudadanos del mundo sin un mundo” - de toda coordenada políticamente y activamente sostenible. El sistema educativo se convierte en algo unificado, y, por así decirlo, fácilmente comprensible, y, lo que es más importante, fácilmente intercambiable; la educación se convierte en una máquina transparente para la producción y circulación de destrezas.

Hoy día, las propuestas para desarrollar (por medio de la Unión Europea, bajo la influencia de los EUA) un sistema de conocimiento mejorado a fin de producir una personalidad artista con muchas destrezas, es puro engaño. Lo que está sucediendo puede aprehenderse por medio de las ideas de Kirsten Forkert acerca de las contradicciones de las prácticas post-estudio en relación con la academia en el actual clima político. Para Forkert, los cambios que se están produciendo “tienen mucho que ver con el valor-mercancía, así como con el papel del artista en relación con otro personaje: el profesional cualificado. Ambos son síntoma de y respuesta a ciertos cambios políticos y económicos (1)”.

Por lo tanto, las intervenciones descritas acerca del nivel de producción, distribución e institucionalización del conocimiento son el último esfuerzo del capital para transformar también las Universidades y Academias en instituciones administrativas que van a producir alumnos cualificados. El fin último de esta intervención, ejercida ya por el capital a cualquier otro nivel de la sociedad - espacio público, mediación, derechos civiles y arte - es la despolitización. Todo, desde la economía hasta la educación, se transforma hoy en una forma y una mediación apolíticas.

Estaba dando clases de manera esporádica (pues era profesora invitada en Hisk, en Amberes, etc.) antes de que me nombraran profesora de la Academia de Bellas Artes de Viena en 2003, dando clases en el Departamento/Clase de Prácticas Artísticas Post-conceptuales. Aceptar un puesto de profesora es una decisión política. Creo que es muy difícil desmantelar el poder de la jerarquía, porque existe. Ésta es una de las funciones básicas de la institución. Todas nuestras buenas intenciones como profesores no bastan, porque las universidades, las academias, están poseídas por la férrea ley del capital: la ley de la plusvalía mediante racionalizaciones drásticas.

En el Departamento/Clase de Prácticas Artísticas Post-conceptuales de la Academia de Bellas Artes de Viena nos va la teoría, pero no se trata solamente de que los alumnos reciban conocimientos y experiencia en el estudio del arte, lo visual o la cultura en general. Lo que sucede en el aula es la contextualización de la obra de arte con la teoría, y la reflexión acerca de cuál es el contexto que hay detrás, y en qué modo las prácticas y políticas artísticas se insertan y contaminan recíprocamente. Lo que tratamos de hacer es abrir de manera radical una plataforma para discutir y conceptualizar temas como los formulados en las ideas de Kirsten Forkert acerca de la práctica post-estudio: “Las prácticas post-estudio desafían las premisas de que el arte tiene que ver con la virtuosidad técnica o la expresión creativa muda, y que lo que ocurre en el estudio o en el aula está separado del resto de nuestras vidas. Ciertos aspectos de la práctica post-estudio cuestionan también la definición del artista como individuo heroico (también imaginado como blanco y hombre), como alguien que no toma en consideración el contexto político o económico de su obra. Por otra parte, las prácticas post-estudio, tal como se enseñan en la academia, ¿en qué medida desafían a las definiciones convencionales del tipo de la autoría o la firma?

Podemos transformar ese contexto en nuevo contenido.


....
NOTAS Y REFERENCIAS

1 Cf. Kirsten Forkert, “Can Post-Studio Art School Function as a Place of Resistance in an Immaterial Economy?” en Marina Grzinic, Guenther Heeg y Veronika Darian, eds. Mind the Map! – History Is Not Given (Irwin, Ljubljana, relaciones, Berlin, University of Leipzig and Revolver, Frankfurt, 2006).
...

Marina Grzinic es filósofa, artista y teórica de Ljubljana. Es profesora en la Academia de Bellas Artes de Viena e investigadora en el Instituto de Filosofía (con sede en el Centro Científico y de Investigación de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes), Ljubljana, Eslovenia.

...

CC
Este artículo está bajo una licencia Recono-NoComercial-CompartirIgual de Creative Commons, bajo la cual se permite copiar, distribuir y comunicar públicamente los textos y las traducciones sin fines comerciales, y además se permite crear obras derivadas siempre que sean distribuidas bajo esta misma licencia. Licencia completa: http://creativecommons.org/licences/by-nc-sa/2.1/es/legalcode.es

miércoles, julio 30, 2008

¿Ministerio de Cultura? Algunas reacciones

Como saben, una de las 'propuestas' del presidente Alan García, en su reciente mensaje a la Nación, ha sido la creación del tan (poco) discutido Ministerio de Cultura en el Perú. Pero ya de por sí ver en acción tanta ineficiencia de parte del INC en defensa de la cultura hace dudar de que realmente, desde el Estado, se pueda impulsar un proyecto acotado y con la complejidad que realmente demanda. Aquí copio alguna de las primeras reacciones.
.....

'Un Ministerio de Cultura no debe significar solo un cambio de nombre del INC'

El arqueólogo Walter Alva demandó un debate amplio y descentralizado antes de la creación del Ministerio de la Cultura, pues advirtió que se podría repetir la misma experiencia del Instituto Nacional de Cultura (INC), que solo se aboca a la actividad artística de Lima.

"Espero que se solicite la opinión de quienes trabajamos en provincia porque cada región tiene su propia problemática cultural. Se debe llegar a un consenso nacional y crear un portafolio con todas las posibilidades de un manejo regional para no repetir los vicios que tiene el INC", manifestó el descubridor de la tumba del Señor de Sipán a elcomercio.com.pe.

NUEVAS FUNCIONES
Para Alva, la propuesta del presidente Alan García ante el Congreso en su mensaje a la Nación "no debe significar cambiar el INC por el Ministerio de la Cultura, sino un cambio total en los conceptos y en el manejo de los temas culturales".

Por esto, consideró que el nuevo despacho debería contar con una área de arqueología, a cargo del patrimonio; un área de promoción que difunda las manifestaciones de la cultura viva; y un área de antropología, geografía e historia.

Asimismo, Alva refirió que se podrían recoger algunas experiencias de México, "donde se tiene una experiencia extraordinaria y una vida cultural muy activa". Mientras que en la parte de la descentralización, agregó, se podría replicar el modelo español.

Si bien precisó que se le debe destinar un presupuesto adecuado al posible ministerio para financiar proyectos de investigación, Alva remarcó que este también debe generar sus propios recursos.

[vía El Comercio]