viernes, marzo 12, 2010
Necesidades Institucionales - Carlo Trivelli
Habiéndo aterrizado en Lima tan solo horas atrás me topo en el Comercio del domingo pasado con un texto de Carlo Trivelli sobre un debate reciente organizado por el diario. El texto es bastante llano, intuyo por falta de espacio, y me reservo el comentario para la segunda parte de este artículo, que se anuncia para este domingo. Veo que Felipe Mayuri ha comentado algo al respecto también que pueden ver aquí. Y Eduardo Lores --participante en la charla-- también comentó algo en El Comercio.
No se si precisamente este debate pero sin duda parecen estar pasando cosas interesantes en Lima y que no he podido anunciar, como las exposiciones de grabado inauguradas recientemente (Serigrafía Urgente, Estados A-Grabados, entre otros) o la exposición de la colección del Museo de Arte de San Marcos, que espero visitar en lo inmediato. Reproduzco de momento el texto de Trivelli.
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ARTE CONTEMPORÁNEO. PRIMERA PARTE
Necesidades institucionales
EL MIÉRCOLES 24 DE FEBRERO, EL COMERCIO CONVOCÓ A UN CONJUNTO DE CONNOTADOS ESPECIALISTAS PARA DISCUTIR ACERCA DEL PANORAMA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN NUESTRO PAÍS. EN ESTA PRIMERA ENTREGA ACERCA DE LO DISCUTIDO EN ESA OCASIÓN SE PONEN EN EVIDENCIA LAS CARENCIAS DE NUESTRO PAÍS EN TÉRMINOS DE INFRAESTRUCTURA, EDUCACIÓN Y POLÍTICA CULTURAL
Por: Carlo Trivelli
A iniciativa de nuestro director, Francisco Miró Quesada Rada, El Comercio organizó una mesa redonda para discutir el estado actual y perspectivas del arte contemporáneo. Fueron invitados para ello el pintor Fernando de Szyszlo, el artista plástico y fundador del Museo de Arte Moderno de Trujillo Gerardo Chávez, Víctor Delfín, artista y actual director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, la curadora y crítica de arte Élida Román, Eduardo Lores, artista y profesor de Estética de la PUCP, Gustavo Búntinx, curador o, como él prefiere, chofer de Micromuseo (“Al Fondo Hay Sitio”), Flavia Gandolfo, artista visual y coordinadora de Fotografía del Centro de la Imagen, Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima y Roberto Ascóniga, galerista, curador, filósofo e investigador en filosofía del arte. A continuación algunas de las intervenciones de nuestros invitados acerca de las dificultades que enfrenta el arte contemporáneo en nuestro medio hoy en día.
Ascóniga: Tengo la experiencia de mucha gente que va a mi galería y que no se encuentra, que se siente a veces como que la están engañando, como que hay una trampa, un truco. Y es muy claro. Entonces hay que tratar de hacer un poco de docencia, tratar de calificarlos: porque las tendencias son muy diversas y de todo tipo: arte, antiarte, etc.
Majluf: Yo creo que en los últimos 15 años en el Perú se ha vivido una revolución en muchos sentidos. Creo que las bienales de Lima fueron un factor de dinamización y apertura. Creo que uno de los factores determinantes del cambio en las artes plásticas ha sido esa apertura internacional: la llegada de algunos artistas y exposiciones que antes no pasaban por Lima, como también la creciente presencia de artistas peruanos en el exterior. Y todos esos procesos se han dado desde la sociedad civil organizada, que toma acción para promover el arte contemporáneo: el hecho de que exista un museo de arte moderno en Trujillo se debe al esfuerzo personal de Gerardo Chávez, por ejemplo.
Gandolfo: Para mí un aspecto muy importante del arte contemporáneo en relación con la creación es que existan no solamente espacios en que se pueda ver arte contemporáneo, sino que ya haya un sistema que sea realmente parte de la cultura, que uno pueda empaparse de formas de ver su propia cultura. Creo que el arte contemporáneo está alejado de nuestra cotidianeidad: hablo de los colegios, por ejemplo, no es solo el hecho de que no hay una educación artística propiamente dicha, sino que hay una especie de énfasis en la grandeza de lo que esta cultura fue, pero que ya no es más. En ese sentido, siento que hay una ruptura entre la cultura que pretendemos ser y la cultura que podemos producir, que es muy diversa.
