Cherman x 2 / Entrevista

Mañana miércoles 16 de julio se inaugura la segunda exposición de Cherman en la galería 80m2, titulada "Superhéroes de la Patria". La semana pasada abrió la primera en la Alianza Francesa de Miraflores: "Pesos Pesados del Perú y del Mundo". Así que tenemos por partida doble. Imposible perdérselo. Y aquí se reproduce la entrevista que José Luis Chueca le hace hoy en el diario Perú21.
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Cherman: El olvido es la herramienta más fácil del peruano

Mañana se inaugura, a las 7:30 p.m., en la galería 80m2 (Prolongación San Martín 10, Barranco) la exposición Superhéroes de la patria, muestra que complementa Pesos pesados del Perú y del mundo, en la Alianza Francesa (Av. Arequipa 4595, Miraflores). El artista: Cherman.

"Fue como en Escape a la victoria: estaba en un equipo de fútbol en el que hicieron una trafa para llevar gente a Estados Unidos. En esa época yo pensaba que la podía hacer con el fútbol. De hecho, llegamos a la final pero las cosas salieron mal. Intenté quitarme a Alemania a jugar pelota, pero no lo logré. Pasé como medio año allá. Después, vine de regreso... a la desgracia. Fue una aventura bien fuerte. Más a esa edad", cuenta Cherman, acerca de un extraño viaje de juventud.

¿Y la historieta?
Nunca la dejé. Yo siempre estaba dibujando. Allá, las cartas que les escribía a mis amigos iban llenas de dibujos de fotos que copiaba de las revistas de rock... que es lo mismo que hago ahora. Pero lo que desató la fiebre del cómic fueron los concursos de Calandria, que demostraron que había mucha gente queriendo hacer cómic; a pesar de que cada vez tuvo más concursantes, es curioso cómo terminó desapareciendo.

Su trabajo más importante fue Crash, Boom, Zap, el fanzine más difundido de todos los tiempos en el Perú.
Nació en el 92 o 93, con los concursos. Pusimos muchos afiches en todos lados pidiendo colaboraciones... Por dos años, hasta que salió, fue el fanzine más popular que no existía. Lo que pasa era que yo no quería quedarme, como tantos, en el número uno o dos. Al comienzo, el Crash iba a ser como la revista Rolling Stone pero yo, pisando tierra -o barro, más bien, una resbalada y me fui de cerebro-, me enfoqué bien aprovechando los recursos. Así logramos un fenómeno: 10 mil ejemplares gratuitos. Ahí ayudamos a muchos historietistas a escoger a sus personajes, como Caraxo Man, Cuyejo o Lito, el Perro.


Su arte tiene estilo y técnicas procedentes del diseño gráfico.
Tengo una propuesta personal con el arte gráfico. Yo mismo me he armado una carrera de diseño en estos 15 años, durante los cuales he aprendido a hacer todo lo que hace una agencia -que cobra bastante más para poner a cuatro pelucones y un camión de comida-. He hecho miles de cosas: tarjetas, logos, invitaciones, discos, carteles y afiches, importantes o no, benéficos o pagados. Debo haber hecho más de 700 piezas gráficas. Y en todo este tiempo siempre ha habido una gusto y con las supuestas reglas.

Pero en el diseño hay clientes.
Incluso para los trabajos por encargo uno tiene que confrontar a las personas, así se vaya de cara. Si no, pasa lo que hay: no se ve nada innovador.

En las muestras que ofrece ahora hay personajes del imaginario peruano.
Comencé en 2003. Lo primero fue el dibujo de la Sarita, que dice "tu alma es un kampo de batalla". Esa llave me abrió a un montón de personajes con los que pensé evidenciar nuestra falta de reconocimiento.

Y cae en Fiestas Patrias.
Por eso esta muestra es también un reto. ¿Por qué usan polos que no dicen nada o que dicen Miami y no son capaces de reconocerse? ¿Y en poesía? ¿Por qué no buscan a Lucho Hernández, a Eielson o a Watanabe, que son pesos pesados? Y Micaela Bastidas debería ser usada como símbolo de la mujer.

Hay un dibujo de Julio C. Tello que dice "tengo el orgullo de ser peruano y ¿soy feliz?". Y Vallejo dice "hay hermano mucho ke hacer y tú no has hecho ni mierda".
El olvido es la herramienta más fácil del peruano. Y porque olvidamos preferimos escoger a cualquier ídolo extranjero. La muestra Supehéroes de la patria apunta a que reconozcamos el valor de quien entregó su vida por un ideal, lo cual es una huevada romantíquisima... y así somos los peruanos. Antes hice dibujos de Elena Izcue, una peruana que en Europa recibe homenajes con gigantografías enormes.

Usted hace polos con su arte.
No es merchandising. No hago como las empresas y tampoco tengo la inteligencia comercial para hacer eso. Esto podría llevar a la gente a hacer una revisión de sus expresiones artísticas.

¿Casado? Veo que tiene un tatuaje: un corazón lleno de puñales.
Y que dice "aún hay sitio". Pero tengo que actualizarlo... le faltan como ocho más. Además, soy muy cerrado. Y tirarme la plata o dejar de ganarla en mi trabajo ha hecho que me falte presupuesto para engancharme con alguien. Ahora estoy haciendo dos exposiciones simultáneas y es milagroso invertir en ellas, pero creo que me merezco ese riesgo, aun si tengo problemas para pagar la renta de fin de mes.