lunes, diciembre 15, 2008

"Dar fragmentos que indican direcciones a ningún lugar específico". Dos entrevistas a Mario Montalbetti

Gracias al blog zona de noticias de Paolo de Lima me entero de un par de entrevistas al lingüista Mario Montalbetti publicadas recientes, en torno a su nuevo poemario Ocho cuartetas en contra del caballo de paso peruano (Album del Universo Bakterial, 2008). La primera de ellas es de Maribel de Paz publicada en Caretas, y la segunda de Diego Otero publicada recientemente en el Suplemento El Dominical del diario El Comercio.

A propósito de su libro y la coyuntura política reciente, el poeta y linguística hace varios comentarios muy precisos y agudos. Montalbetti reflexiona también sobre su lugar frente a la escritura, descolocando el lugar del significado y de la comunicación en la producción estética. Quizá ese sea la dimensión que desde un inicio me ha interesado del trabajo poético y crítico de Montalbetti, a quien he leído con fruición los últimos cuatro años. Su escritura apunta, sin duda, a una repolitización radical del lenguaje, confrontando abiertamente el desbordante y banalizante pragmatismo del presente. Reproduzco aquí las dos entrevistas.
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Montalbetti entre líneas



Lingüista y poeta, Mario Montalbetti llega al galope con dos poemarios bajo el brazo y mucho reto para el lector

Por Maribel de Paz*

Ocho cuartetas en contra del caballo de paso peruano no tiene nada que ver con el caballo de paso peruano. Publicada por el Álbum del Universo Bakterial, la última entrega del poeta y lingüista Mario Montalbetti busca, así, remarcar que más importante puede ser el número de versos que el título mismo de un poema. Trabajando a contracorriente del lenguaje, incidiendo en la repetición de los versos y apartándose de la búsqueda de significados, el vate, discípulo de Noam Chomsky, llega, además, con otro libro: El lenguaje es un revólver para dos, editado por la Colección Underwood de la U. Católica, una especie de bonus track con poemas rescatados de lo que quedara fuera de Cinco segundos de horizonte, su libro anterior. Y por si fuera poco, Ocho cuartetas…llega, además, con anuncio de epitafio propio entre sus versos: "se fue de lengua".

Al terminar de leer Ocho cuartetas… queda la sensación de que es un poemario críptico, experimental. ¿Qué has buscado con esta entrega?

La tesis fundamental es que el verso es más importante que el poema, es decir, que las partes son más importantes que el todo, y se indican direcciones por donde alguien que lo lee puede darle la significatividad que quiere.

¿Hay en este poemario una voluntad de comunicar?

No, la comunicación es una de las peores ideas que tiene el ser humano respecto del lenguaje, menos aún en poesía. No trato de comunicar nada.

¿Por qué publicas entonces?

Porque fuera de la comunicación, de dar significados, hay otra cosa que se puede hacer. Y es dar fragmentos que indican direcciones a ningún lugar específico. Es como la diferencia entre una señal de tránsito que te da el sentido del tránsito, y otra que te promete una Plaza de Armas al final de la flecha. Yo no te prometo ninguna plaza, te digo solamente "tomemos un micro y vayamos en cierta dirección, y si te quieres bajar en algún lugar me parece fantástico".

¿Y hacia dónde te llevan a ti tus propios versos?

Si lo supiera lo escribiría, pero sí me llevan a buscar cosas que no me garantizan ni unidad ni totalidad. Se parece más a cierta deconstrucción derridiana, es decir, el destejer ciertos hilos y ver hacia dónde va este destejimiento. Hay gente que escribe con toda la comodidad del lenguaje detrás suyo. Yo no.

Dices en un poema "compañeros nuestros versos está demasiado pesados demasiado cargados de castellano". Y aplicas, también, una ruptura gramatical.

En contra del todo de la gramática, el todo de la Academia de la Lengua. Creo que cuando usas formas incorrectas de hablar encuentras la dirección del lenguaje. Pero la gente busca otra cosa.

¿El preciosismo?

No, también leen a Osho. Lo que pasa con el ser humano es que es como un toro que embiste ante ciertas muletas, y hay una a la que siempre embiste: el significado. El significado es el gran ansiolítico de la sociedad. Entonces, cuando escuchas los bombos en una sinfonía de Tchaikovsky dices "ah, esos son los cañones del ejército ruso, fantástico".

Alguna vez dijiste que el poeta en el fondo no sabe lo que hace. ¿Tú tampoco lo sabes?

No sé lo que estoy haciendo. La gente piensa que el poeta sabe cuál es el significado del poema críptico, pero el poeta no lo sabe, y por eso escribe.

Chomsky, tu maestro, centra parte de su discurso en el resguardo de la seriedad. ¿Cuál dirías que es la principal falta de seriedad que aqueja al Perú actualmente?

Uf. ¿Puedo decir el APEC? Una de las grandes faltas de seriedad en el sentido de seriedad de análisis tiene que ver con los medios, con la casi imposible distinción entre un blog y un periódico. Realmente el diario El Comercio es un blog, da opiniones y no ideas.