Búntinx: Pienso que no se puede entender la situación actual del arte peruano sin percibir la dimensión histórica (y unos dirían casi apocalíptica de abismamiento final) que el Perú enfrentó como comunidad imaginada e imaginaria, durante las décadas del 80 y 90. Son 20 años recorridos por la experiencia traumática de la guerra y la dictadura y de todo ello salimos, como proféticamente señaló Mirko Lauer a fines de los 80, contemporáneos de nosotros mismos. Nunca antes el Perú ha estado confrontado con sus complejidades y con sus diferencias. No nos engañemos: el Perú fue construido sobre el desprecio, y hay bibliotecas enteras escritas sobre esto: el trauma de la conquista, etc. Ahora estamos ante la posibilidad única de reconstruirnos desde el respeto, desde el reconocimiento del otro. El arte pone todo esto en radical evidencia y no me parece casual que haya sido desde los espacios de la plástica, desde la visualidad entendida de una forma más amplia, que estos problemas se hayan planteado incluso en los peores momentos de represión y censura.
Lores: Hay dos niveles: uno es la ausencia de una política cultural: estamos entrando a época de elecciones y vamos a ver que la cultura no va a estar para nada en las discusiones. Debe haber una política cultural del Estado que sea como un paraguas que ayude, que dé luces a todas las propuestas inteligentes y buenas. Luego hay otro tema: la docencia y la comunicación. Yo tengo un curso de Estética en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica y me extraña la incapacidad que la mayoría de los alumnos tiene para entender muchas de las manifestaciones del arte contemporáneo.
Delfín: No se han resuelto dos temas fundamentales: la creación de un ente que organice todos estos sueños que tenemos nosotros y que nos quedan por realizar y un museo de arte contemporáneo. ¿Cómo vamos a hablar de arte contemporáneo si no tenemos referentes, si no tenemos museos? Y el otro tema es la creación del ministerio de cultura: si no existe un ente que se encargue de la difusión de la cultura no vamos a avanzar. Pero ese ministerio debe tener dinero, porque si no, ¿para qué se lo crea? Lo que pasa es que aquí se crean instituciones sin dinero. El otro día se me acercó una persona para pedirme una obra para el Museo de San Marcos y le dije que no. ¿Cómo es posible que una universidad que tiene 500 años no tenga un aparato administrativo que se dedique a buscar fondos para comprarles las obras a los artistas de una vez? ¿Ese es el respeto que se tiene por los artistas?
Chávez: Yo creo que estamos en un momento en que ya tenemos que decidir a comunicarnos y a hacer las cosas. Yo soy amigo de los proyectos: se dio que realizara un museo de arte moderno en Trujillo, tengo que mencionarlo, es un museo que salió lindo pero como un milagro. Pero ahí yo sigo siendo hasta ahora el mecenas, porque no tengo ningún apoyo del Estado ni de la comunidad. Entonces se siente lo desolado que uno vive en este país. Si estamos pensando en querer hacer patria con la cultura, tenemos que comenzar ya a unirnos. Encontremos la manera.
Szyszlo: Hacer el ministerio de cultura no tiene sentido si el presupuesto sigue siendo el mismo que se tiene ahora; el que se llame ministerio o casa de la cultura o, como se llamaba originalmente, Dirección de Extensión Artística del Ministerio de Educación, no tiene relevancia. Como decía Víctor, no tiene sentido que los pintores seamos los proveedores de los museos. Es decir, me parece maravilloso que se haya hecho el Museo en San Marcos, pero este debió adquirir, aunque sea por una suma simbólica, los cuadros. No pueden pretender que los pintores seamos quienes proveamos a los museos.
Román: Yo creo que estamos atacando el problema siempre desde una mirada muy limeña y centralista, creo que ese es otro de los problemas: el no mirar hacia el resto del país y el no estimularlo. Lo que también queda claro es la condición mendicante de las instituciones que se dedican a la cultura. Yo apoyo lo que dice Szyszlo acerca de que un ministerio de cultura sin presupuesto es una declaración de intenciones y se acabó, pero sí creo que es fundamental apoyar y llevar adelante la ley de mecenazgo, porque ya está demostrado que la sociedad civil sola se maneja mucho mejor que con directivas estatales. Porque el problema, por último, reside en las dirigencias, en su total indiferencia e ignorancia. Por eso creo que la ley de mecenazgo es indispensable, no así el ministerio de cultura; esa es mi visión, por la experiencia que tenemos de la burocracia.
