lunes, mayo 04, 2009
Entrevista con Nasrin Tabatabai y Babak Afrassiabi (Pages magazine)
El último número de la Agenda del MACBA (Ag, Primavera 2009) trae en su contraportada una entrevista con Nasrin Tabatabai y Babak Afrassiabi, los dos editores de la notable revista Pages, una publicación bilingüe (inglés y persa) que a sus pocos números se ha convertido en una significativa plataforma de referencia internacional.
La revista es presentada de esta manera: "Desde sus comienzos, el proyecto se define como un espacio desde el que plantear diferentes debates que atañen a las condiciones de producción y recepción del arte contemporáneo en Irán y los posibles puntos de interacción entre comunidades pertenecientes a ámbitos sociopolíticos muy diversos. El que cada uno de los diferentes números parte de un guión de trabajo bien definido y que quienes escriban en la revista sean críticos y teóricos de ambos contextos, el europeo y el iraní, ha constribuido de forma relevante a una aproximación más de cerca al contexto de una comunidad artística compleja y marcada por una situación política, histórica y social muy determinada como es la iraní. A pocos días de la publicación del número más reciente -Ejemplos de Traducción / Instances of Translations-, fruto, en parte, de un seminario realizado en Teherán sobre el tema, hemos hablado con ellos".
Reproduzco la entrevista que también se puede leer en la web del MACBA.
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Entrevista con Nasrin Tabatabai y Babak Afrassiabi
Pregunta: ¿Cómo surge la idea de hacer una publicación periódica de las características de Pages?
Respuesta: Tras una temporada de trabajo en Irán a principios de 2004 publicamos el primer número de la revista tomando como punto de partida la compleja cuestión de lo privado y lo público. Era un intento de aproximación a la naturaleza de la práctica artística e intelectual en Irán, en la medida de lo posible. Por supuesto, el hecho de haber vivido en Holanda durante años y haber tenido siempre que negociar el ser de donde somos y estar donde estamos es fundamental para entender la aparición de un proyecto como Pages. Desarrollamos nuestro trabajo artístico en los Países Bajos desde principios de los años noventa, y siempre nos ha interesado el continuo debate sobre las «otras» prácticas artísticas o las no occidentales en el discurso occidental del arte, especialmente cuando se trata de representarlo en el seno de las instituciones artísticas. Siempre hemos tenido la sensación de que lo que faltaba (y sigue faltando) en ese debate es inmediatez, inmediatez para ejercer el análisis de las condiciones que hacen de esas otras prácticas un hecho y no sólo una posibilidad. Esta es solo una parte de la historia. La otra la constituye el aislamiento en el que se desarrolla la vida cultural iraní (debido a las sanciones), lo que ha ocasionado un flujo mínimo de información desde el exterior, muy especialmente en el campo del arte. Es una de las razones primordiales que nos impulsó a incluir debates y representaciones de otros contextos en la revista. El bilingüismo es clave en este orden de cosas. Por supuesto, la situación desde el comienzo hasta ahora ha cambiado mucho, así como las cuestiones a tratar, pero la vigencia del planteamiento primigenio permanece.
P: ¿El trabajo se desarrolla entre dos ciudades, Rotterdam y Teherán: como entendéis esta dinámica dual? ¿Como acabasteis estableciéndoos en Holanda?
R: Rotterdam es nuestra base, pero viajamos a menudo a Teherán y permanecemos para desarrollar los diferentes proyectos. En los últimos años esta rutina se ha convertido en parte esencial del trabajo y de nuestra práctica. Nos trasladamos a Rotterdam mucho antes de iniciar Pages, durante los años de la guerra entre Irán e Irak, cuando el país estaba en una situación verdaderamente inestable. El sistema educativo estaba siendo remodelado de acuerdo con los preceptos de la «revolución cultural». Esto significó «eliminar» de las universidades todo aquello que no sintonizase con la ideología revolucionaria. En aquellos días la inmigración parecía inevitable, sobre todo si uno ambicionaba estudiar arte y trabajar como artista.
P: Los diferentes números de la revista —siete hasta el momento, contando con el que está a punto de salir— plantean un guión de cuestiones alrededor de un debate. ¿Cómo transcurre el proceso de decisión? ¿Cómo ha ido cambiando la revista con cada número?
R: El eje, al menos en gran parte, de los temas sobre los que gira el núcleo de la revista, es el aquí y ahora en el que tiene lugar la vida, la vida social y la política en Irán, y cómo esa compleja y cambiante estructura de condiciones afecta a la vida intelectual y a la práctica artística. Sin embargo, en los últimos números hemos querido ensanchar ese horizonte y abordar el contexto histórico en el que se desarrolla esa situación determinada y sus efectos. Aquello que nos preocupa es de qué modo un mejor entendimiento de esas condiciones requiere o requeriría la rearticulación y negociación de vocabularios y conceptos del discurso artístico que en Occidente se dan por supuestos. Fijar nuestro punto de mira en el contexto histórico que define esas condiciones hace que esa constante negociación de las condiciones sea inevitable. De este modo, casi podríamos decir que estamos siempre trabajando en el primer número de Pages. Con cada nuevo ejemplar volvemos otra vez sobre la cuestión del lugar y la posición que se crea desde la revista.
