lunes, julio 20, 2009

Metales Pesados y "Textos de Batalla" de Justo Pastor Mellado

Estando en Santiago es inevitable visitar más de una vez la librería Metales Pesados y a Sergio Parra uno de sus entusiastas directores. El trabajo editorial que han impulsado en los últimos años es notable y justo de elogiar, y más aun dado su crecimiento exponencial en lo que a artes visuales se refiere, con recopilaciones de autores específicos (Nelly Richard, Ticio Escobar, Rodrigo Zuñiga, entre otros), publicaciones en colaboración con diversas instituciones, e incluso proyectos propios como el reciente volumen doble editado ante la invitación del equipo curatorial de la última Trienal Poligráfica de San Juan titulado "Cuadernos de movilización".
Ya en este blog he dado cuenta de algunas de sus publicaciones recientes, como la edición de "Debates críticos en América Latina: 36 números de la Revista de Crítica Cultural" editado por Nelly Richard, e incluso también de la reedición del libro de Richard "Márgenes e Instituciones" originalmente de 1986, publicado por vez primera en castellano en una edición im-pe-ca-ble. Aprovecho en anunciar además que acaba de salir literalmente de imprenta una edición de ensayos de Luiz Camnitzer que espero comentar en un próximo post (con esta publicación Camnitzer completa tres -o cuatro- libros de escritos en muy pocos años, incluyendo su publicación Conceptualism in Latin American Art: Didactics of Liberation publicada también en castellano en España y América Latina de forma simultánea, y la edición "Antología de Textos Críticos. 1979-2006" publicado por la Universidad de los Andes de Colombia y la revista ArtNexus) .
Y a propósito de Metales Pesados, en abril pasado publicaron "Textos de Batalla", una recopilación de escritos del crítico chileno Justo Pastor Mellado. Sin poder comentar aún este gigante y pesado volumen de escritos reproduzco una provocadora entrevista con JPM de marzo pasado a propósito del lanzamiento de la publicación.
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ARTES Y LETRAS Domingo 1 de Marzo de 2009

ARTE Justo Pastor Mellado, curador de arte contemporáneo:
Me decepcioné de la escena plástica chilena

La editorial Metales Pesados publicará "Textos de batalla", la última arremetida del curador contra distintas instituciones culturales chilenas. Mellado dispara contra todos.

MACARENA GARCÍA G.

Mellado atribuye su nuevo libro a un encuentro feliz. Un día de enero entró a la librería Metales Pesados y le espetó a su dueño, Sergio Parra, que cuándo le iba a publicar un libro. Parra y su socia, Paula Barría, tienen una cuidada editorial de textos de artes visuales, pero Mellado no lo decía en serio, no, porque le gusta hablar en broma y porque ya tiene muchos inéditos guardados en cajas de plástico. Libros que a nadie le interesan.

Pero Parra, el librero astuto de José Miguel de la Barra, lo desafió a que le presentara uno. Mellado, más astuto, lo creó ahí mismo: "Tengo uno -le dijo- será mi respuesta política a mi marginación de la Trienal. Incluirá desde el primer texto que escribí hablando de la posibilidad de hacer una bienal en Chile, hasta el último. Mi visión sobre la política cultural de gobierno". A Parra le encantó. Porque la visión de Mellado cruza ironía y crítica a destajo: un libro de disparos hecho con humor.

El libro -que será lanzado a mediados de abril- está conformado por 100 columnas antes publicadas en la página web de Mellado. Textos ordenados en forma cronológica que recorren algunas de sus obsesiones: por qué los gobiernos crean museos que no tienen programa, cómo hacer para potenciar escenas artísticas locales y no vivir de arte envasado que llega por las embajadas del primer mundo, con cuánta mediocridad se administra el Estado y cuál es la realidad retratada por los diarios. En especial, por un diario: éste.

Mientras Mellado prepara un café, se lo comento. Que haya tanto texto sobre lo que dice o no "El Mercurio". Él se llama a sí mismo "un experto mercuriólogo". "Ah, claro. Es que está todo ahí, es el registro de todo. ¡Sí, soy suscriptor!, ¡si hasta mi hija lee 'El Mercurio'!". Dice, exclamando. Después confesará que cada vez le interesa más el comentario de la prensa.

A Justo Pastor Mellado se lo suele presentar como crítico de arte y curador de exposiciones de arte contemporáneo. A eso se dedica, pero se formó en filosofía política, lo que explica buena parte de sus obsesiones. En este libro, hay fragmentos divertidísimos sobre el porte de príncipe de Lagos, los labios y la verborrea de Vidal o sobre cómo le influyó el exilio mexicano a Insulza.

-Ya casi no escribe de arte.
"Menos. Antes yo escribía más de crítica de arte con un propósito profesional, aunque nunca hice comentarios de exposiciones. No. Y ese otro tipo de crítica de arte que es una crítica proactiva, destinada a pensar en una infraestructura para las artes visuales en las escenas precarias, la sigo haciendo. De ahí la idea de hacer una bienal en Chile y de ahí el trabajo con artistas contemporános penquistas que he estado realizando. Lo otro, es una crítica que no quiero llamar deconstructora, para no ser tan cursi. Es crítica política, que cubre todo, no importa el objeto".