EL DATO
Lo que se viene
En la segunda entrega parte de esta mesa redonda se abordará la polémica que se suscitó acerca del carácter del arte contemporáneo y su relación con el arte moderno y el arte de otras épocas y cómo todo ello debe estar representado en nuestras instituciones, en particular en galerías y museos. La segunda parte de este informe se publicará el domingo 14 de marzo.
No se si precisamente este debate pero sin duda parecen estar pasando cosas interesantes en Lima y que no he podido anunciar, como las exposiciones de grabado inauguradas recientemente (Serigrafía Urgente, Estados A-Grabados, entre otros) o la exposición de la colección del Museo de Arte de San Marcos, que espero visitar en lo inmediato. Reproduzco de momento el texto de Trivelli.
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ARTE CONTEMPORÁNEO. PRIMERA PARTE
Necesidades institucionales
EL MIÉRCOLES 24 DE FEBRERO, EL COMERCIO CONVOCÓ A UN CONJUNTO DE CONNOTADOS ESPECIALISTAS PARA DISCUTIR ACERCA DEL PANORAMA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO EN NUESTRO PAÍS. EN ESTA PRIMERA ENTREGA ACERCA DE LO DISCUTIDO EN ESA OCASIÓN SE PONEN EN EVIDENCIA LAS CARENCIAS DE NUESTRO PAÍS EN TÉRMINOS DE INFRAESTRUCTURA, EDUCACIÓN Y POLÍTICA CULTURAL
Por: Carlo Trivelli
A iniciativa de nuestro director, Francisco Miró Quesada Rada, El Comercio organizó una mesa redonda para discutir el estado actual y perspectivas del arte contemporáneo. Fueron invitados para ello el pintor Fernando de Szyszlo, el artista plástico y fundador del Museo de Arte Moderno de Trujillo Gerardo Chávez, Víctor Delfín, artista y actual director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, la curadora y crítica de arte Élida Román, Eduardo Lores, artista y profesor de Estética de la PUCP, Gustavo Búntinx, curador o, como él prefiere, chofer de Micromuseo (“Al Fondo Hay Sitio”), Flavia Gandolfo, artista visual y coordinadora de Fotografía del Centro de la Imagen, Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima y Roberto Ascóniga, galerista, curador, filósofo e investigador en filosofía del arte. A continuación algunas de las intervenciones de nuestros invitados acerca de las dificultades que enfrenta el arte contemporáneo en nuestro medio hoy en día.
Ascóniga: Tengo la experiencia de mucha gente que va a mi galería y que no se encuentra, que se siente a veces como que la están engañando, como que hay una trampa, un truco. Y es muy claro. Entonces hay que tratar de hacer un poco de docencia, tratar de calificarlos: porque las tendencias son muy diversas y de todo tipo: arte, antiarte, etc.
Majluf: Yo creo que en los últimos 15 años en el Perú se ha vivido una revolución en muchos sentidos. Creo que las bienales de Lima fueron un factor de dinamización y apertura. Creo que uno de los factores determinantes del cambio en las artes plásticas ha sido esa apertura internacional: la llegada de algunos artistas y exposiciones que antes no pasaban por Lima, como también la creciente presencia de artistas peruanos en el exterior. Y todos esos procesos se han dado desde la sociedad civil organizada, que toma acción para promover el arte contemporáneo: el hecho de que exista un museo de arte moderno en Trujillo se debe al esfuerzo personal de Gerardo Chávez, por ejemplo.
Gandolfo: Para mí un aspecto muy importante del arte contemporáneo en relación con la creación es que existan no solamente espacios en que se pueda ver arte contemporáneo, sino que ya haya un sistema que sea realmente parte de la cultura, que uno pueda empaparse de formas de ver su propia cultura. Creo que el arte contemporáneo está alejado de nuestra cotidianeidad: hablo de los colegios, por ejemplo, no es solo el hecho de que no hay una educación artística propiamente dicha, sino que hay una especie de énfasis en la grandeza de lo que esta cultura fue, pero que ya no es más. En ese sentido, siento que hay una ruptura entre la cultura que pretendemos ser y la cultura que podemos producir, que es muy diversa.
