domingo, marzo 29, 2009

Comentario a propósito de mi post sobre las conferencias de fotografía en el CCE-Lima

En un post anterior comentaba sobre un ciclo de conferencias sobre fotografía, articulado en el marco de las actividades del PHE09, en el Centro Cultural de España de Lima. En ese post confundí un nombre e hice mención a una persona de forma errada (me refiero al investigador mexicano Alejandro Castellanos). Su persona está equívocamente aludida, y en un tono sarcástico que puede prestarse a malinterpretaciones. Lamento el equívoco y lo menciono aquí porque me parece importante hacer la salvedad en este mismo canal.

Quiero aprovechar además para copiar el comentario que hice en ese mismo post, sobre algunas ideas que quedaron flotando como trasfondo y que me parecen las más importantes de recuperar para que el comentario no se quede gratuitamente en el aire.
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"No me interesa hacer un comentario en torno a si los alumnos del Centro de la Imagen deben o no estar exhibiendo en galerías, esa conclusión me parece demasiado fácil e incluso acusatoria, y no hay ninguna vocación policial de lo que debe o no debe mostrarse en mis palabras. De hecho, yo soy mismo soy egresado del Centro de la Imagen -y no reprimo de exhibir cuando me da la gana-, y aun cuando estoy residiendo en el extranjero todavía me siento parte del cuerpo docente del cual fui parte hasta fines del 2007. En ese sentido, mi crítica es también una autocrítica en la necesidad de repensar qué tipo de programa educativo y crítico en torno a la imagen estamos poniendo en juego.

La educación es política. La imagen es política. Me importa entender que los espacios donde ponemos en juego estas ideas no son neutrales, que la educación y la imagen son espacios de producción de subjetividad, y pueden tanto apostar por un lugar anestésico pasivo del sujeto (la empresa de la dominación), o por un lugar activo de impugnación (la empresa de la emancipación).

Lo que me molestaba de alguna manera -y en eso quizá también tiene que ver mi aterrizaje en Lima- es pensar que continuemos generando situaciones que poco hacen para repolitizar de forma efectiva las forma de discutir y pensar sobre la imagen. Pero creo que en ese sentido mi comentario sobre PH09 está mal dirigido, ya que eso viene a Lima ya prearmado, digamos. Quizá a lo que intentaba aludir en un nivel pragmático era sí a la falencia que tenemos en materia de investigación y trabajo crítico sobre fotografía en las instituciones que, por una u otra razón, pueden tener la infraestructura para ponerlo en marcha.

Creo que en los últimos años han habido iniciativas y proyectos importantes como Yuyanapaq por ejemplo, o el libro de TAFOS -por mencionar dos escenarios de importante visibilidad-, que indudablemente marcan una pauta de revisión crítica de la imagen. Y es que al hablar de fotografía nunca hablamos de simples imágenes, sino de modos de visibilidad y formas de representación de los sujetos al interior de las formas de producción de lo social. La imagen opera, quiérase o no, al interior de esas formas de producción de subjetividades, reafirmando sus límites (aquello que puede ser visto, aquello que no, aquello que puede decir, aquello que no).

La pregunta para mí es cómo sobrevenir ante esa distribución (que es también la distribución producto de la imagen) de las partes en el espacio social. La pregunta por la fotografía es también, de alguna manera, la pregunta por la forma en la que son representados los sujetos. Eso que Jacques Rancière llamaría, en el cruce de la política con la estética, la "división de lo sensible", es decir, ese sistema de evidencias que señalan la existencia de algo común, y cuya distribución en lo social fija los límites de los espacios y tiempos en los cuales los sujetos participan de tal división.

Y esto me parece fundamental, porque el transfondo de mi comentario es precisamente entender la cuestión de las prácticas estéticas, pero desde sus formas de visibilidad, del lugar que éstas ocupan y de lo que "hacen" con respecto a lo común. Y en eso retomo a Rancière directamente, porque aunque no se quiera la fotografía -como cualquier otra práctica estética- es una "manera de hacer" que interviene en esa "distribución general de las maneras de hacer", en el sentido de que ello mismo produce maneras de ser, y a su vez formas de visibilidad.

Nada de ello va en contra o a favor de que haya un conversatorio en Lima en el marco de PHE09 (aunque vale tener también en cuenta que un conversatorio es también un espacio de producción de subjetividad, y la pregunta debe ser también qué subjetividad allí se genera). Pero sin duda es necesario preguntarnos qué debate público estamos construyendo en torno a la fotografía, y cómo la imagen articula hoy su papel político en la esfera pública (y más aún, sobre cómo ello puede colaborar en la construcción de un proyecto democrático del disenso). Lamentablemente creo que varios de esos debates escapan aún al radar institucional local, y mi comentario era precisamente un intento -acaso mal dirigido- de volver sobre esa redefinición permanente de lo político que performa la imagen, lo cual no podemos perder de vista."


Miguel López
10:49 AM, marzo 29, 2009

2 comentarios:

Naranja radical dijo...

un saludo. Deseo compartir algunos textos, pueden ser de interes en miras de un nuevo arte antoconceptual.
http://www.altamiradisidente.blogspot.com/

Francois Hebel dijo...

antoconceptual?