martes, enero 20, 2009

Deconstrucción y feminismo, de Spivak

La web del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA) ha subido hace muy poco a su sección de audios la conferencia que dio la pensadora india y crítica literaria Gayatri Chakravorty Spivak, como parte del Programa de Estudios Independientes (PEI) en el 2006, bajo el título de Deconstrucción y Feminismo. El cruce teórico de Spivak, una relectura crítica del marxismo, la deconstrucción y el feminismo, han hecho de su trabajo teórico de las últimas tres décadas una de las instancias más radicales y feroces de pensamiento decolonial, hipótesis emancipatoria y cuestionamiento sobre el lugar y la voz de la mujer.

La conferencia se puede oir aquí (con muchas otras conferencias para elegir a placer, cabe decir que esta charla de Spivak está en inglés pero resulta muy fácil entenderla ya que habla muy pausado)

Y aunque sobren presentaciones al hablar de Spivak -quizá más famosa por su texto 'Can the subaltern speak?' de 1988- reproduzco un pequeño fragmento de una entrevista realizada por el teórico literario Manuel Asensi -profesor mío en el PEI- en marzo de 2006, y publicada en La Vanguardia bajo el título 'Una entrevista a Gayatri Spivak: "Se socialista sin ser marxista es una quimera" y que se puede leer completa aquí.

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- Pero en su opinión ¿cómo podemos en nuestros días usar el marxismo?

Spivak. Creo que no se trata de una vuelta a los orígenes. Se trata, más bien, de pensar de nuevo en qué dirección deberíamos hablar de la situación internacional dentro del marco marxista. Los experimentos de los estados policiales de los países llamados comunistas han sido un fracaso y me parece, y no hablo sólo por mí, que hay mucha gente que piensa lo mismo, entre ellos mi amigo Amir Samin, que dado que no hay una verdadera voluntad de cambiar la mente de la gente en general, de cambiarla de verdad, es muy difícil que podamos transformar las cosas. Por ello, las ideas del marxismo vanguardista estuvieron desde el comienzo condenadas al fracaso y tenemos que pensar qué es lo que tenemos que hacer con eso, y tenemos que pensar también en el hecho de que la política de estado, incluido el de los países socialistas, puede traer consigo el nacionalismo e incluso el fascismo. Es necesario pensar todas esas cuestiones de una manera crítica, especialmente después de la caída del muro de Berlín. Y todavía tengo que añadir una cosa más. No tengo recetas para todo, como es obvio, hablo sólo como alguien interesado en el socialismo, pero en mi opinión dentro del socialismo global indígena, no la gran sociedad civil internacional por supuesto, hay un camino para que la interrupción de la globalización capitalista refleje un tipo de marxismo no partidista, y creo que sólo ahí será posible recuperar la idea de una nueva internacional. No hace mucho, en Davos, Juan Somavia, director general de la Organización Internacional del Trabajo, ha afirmado que es necesario cambiar la dirección de la política con el fin de aumentar la flexibilidad del capital al mismo tiempo que la economía local. Se trata de un cambio inmenso que no puede producirse de manera demasiado rápida y sobre el que conviene pensar detenidamente. Uno de sus efectos fundamentales sería que la gente pudiera quedarse donde se encuentra y no sintiera la necesidad de emigrar. Y esto debería ser aplicado en el corazón del África subsahariana. En caso contrario, la política global es sólo una intención, una mera filantropía sin democracia. Cuando se lee atentamente a Marx, se advierte que la libertad hacia viene después de la liberación de algo. No ser capaz de hablar, no ser capaz de cambiar la mentalidad, ése es el problema más profundo. En la tesis número once de las Tesis sobre Feurbach, Marx se pregunta ¿quién educará a los educadores? Yo no tengo ningún inconveniente en responder "yo misma", porque estoy convencida de que la única manera en que se puede transformar la mente de la gente en general es a través de la educación, y por eso la educación posee un gran trasfondo ético.

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