Búntinx: Pienso que no se puede entender la situación actual del arte peruano sin percibir la dimensión histórica (y unos dirían casi apocalíptica de abismamiento final) que el Perú enfrentó como comunidad imaginada e imaginaria, durante las décadas del 80 y 90. Son 20 años recorridos por la experiencia traumática de la guerra y la dictadura y de todo ello salimos, como proféticamente señaló Mirko Lauer a fines de los 80, contemporáneos de nosotros mismos. Nunca antes el Perú ha estado confrontado con sus complejidades y con sus diferencias. No nos engañemos: el Perú fue construido sobre el desprecio, y hay bibliotecas enteras escritas sobre esto: el trauma de la conquista, etc. Ahora estamos ante la posibilidad única de reconstruirnos desde el respeto, desde el reconocimiento del otro. El arte pone todo esto en radical evidencia y no me parece casual que haya sido desde los espacios de la plástica, desde la visualidad entendida de una forma más amplia, que estos problemas se hayan planteado incluso en los peores momentos de represión y censura.
Lores: Hay dos niveles: uno es la ausencia de una política cultural: estamos entrando a época de elecciones y vamos a ver que la cultura no va a estar para nada en las discusiones. Debe haber una política cultural del Estado que sea como un paraguas que ayude, que dé luces a todas las propuestas inteligentes y buenas. Luego hay otro tema: la docencia y la comunicación. Yo tengo un curso de Estética en la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica y me extraña la incapacidad que la mayoría de los alumnos tiene para entender muchas de las manifestaciones del arte contemporáneo.
Delfín: No se han resuelto dos temas fundamentales: la creación de un ente que organice todos estos sueños que tenemos nosotros y que nos quedan por realizar y un museo de arte contemporáneo. ¿Cómo vamos a hablar de arte contemporáneo si no tenemos referentes, si no tenemos museos? Y el otro tema es la creación del ministerio de cultura: si no existe un ente que se encargue de la difusión de la cultura no vamos a avanzar. Pero ese ministerio debe tener dinero, porque si no, ¿para qué se lo crea? Lo que pasa es que aquí se crean instituciones sin dinero. El otro día se me acercó una persona para pedirme una obra para el Museo de San Marcos y le dije que no. ¿Cómo es posible que una universidad que tiene 500 años no tenga un aparato administrativo que se dedique a buscar fondos para comprarles las obras a los artistas de una vez? ¿Ese es el respeto que se tiene por los artistas?
Chávez: Yo creo que estamos en un momento en que ya tenemos que decidir a comunicarnos y a hacer las cosas. Yo soy amigo de los proyectos: se dio que realizara un museo de arte moderno en Trujillo, tengo que mencionarlo, es un museo que salió lindo pero como un milagro. Pero ahí yo sigo siendo hasta ahora el mecenas, porque no tengo ningún apoyo del Estado ni de la comunidad. Entonces se siente lo desolado que uno vive en este país. Si estamos pensando en querer hacer patria con la cultura, tenemos que comenzar ya a unirnos. Encontremos la manera.
Szyszlo: Hacer el ministerio de cultura no tiene sentido si el presupuesto sigue siendo el mismo que se tiene ahora; el que se llame ministerio o casa de la cultura o, como se llamaba originalmente, Dirección de Extensión Artística del Ministerio de Educación, no tiene relevancia. Como decía Víctor, no tiene sentido que los pintores seamos los proveedores de los museos. Es decir, me parece maravilloso que se haya hecho el Museo en San Marcos, pero este debió adquirir, aunque sea por una suma simbólica, los cuadros. No pueden pretender que los pintores seamos quienes proveamos a los museos.
Román: Yo creo que estamos atacando el problema siempre desde una mirada muy limeña y centralista, creo que ese es otro de los problemas: el no mirar hacia el resto del país y el no estimularlo. Lo que también queda claro es la condición mendicante de las instituciones que se dedican a la cultura. Yo apoyo lo que dice Szyszlo acerca de que un ministerio de cultura sin presupuesto es una declaración de intenciones y se acabó, pero sí creo que es fundamental apoyar y llevar adelante la ley de mecenazgo, porque ya está demostrado que la sociedad civil sola se maneja mucho mejor que con directivas estatales. Porque el problema, por último, reside en las dirigencias, en su total indiferencia e ignorancia. Por eso creo que la ley de mecenazgo es indispensable, no así el ministerio de cultura; esa es mi visión, por la experiencia que tenemos de la burocracia.
EL DATO
Lo que se viene
En la segunda entrega parte de esta mesa redonda se abordará la polémica que se suscitó acerca del carácter del arte contemporáneo y su relación con el arte moderno y el arte de otras épocas y cómo todo ello debe estar representado en nuestras instituciones, en particular en galerías y museos. La segunda parte de este informe se publicará el domingo 14 de marzo.
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1 comentario:
Algun museo tenia que haber iniciado este debate con anterioridad y con mas diversas posiciones que manifiesten sus reales intereses particulares.
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