La discusión ha empezado lentamente. Un poco de información sobre ello me envía la artista y 'arquivista' Cristina Ribas de RJ: un artículo de la periódista y curadora independiente Daniela Name que acaba de ser colgado en su blog sobre las tensiones y razones por las cuales ese acervo personal se haya encontrado hoy en la casa del hermano del artista y no en la institución del Centro de la ciudad dispuesto para su conservación y acceso público, el Centro de Artes Hélio Oiticica. Algo de ese intercambio de opiniones y las distintas posiciones pueden verse desde aquí en Canal Contemporáneo.
Lo posteo aquí en una traducción rápida del texto, hecha con el apoyo de Fernanda Nogueira--a quien agradezco--, ya que nos parece importante que parte de esta discusión circule también en castellano.
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Obra de arte no es foto de familia
Hasta cuando vamos a perder acervos como el de Helio Oiticica
por Daniela Name
Reproduzco abajo el reportaje del Globo Online, firmada por Flavia Lima, y posteada hoy a las 9:41 AM, en el periódico. Me gustaría, antes de todo, manifestar mi pesar y mi solidaridad a los miembros de la familia HO con quienes trabajé y a quienes conocí íntimamente. Estoy segura de que la situación es difícil y tomo la libertad de usar el blog para mandar saludos a Janjão y María.
Pido permiso e incluso disculpas a ambos, pero creo que es hora de convertir la tragedia en una ocasión para tocar una cuestión grave y delicada.
Todo el acervo de Helio Oiticica, uno de los mayores artistas –sino el mayor- de los años 1950-1960 del arte brasileño, estaba en una casa del barrio Jardín Botánico.
Es una casa común donde HO vivió –y donde Ferreira Gullar enterró su famoso poema*. La familia Oiticica todavía vive allá, esto es, el lugar donde está la reserva técnica tiene un doble uso: comparte el espacio con la esfera doméstica.
La pregunta es: ¿Por qué este acervo no estaba en una institución? La familia recibió durante años una comisión de 20 mil reales [US $ 12 mil aprox.] de la Alcaldía, para mantener el acervo en el Centro de Arte Hélio Oiticica. Pero hace años, también, la mayoría de las obras no estaban en el edificio de la Calle Luis de Camões, ya que la reserva técnica se construía poco a poco en el Jardín Botánico. Parte de las obras está también en el Museo de Houston, en Texas, Estados Unidos.
Cuando el nuevo gobierno asumió la Secretaría de Cultura entendió que no debería pagar para albergar el acervo. Retiró los 20 mil reales y el sobrino de HO, Cesar Oiticica Filho, retiró del edificio lo que restaba de las obras. El también alegaba que tenía el pago retrasado por haber producido dos exposiciones que estaban siendo exhibidas en el Centro, con dos ‘penetrables’ del artista. La producción de las exposiciones, hecha por la propia familia (con el valor aproximado de 50 mil reales) nada tenía que ver con el dinero recibido de la Secretaria. El pago se hacía aparte, dentro de la Ley del ISS (Impuesto sobre Servicios).
Al ingreso de la nueva administración, como siempre ocurre, se hicieron auditorias en las cuenta. El pago se retrasó. El sobrino cerró las puertas de la exposición al público a causa de esto.
En esa época yo estaba en la Alcaldía e intenté ayudar en la negociación, bastante infructífera –de ambos lados, es conveniente decirlo, para una defensa posible de la familia. Había incomprensión de ambas partes, sin embargo hubo un esfuerzo hercúleo, hecho específicamente por la dirección del Centro de Artes, para que los vínculos con la familia se mantuviesen.
Ya fuera del poder municipal hace algunos meses sigo con la misma sensación de malestar que me acometió en la época –y que coincidió con la polémica de la familia de Volpi y la exposición organizada por Vanda Klabin en el Instituto Moreira Salles.
Admiro el empezo de Cesar Oiticica, hermano de Helio, y de su hijo Cesinha, en preservar la memoria de HO. Creo incluso que la familia debe ser un perro guardián de esta memoria. Pero hay límites: obra de arte no es foto de familia y no debe ser tratada como tal. Un parangolé no es una joya que se pone en un cofre. En el caso de HO –y de cualquier otro artista, sobre todo de su valor—la memoria es de la familia, pero también de toda una sociedad.
Es evidente que los edificios públicos también se incendian pero hay menos probabilidad y mayor vigilancia. Lo que es público puede tener seguimiento público. Lo que está en una casa del barrio Jardín Botánico no es velado por nadie, excepto por quienes viven allá.
Es necesario pensar ahora en leyes que regulen esta situación… De otro modo, otros acervos también se perderán.
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A REPORTAGEM DO GLOBO ON
RIO – Um incêndio na casa da família do artista plástico, pintor e escultor Hélio Oiticica no final da noite desta sexta-feira, no Jardim Botânico, Zona Sul, destruiu 90% do acervo das obras de arte do artista, um dos fundadores do movimento neoconcretista. Segundo o arquiteto César Oiticica, irmão de Hélio, cerca de duas mil peças do artista, morto na década de 1980, foram queimadas, num prejuízo estimado em US$ 200 milhões.
Bombeiros do quartel do Humaitá foram chamados para combater as chamas. Ainda não há informações sobre o que pode ter provocado o incêndio. O fogo atingiu uma sala do primeiro andar da casa onde ficavam as esculturas, as pinturas e as instalações do artista. A sala, porém, tem controle de umidade e temperatura. Não houve feridos.
- A cultura brasileira que ficou ferida – disse César Oiticica, desolado.
Segundo o site G1 , os parentes estavam no andar de cima quando sentiram um forte cheiro de fumaça.
- Arrombei a porta para sair a fumaça e a gente entrar e ver o que era, mas já era tarde demais. Já estava pegando fogo em tudo – disse César. – Eu sinto que fracassei, pois desde que me aposentei minha missão era cuidar da obra dele. Eu me sinto péssimo.
1 comentario:
Praticamente inaceitável este incêndio Miguel.
a ver ainda o reflexo disso tudo na cena artistica e institucional aqui no Brasil.
porque de alguma forma é uma irresponsabilidade de tamanho institucional
realmente soa como uma 2ª morte irreparável....
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