Cultura Mié. 07 abr '10
Cinco razones para ir al MALI
El Museo de Arte de Lima (MALI) reabre sus puertas mañana, después de un año y medio de cierre. Pero esta vez luce remodelado y con nuevos espacios. Y mejor aun: con cuatro muestras, distintas entre sí, que abarcan varias temporadas históricas del arte. Veamos las múltiples propuestas del MALI.
El arte del Valle del Jequetepeque. Exhibición de 90 piezas de un lugar estratégico de la costa norte del Perú y que sirvió como foco –desde hace tres mil años– para culturas como la Mochica, la Chimú y la Chavín, entre otras. La sala está dividida de manera didáctica por secciones cronológicas, temáticas e iconográficas. Incluso cuenta con una excavación virtual.
Los dibujos de Camilo Blas. En el Perú casi no existe una historiografía del arte, y esta muestra de más de 200 dibujos del importante artista de principios del siglo XX –adquirida por el MALI como parte de su colección– servirá como material de estudio. Con su fijación en temas andinos y criollos, Blas fue uno de los pintores que definió todo un programa cultural a partir de imágenes emblemáticas del país.
Retratos. Mario Testino, el fotógrafo peruano más reconocido del mundo, nunca había tenido una exposición de sus famosas imágenes en su propio país... hasta ahora. Portraits (Retratos) reúne una serie de 90 fotografías de gran formato de personalidades del mundo de la moda, el cine, la música y hasta la realeza europea.
Monumentos vandalizables. ¿Se imagina una Lima aún mucho más deforme, en donde todos los edificios-símbolos del poder en el país –como el Pentagonito, Palacio de Gobierno y de Justicia, el INC, el Congreso y la Catedral– luzcan juntos y revueltos en una mezcla alucinada y psicótica? Pues bien, esta es la propuesta del joven artista José Carlos Martinat y en la cual usted podrá intervenir con spray y con todas las cosas que se le ocurran. Como para que haga su catarsis.
Y siguen razones. En su remodelación, el museo ha mejorado antiguos espacios: la biblioteca es, ahora, tres veces más grande que antes y hay dos nuevas salas de exposición. También se han mejorado las aulas y talleres, y se anuncia que la filmoteca volverá en un par de meses. Lo más interesante es cómo, respetando los ejes arquitectónicos del edificio, se le ha dado mayor fluidez, como para que el público circule sin problemas. Parece un nuevo museo. Y, sin embargo, es el viejo MALI.
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El MALI y el cine
Habrá que investigar el asunto, pero el anuncio genera preguntas: ¿funcionará con el archivo de la Filmoteca de la Universidad Católica, previo convenio? ¿el MALI creará su propio fondo filmográfico? ¿si se trata de una Filmoteca, realizará labores de preservación y restauración? ¿el auditorio estará dedicado a la exhibición de películas o se se utilizará para otras actividades? ¿la Filmoteca anunciada tendrá programación fija o esporádica? ¿tendrá programación exclusiva o será una sede más de muestras itinerantes o del Festival de Lima?
También sería interesante saber cuál será la presencia del cine en la agenda del museo, a través de exposiciones e instalaciones. No olvidemos que en los últimos años, Fellini fue expuesto en Beaubourg, Tim Burton en el MoMA, Kiarostami y Erice en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, Apichatpong Weerasethakul en el Musée d'Art Moderne de la Ville de Paris, entre otros.
Dentro de poco, más información.
Ricardo Bedoya
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