¿Versus la prensa estadounidense?

Tampoco hay mucha diferencia entre el New York Times y los blogs. Y en el Perú hay mejores noticias mejor comentadas en El útero de Marita que en El Comercio. Con el APEC se vio clarísimo. Para mí el APEC es un road show con 21 personas que se ponen un poncho y cantan una vez al año en diferentes zonas de la región. Esta vez la canción se llamaba "no al proteccionismo", pero nadie analizó qué quería decir. Quiere decir que si tienes una compañía al borde de la quiebra puedes botar a un trabajador, pero a ti como dueño sí te van a ayudar, te van a decir sí al proteccionismo. Entonces, ¿qué tipo de canción es esta de 21 personas a las que solo les faltaba el caballo de paso? Que en realidad es un caballo de Troya en el que te meten el neoliberalismo más radical. Parecería que hubiera una tarea de embrutecimiento adrede de la sociedad.

* Publicado en Caretas
2057.
En la foto: Mario Montalbetti. "En el Perú hay mejores noticias mejor comentadas en El útero de Marita que en El Comercio", señala.

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El juego de la diversidad

Una contrucción del lenguaje. La semana pasada se presentó "8 cuartetas contra el caballo de paso peruano", el quinto libro de uno de los poetas más respetados y audaces del país: Mario Montalbetti.

Por Diego Otero

¿Es el caballo de paso una cifra de nuestra identidad? ¿Lo es el pisco (a pesar de lo que sucede no en el sur chico sino en el grande, digamos)? Mario Montalbetti (Lima, 1953) habla de estas cosas en "8 cuartetas contra el caballo de paso peruano" (Álbum del Universo Bakterial), su nuevo libro. Pero lo hace de una manera singular: oblicuamente, ásperamente, como quien desafía al lector, como quien lo obliga a interpretar. A propósito, una ocurrencia coyuntural se despliega en la conversación: la foto de los veintiún presidentes del APEC como veintiún chalanes en espera de su gran caballo de paso. "Lo que no saben es que el caballo que se les aproxima es más bien el de Troya".

Ya se ha hablado del 'leit motiv' de "8CCCPP" (la carátula del libro solo luce unas iniciales, que, en efecto, parecen las iniciales en ruso de la URSS): en poesía la parte --el verso-- es más importante que el todo --el poema--. Esa es la premisa de la que parte Montalbetti; una premisa que pretende cuestionar las nociones de unidad y diversidad en términos más amplios: lingüísticos, evidentemente, pero también políticos. "Desconfío de todas las ideas que a primera vista parecen muy buenas ideas". Esa es de alguna manera la actitud que impone este libro; un libro que desconfía de la noción misma de poema, de la noción misma de libro de poemas.

Poemas como "Amplia fría blanca sucia nube que cubre el sol", que habla sobre Pisco posterremoto, o "Ciudad máxima", que es un comentario sobre la Lima actual, recurren a un lenguaje fragmentario, como reproduciendo en la propia sintaxis el efecto sísmico o la desestructuración urbana...
Podemos jugar el juego de la diversidad con redes de seguridad o sin redes de seguridad. Si lo hacemos con redes de seguridad reproducimos un poco la idea que tiene el Estado: somos muchos pero si nos juntamos formamos un uno, como si fuéramos las piezas de un rompecabezas y como si la caja de ese rompecabezas mostrara una foto del mapa del Perú, es decir, una foto de la imagen que se genera si encajamos todas las piezas. La otra posibilidad es sin redes: somos muchos, somos diversos, ¿pero si juntamos todo esto formamos algún tipo de uno? Quizá no. Esa es la diversidad que me interesa.

El poema "Lejos de mí decirles compañeros" es una especie de arte poética que incordia, que busca despertar una voluntad crítica con respecto al uso del lenguaje en la poesía. ¿La poesía peruana está demasiado cómoda, no se enfrenta al lenguaje?
Yo creo que hay un regodeo en ciertos hallazgos que se reiteran. La propuesta de "8 CCCPP" va por ahí, es una forma de intentar decir que el lenguaje se puede usar para otras cosas, no solo para comunicarnos o para construir significados. En mi poesía, sobre todo en este libro, el sentido se manifiesta como una dirección, como un camino que se abre pero que no nos muestra su final.

"8CCCPP", más que cualquiera de tus otros libros, propone una poesía del lenguaje. Es decir, una poesía que ausculta los mecanismos de la representación verbal y no los de la experiencia. ¿No crees que hay un riesgo ahí?
Mucho de lo que llamamos realidad no es sino una construcción del lenguaje. Para los lacanianos, por ejemplo, existe [lo] real, que es esta especie de excreción del orden simbólico, del lenguaje, de modo que el lenguaje se construye casi como una defensa frente a ese real indomable. Piera Alaugnier es una analista francesa que afirma que la primera violencia que sufre un niño sucede cuando no puede entender lo que le dice la madre. Y creo que esa violencia es la que de alguna manera reproduce el poeta.

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