P: Tener una doble residencia significa también una doble presencia e influencia en ambas comunidades, ¿cómo entendéis la interacción entre el contexto europeo y el contexto iraní?
R: Se trata de una situación marcada por la multiplicidad. La no actualidad de conceptos culturales y nociones de intercambio definidos por la geográfica queda patente número tras número en la revista. Esto tiene relación con la condición de inmigrantes y con el hecho mismo de que esa condición es también un hecho cambiante. Entendemos que la práctica artística está influenciada por una multiplicidad de lenguajes que se desarrollan en lugares distintos y bajo distintas circunstancias, de modo que lo deseable es que la comunicación de este hecho fluya dentro de una multiplicidad.
P: ¿Cómo definiríais las metas intelectuales de vuestro proyecto? ¿Qué relación creéis que existe entre la comunidad intelectual de Irán/Oriente Medio y Europa? ¿Qué queda por hacer?
R: En los últimos años hemos visto cómo lo que inicialmente podía entenderse como una tímida presencia de Oriente Medio en el mundo del arte se ha convertido rápidamente en una tendencia del mercado. Sin entrar en generalizaciones, las cuestiones políticas se han convertido en bienes de consumo en diversas exposiciones, así como para artistas y comisarios. Se trata de un hecho que contribuye negativamente al discernimiento de las cuestiones verdaderamente importantes en la base del debate entre diferentes posiciones políticas y culturales. Otra cuestión a tener en cuenta es que esta producción a la que me refiero está pensada para un público occidental. El receptor pasivo es siempre el mismo. Se trata de una constelación en desequilibrio que reduce las posibilidades de reflexionar sobre otros puntos de vista. Está claro que en la mayoría de países de Oriente Medio no pueden organizarse eventos artísticos como los que se realizan en Europa. Esa es la razón de que tengamos una sobreproducción sin que esta esté sujeta a retos (intelectuales y económicos). Todos sabemos que el arte por sí mismo no cambia situación alguna, al menos no en Oriente Medio. Pero lo que es inherente al arte es la constante reconsideración de sus condiciones de producción y recepción, porque, al menos idealmente, depende de una multiplicidad de contextos y condiciones.
La revista es presentada de esta manera: "Desde sus comienzos, el proyecto se define como un espacio desde el que plantear diferentes debates que atañen a las condiciones de producción y recepción del arte contemporáneo en Irán y los posibles puntos de interacción entre comunidades pertenecientes a ámbitos sociopolíticos muy diversos. El que cada uno de los diferentes números parte de un guión de trabajo bien definido y que quienes escriban en la revista sean críticos y teóricos de ambos contextos, el europeo y el iraní, ha constribuido de forma relevante a una aproximación más de cerca al contexto de una comunidad artística compleja y marcada por una situación política, histórica y social muy determinada como es la iraní. A pocos días de la publicación del número más reciente -Ejemplos de Traducción / Instances of Translations-, fruto, en parte, de un seminario realizado en Teherán sobre el tema, hemos hablado con ellos".
Reproduzco la entrevista que también se puede leer en la web del MACBA.
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Entrevista con Nasrin Tabatabai y Babak Afrassiabi
Pregunta: ¿Cómo surge la idea de hacer una publicación periódica de las características de Pages?
Respuesta: Tras una temporada de trabajo en Irán a principios de 2004 publicamos el primer número de la revista tomando como punto de partida la compleja cuestión de lo privado y lo público. Era un intento de aproximación a la naturaleza de la práctica artística e intelectual en Irán, en la medida de lo posible. Por supuesto, el hecho de haber vivido en Holanda durante años y haber tenido siempre que negociar el ser de donde somos y estar donde estamos es fundamental para entender la aparición de un proyecto como Pages. Desarrollamos nuestro trabajo artístico en los Países Bajos desde principios de los años noventa, y siempre nos ha interesado el continuo debate sobre las «otras» prácticas artísticas o las no occidentales en el discurso occidental del arte, especialmente cuando se trata de representarlo en el seno de las instituciones artísticas. Siempre hemos tenido la sensación de que lo que faltaba (y sigue faltando) en ese debate es inmediatez, inmediatez para ejercer el análisis de las condiciones que hacen de esas otras prácticas un hecho y no sólo una posibilidad. Esta es solo una parte de la historia. La otra la constituye el aislamiento en el que se desarrolla la vida cultural iraní (debido a las sanciones), lo que ha ocasionado un flujo mínimo de información desde el exterior, muy especialmente en el campo del arte. Es una de las razones primordiales que nos impulsó a incluir debates y representaciones de otros contextos en la revista. El bilingüismo es clave en este orden de cosas. Por supuesto, la situación desde el comienzo hasta ahora ha cambiado mucho, así como las cuestiones a tratar, pero la vigencia del planteamiento primigenio permanece.
