Reproduzco parte de la invitación enviada por mail, y la sumilla de Ana sobre su ponencia.
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En esta ocasión la Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio junto al Taller Crítico de Historia del Arte y el Sistema de Patrimonio y Museos de la Universidad Nacional les invitan al seminario abierto Arte y Memoria en Argentina. La ponencia será presentada por la profesora Ana Longoni (Universidad de Buenos Aires) y se titulará: Fotos, siluetas, escraches: Políticas visuales y performáticas del movimiento de derechos humanos en la Argentina
En esta presentación, la autora se concentrará en analizar los diversos mecanismos estéticos y políticos del movimiento social por los derechos humanos argentino en el contexto de la última dictadura militar. Se presentará la experiencia de la Madres de la Plaza de Mayo, así como el conocido Siluetazo y los mecanismos de escarches como forma de denuncia por parte de la organización HIJOS. (adjunto biografía de la autora)
Esta charla tendrá lugar en el CLAUSTRO SAN AGUSTÍN (El claustro de San Agustín esta ubicado en carrera 8 nº 7-21, al lado occidental de la casa de Nariño) el próximo viernes 23 de enero de 5 a 7pm de la tarde. El seminario no tiene costo de admisión.
Por favor reenviar esta información a quienes considere importante.
Att.
MARTA COMBARIZA
Coordinadora Académica
Maestría en Museología y Gestión del Patrimonio.
........Fotos, siluetazos, escraches.
Políticas visuales y performáticas del movimiento de derechos humanos en la Argentina
Ana Longoni*
En la charla plantearé un recorrido por distintas estrategias creativas desplegadas en el movimiento de derechos humanos desde comienzos de la última dictadura argentina hasta la actualidad, a fin de hacer visible en la sociedad la denuncia de las desapariciones forzadas de treinta mil personas en manos del Terrorismo de Estado. Estos recursos visuales se producen en acciones callejeras, llevados a cabo por numerosos manifestantes que se arriesgan a buscar modos de representar lo irrepresentable del horror.
Muy pronto, ya en sus primeras rondas en 1977, las Madres de Plaza de Mayo esgrimieron en sus manos o portaron sobre sus cuerpos las fotos de sus hijos desaparecidos. Esas imágenes, extraídas del álbum familiar o del documento de identidad, son contundentes en insistir en que cada uno de los desaparecidos (cuya existencia era, como sabemos, negada por el Estado) tuvo una biografía y una identidad, un rostro, un nombre, una familia, una vida previa a la desaparición.
La realización de siluetas es la más recordada de las prácticas artístico-políticas que proporcionaron una potente visualidad en el espacio público de Buenos Aires y muchas otras ciudades del país a las reivindicaciones del movimiento de derechos humanos en los primeros años de la década del ’80. Consiste en el trazado sencillo de la forma vacía de un cuerpo a escala natural sobre papeles, luego pegados en los muros de la ciudad, como forma de representar “la presencia de una ausencia”.
Los primeros Siluetazos (septiembre de 1983 a marzo de 1984) señalan uno de esos momentos excepcionales de la historia en que una iniciativa artística coincide con una demanda de los movimientos sociales, y toma cuerpo por el impulso de una multitud. Implicó la participación, en un improvisado e inmenso taller al aire libre que duró hasta la medianoche, de cientos de manifestantes que pintaron, pusieron el cuerpo para bosquejar las siluetas, y luego las pegaron sobre paredes, monumentos y árboles, a pesar del dispositivo policial imperante. En medio de una ciudad hostil y represiva, se liberó un espacio (temporal) de creación colectiva que se puede pensar tanto como redefinición de la práctica artística como de la práctica política.
Existieron otras formas de representación de la figura del desaparecido que nos permiten pensar en las distintas vías creativas que asumió la política visual encabezada por las Madres como las manos (en la campaña “Dele una mano a los desaparecidos” que reunió un millón y medio de manos en el verano de 1985) y las máscaras blancas cubriendo los rostros de los manifestantes. Como las siluetas, estos recursos –a diferencia de las fotos- insisten en reforzar la asociación entre el cuerpo de los desaparecidos y el de los manifestantes (que ponen el cuerpo para bosquejar la silueta, prestan su mano, o cubren su rostro con una máscara).
Además de considerar las derivas más recientes de estos signos, me detendré en la invención de los escraches, una modalidad de acción directa que los HIJOS generaron desde mediados de los años noventa, como forma de evidenciar públicamente la impunidad de los represores. Algunos colectivos de artistas se involucraron activamente y aportaron lo suyo para lograr una identidad característica a esta práctica, que contribuyó a la revitalización de la lucha por los derechos humanos en el país en los últimos años.
1 comentario:
Esta muy bueno el blog, muchas gracias por colgar este artículo, me sirvió para un trabajo para la facultad (estudio Historia).
Saludos,
Eva.
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