sábado, setiembre 15, 2007
Ríos de palabras sobre arte contemporáneo
El día de ayer la artista Mónica Mayer publicó, en su columna del diario Universal, un comentario sobre lad pasadad semanad de conversatorios y discusiones generadas aquí en la ciudad de México. Copio íntegramente su artículo.
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Ríos de palabras sobre arte contemporáneo
Mónica Mayer
Estos últimos días el chubasco de foros y seminarios sobre arte ha sido aún más intenso que los aguaceros que lavan y deslavan a mi querida ciudad de México.
Fotoseptiembre arrancó del 4 al 6 de este mes con el foro Perspectivas: Fotografía y Diversidad en América Latina, en la Biblioteca de México. El 6 y el 7 fueron las Jornadas de Crítica de Arte 2007 de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), en el Centro Nacional de las Artes. Y el 10 y el 11, la exposición La era de la discrepancia: arte y cultura visual en México 1968-1997 empezó a despedirse del Museo Universitario de Ciencias y Artes con el simposio internacional Recargando lo Contemporáneo: Estrategias Curatoriales de Rescate del Arte Reciente.
El tiempo y el clima a duras penas me permitieron asistir a algunas sesiones de los dos últimos encuentros, pero les cuento que me escandalizó y que me fascinó, para darles una idea del rango de ideas que se manejaron.
En un afán por sacudirse un letargo de décadas, la AICA organizó estas jornadas en las que se discutió desde la enseñanza de la crítica hasta su relación con el periodismo. Para mi sorpresa, también hubo una mesa sobre performance en la que incluso se realizarían acciones. Aunque usted no lo crea, todavía hay críticos que rechazan estas propuestas.
Un acierto de las jornadas fue que se las dedicaron a Jorge Alberto Manrique, uno de los críticos más importantes de México, a quien muchos admiramos porque en más de una ocasión sacrificó su chamba como director de museo por impedir que algún político sacara obra o por defender la libertad de expresión.
Un error garrafal de AICA es que originalmente invitaron a la mesa de performance a Víctor Sulser y luego lo desinvitaron porque propuso realizar una acción que viene haciendo desde las elecciones, en la que aparece en actividades culturales portando una banda presidencial. Parece que les dio miedito. De cualquier forma Sulser se apersonó con banderita en mano y la boca tapada. Nadie abrió el pico. ¿Irónico, no?
Recargando lo Contemporáneo fue una delicia. Durante dos días se reflexionó sobre los problemas para recuperar la historia reciente del arte de carácter no-objetual y de fuerte carga contextual. Se habló de las dificultades para rastrear estas obras que, por sus características políticas y materiales, no quedaban albergadas en museos. Se abordaron las soluciones a estos obstáculos, que van desde presentar documentación, reconstruirlas o crear formas de exhibición centradas en la recuperación del contexto y la significación de la obra, más que los objetos mismos.
Este simposio tuvo sabor latinoamericano. Participaron, entre otros, los peruanos Miguel López y Emilio Tarazona, que hablaron de La persistencia de lo efímero. Orígenes del no-objetualismo peruano, una exposición que se inauguró en marzo en el Centro Cultural de España en Lima. También vino Álvaro Barrios, curador de Orígenes del arte conceptual en Colombia, que se inauguró en abril en el Museo de Antioquia. El movimiento en nuestro continente en términos de la recuperación de nuestras historias del arte reciente es impresionante.
La cereza del pastel fue la conferencia de Suely Rolnik, sicoanalista, crítica cultural y curadora brasileña que habló de su proyecto de investigación y exposición sobre Lygia Clark, que se centró en 63 entrevistas. La suya es una forma creativa, cálida y profunda de acercarse a la obra de una artista y transportarla al presente.
Ojalá la UNAM fomente esta discusión también entre otros curadores mexicanos trabajando líneas similares y que estas ideas permeen su propia estructura.
www.pintomiraya.com.mx
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Ríos de palabras sobre arte contemporáneo
Mónica Mayer
Estos últimos días el chubasco de foros y seminarios sobre arte ha sido aún más intenso que los aguaceros que lavan y deslavan a mi querida ciudad de México.
Fotoseptiembre arrancó del 4 al 6 de este mes con el foro Perspectivas: Fotografía y Diversidad en América Latina, en la Biblioteca de México. El 6 y el 7 fueron las Jornadas de Crítica de Arte 2007 de la Asociación Internacional de Críticos de Arte (AICA), en el Centro Nacional de las Artes. Y el 10 y el 11, la exposición La era de la discrepancia: arte y cultura visual en México 1968-1997 empezó a despedirse del Museo Universitario de Ciencias y Artes con el simposio internacional Recargando lo Contemporáneo: Estrategias Curatoriales de Rescate del Arte Reciente.
El tiempo y el clima a duras penas me permitieron asistir a algunas sesiones de los dos últimos encuentros, pero les cuento que me escandalizó y que me fascinó, para darles una idea del rango de ideas que se manejaron.
En un afán por sacudirse un letargo de décadas, la AICA organizó estas jornadas en las que se discutió desde la enseñanza de la crítica hasta su relación con el periodismo. Para mi sorpresa, también hubo una mesa sobre performance en la que incluso se realizarían acciones. Aunque usted no lo crea, todavía hay críticos que rechazan estas propuestas.
Un acierto de las jornadas fue que se las dedicaron a Jorge Alberto Manrique, uno de los críticos más importantes de México, a quien muchos admiramos porque en más de una ocasión sacrificó su chamba como director de museo por impedir que algún político sacara obra o por defender la libertad de expresión.
Un error garrafal de AICA es que originalmente invitaron a la mesa de performance a Víctor Sulser y luego lo desinvitaron porque propuso realizar una acción que viene haciendo desde las elecciones, en la que aparece en actividades culturales portando una banda presidencial. Parece que les dio miedito. De cualquier forma Sulser se apersonó con banderita en mano y la boca tapada. Nadie abrió el pico. ¿Irónico, no?
Recargando lo Contemporáneo fue una delicia. Durante dos días se reflexionó sobre los problemas para recuperar la historia reciente del arte de carácter no-objetual y de fuerte carga contextual. Se habló de las dificultades para rastrear estas obras que, por sus características políticas y materiales, no quedaban albergadas en museos. Se abordaron las soluciones a estos obstáculos, que van desde presentar documentación, reconstruirlas o crear formas de exhibición centradas en la recuperación del contexto y la significación de la obra, más que los objetos mismos.
Este simposio tuvo sabor latinoamericano. Participaron, entre otros, los peruanos Miguel López y Emilio Tarazona, que hablaron de La persistencia de lo efímero. Orígenes del no-objetualismo peruano, una exposición que se inauguró en marzo en el Centro Cultural de España en Lima. También vino Álvaro Barrios, curador de Orígenes del arte conceptual en Colombia, que se inauguró en abril en el Museo de Antioquia. El movimiento en nuestro continente en términos de la recuperación de nuestras historias del arte reciente es impresionante.
La cereza del pastel fue la conferencia de Suely Rolnik, sicoanalista, crítica cultural y curadora brasileña que habló de su proyecto de investigación y exposición sobre Lygia Clark, que se centró en 63 entrevistas. La suya es una forma creativa, cálida y profunda de acercarse a la obra de una artista y transportarla al presente.
Ojalá la UNAM fomente esta discusión también entre otros curadores mexicanos trabajando líneas similares y que estas ideas permeen su propia estructura.
www.pintomiraya.com.mx
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