P: ¿El trabajo se desarrolla entre dos ciudades, Rotterdam y Teherán: como entendéis esta dinámica dual? ¿Como acabasteis estableciéndoos en Holanda?
R: Rotterdam es nuestra base, pero viajamos a menudo a Teherán y permanecemos para desarrollar los diferentes proyectos. En los últimos años esta rutina se ha convertido en parte esencial del trabajo y de nuestra práctica. Nos trasladamos a Rotterdam mucho antes de iniciar Pages, durante los años de la guerra entre Irán e Irak, cuando el país estaba en una situación verdaderamente inestable. El sistema educativo estaba siendo remodelado de acuerdo con los preceptos de la «revolución cultural». Esto significó «eliminar» de las universidades todo aquello que no sintonizase con la ideología revolucionaria. En aquellos días la inmigración parecía inevitable, sobre todo si uno ambicionaba estudiar arte y trabajar como artista.
P: Los diferentes números de la revista —siete hasta el momento, contando con el que está a punto de salir— plantean un guión de cuestiones alrededor de un debate. ¿Cómo transcurre el proceso de decisión? ¿Cómo ha ido cambiando la revista con cada número?
R: El eje, al menos en gran parte, de los temas sobre los que gira el núcleo de la revista, es el aquí y ahora en el que tiene lugar la vida, la vida social y la política en Irán, y cómo esa compleja y cambiante estructura de condiciones afecta a la vida intelectual y a la práctica artística. Sin embargo, en los últimos números hemos querido ensanchar ese horizonte y abordar el contexto histórico en el que se desarrolla esa situación determinada y sus efectos. Aquello que nos preocupa es de qué modo un mejor entendimiento de esas condiciones requiere o requeriría la rearticulación y negociación de vocabularios y conceptos del discurso artístico que en Occidente se dan por supuestos. Fijar nuestro punto de mira en el contexto histórico que define esas condiciones hace que esa constante negociación de las condiciones sea inevitable. De este modo, casi podríamos decir que estamos siempre trabajando en el primer número de Pages. Con cada nuevo ejemplar volvemos otra vez sobre la cuestión del lugar y la posición que se crea desde la revista.
P: Tener una doble residencia significa también una doble presencia e influencia en ambas comunidades, ¿cómo entendéis la interacción entre el contexto europeo y el contexto iraní?
R: Se trata de una situación marcada por la multiplicidad. La no actualidad de conceptos culturales y nociones de intercambio definidos por la geográfica queda patente número tras número en la revista. Esto tiene relación con la condición de inmigrantes y con el hecho mismo de que esa condición es también un hecho cambiante. Entendemos que la práctica artística está influenciada por una multiplicidad de lenguajes que se desarrollan en lugares distintos y bajo distintas circunstancias, de modo que lo deseable es que la comunicación de este hecho fluya dentro de una multiplicidad.
P: ¿Cómo definiríais las metas intelectuales de vuestro proyecto? ¿Qué relación creéis que existe entre la comunidad intelectual de Irán/Oriente Medio y Europa? ¿Qué queda por hacer?
R: En los últimos años hemos visto cómo lo que inicialmente podía entenderse como una tímida presencia de Oriente Medio en el mundo del arte se ha convertido rápidamente en una tendencia del mercado. Sin entrar en generalizaciones, las cuestiones políticas se han convertido en bienes de consumo en diversas exposiciones, así como para artistas y comisarios. Se trata de un hecho que contribuye negativamente al discernimiento de las cuestiones verdaderamente importantes en la base del debate entre diferentes posiciones políticas y culturales. Otra cuestión a tener en cuenta es que esta producción a la que me refiero está pensada para un público occidental. El receptor pasivo es siempre el mismo. Se trata de una constelación en desequilibrio que reduce las posibilidades de reflexionar sobre otros puntos de vista. Está claro que en la mayoría de países de Oriente Medio no pueden organizarse eventos artísticos como los que se realizan en Europa. Esa es la razón de que tengamos una sobreproducción sin que esta esté sujeta a retos (intelectuales y económicos). Todos sabemos que el arte por sí mismo no cambia situación alguna, al menos no en Oriente Medio. Pero lo que es inherente al arte es la constante reconsideración de sus condiciones de producción y recepción, porque, al menos idealmente, depende de una multiplicidad de contextos y condiciones.
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1 comentario:
entre tanto arte snob es saludable encontrar información como esta.
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