-Esa es la más recurrente en el último tiempo, ¿por qué?
"Por mi decepción de la escena plástica chilena. Está empantanada en el academicismo. No tiene futuro. Los artistas trabajan buscando la validación de sus profesores. Hay también una 'fondarización' excesiva, todo se hace llenando el formulario".

-En el libro habla de "la conseguida de sala". Que los artistas ya no producen obras más que para conseguir un espacio de exhibición.
"Sí, también. Es que no hay destino. Los únicos cuyo trabajo me interesa son aquellos que se sustraen a esta determinación".

-¿Quiénes?
"El Mario (Navarro), Iván (Navarro), la Ingrid (Wildi), Fernando Prats, la Mónica (Bengoa), el Patrick Hamilton. Norton Maza. Son muy pocos. La mayoría de ellos vive fuera, los que viven acá, exponen poco. Lo que quedó es una escena previsible".

- Si le dieran la opción de arreglar el Fondart. ¿Cómo lo haría?
"Siendo más riguroso, pero es muy difícil ser riguroso porque los que arman las comisiones no tienen una visión de largo plazo. Yo pensaría en comisiones que duraran más tiempo, que pudieran hacer política. Hay que hacer análisis de cuáles son las ventajas que tenemos de obras para inscribirnos en el sistema internacional. Eso implica inversión editorial y persistencia de presencia de dos, tres o cuatro nombres en lugares de privilegio durante un tiempo relativamente largo".

-Esa es la razón por la que se escogió a Iván Navarro para representar a Chile en la Bienal de Venecia.
"Ah, claro, pero hemos tenido que luchar para que prevalezca ese criterio. Muuuucho. Es que tienes que pensar que acá los profesores de arte no suelen circular afuera y castigan a los estudiantes que piensan con esas nociones. Basta ver que el único artista chileno que tiene galería es Eugenio (Dittborn) y no hace clases en la Universidad".

-Hay algunos más.
"En términos estrictos los chilenos con galería son muy pocos: Dittborn, Fernando Prats, Iván Navarro, Patrick Hamilton. Si seguimos juntando a otros llegamos a 15. No seamos ingenuos, nuestros artistas no tienen circulación internacional".

-Hace 10 años la situación era la misma, pero usted era más optimista. ¿Qué pasó?
"Bueno, voy a cumplir 60 años. Es una mala pregunta la tuya, hacérmela a esta edad, porque claro, lo que antes encontraba en las artes visuales ahora lo encuentro en la literatura, la filosofía, el análisis de prensa. Pero supongo que también tiene que ver con que los artistas se adecuaron al formulario. Es un arte sumamente predecible, homogéneo. Y ya si te pones a analizar el panorama de las regiones, es terrible. Los Fondart los ganan allí los artistas tardomodernos que no logran tener circulación nacional, pero se aseguran como héroes locales. Debiésemos admitir que estamos usando el Fondart como un aparato de subvención, incluso en el caso de nuestros más inminentes artistas".

-¿Hay un nuevo galerismo?
"Creo que no. Yo postulé a esa hipótesis, pero me parece que no han logrado crear un nuevo modelo de negocio. Hay que tener un nuevo modo de relación con el dinero".

-¿Cómo se explica que a la pasada edición de la feria de arte de Buenos Aires hayan viajado seis galerías chilenas?
"Ahí hay algo bueno. Circulan y aprenden cuánto cuesta producir la estadía en uno de esos lugares. Es una escuela. Yo creo que hasta ahora se han equivocado en el modelo de negocios. Pero si hay algo que sí está surgiendo es un nuevo coleccionismo. Ahí sí veo avances".

-En el libro aparece muchas veces la palabra endogamia.
"¿Sí? Es que es un país pequeño, demasiado autorreferenciado. Funciona de acuerdo al modelo de 'El obsceno pájaro de la noche', su toxicidad es rápida".

-¿Cómo se soluciona?
"Saliendo. Creyendo siempre que se está afuera".


La batalla a los museos
En el libro, Mellado tapa de críticas al Centro Cultural Palacio La Moneda. Aquí le preguntamos por los museos que legará la administración Bachelet.

- ¿Qué espera del Museo de la Memoria?
"No, no me preguntes sobre eso. Lo encuentro un error porque no hay conceptualización que lo sostenga. No hay teoría de la memoria. La memoria es la nueva industria, es como un chupete compensatorio mal hecho. Será otro hoyo".

- ¿Y el Centro Cultural Gabriela Mistral?
"Yo creo que ese va a funcionar porque no es de artes visuales. El teatro y la música son pequeñas industrias ya rodadas, lo peor que podrían hacer sería meter salas de exposiciones. En Santiago sobran salas de exposición".

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