miércoles, junio 06, 2007

Nuevas dinámicas, nuevos retos (de museos de arte contemporáneo en Lima)

Sigo en Medellín y las actividades no paran. El clima es maravilloso a comparación del actual frío limeño, hay un gran sol y una gran lluvia cuando quiere. El Encuentro Medellin 2007 ya llegó a su recta final, es el último mes, y el ánimo parece no haber mermado. El lunes pasado estuvo Antoni Muntadas compartiendo una parte de su trabajo con un auditorio lleno, y ayer nosotros pudimos inaugurar una breve -pero contundente- exposición de arte peruano reciente en el marco de nuestras actividades del Espacio La Culpable recibido por la Fundación Universitaria de Bellas Artes (prometo fotos muy pronto).

De pronto veo actividades en Lima anunciadas en mi correo electrónico y me pregunto que estará pasando por allá (con tanto viaje me siento ya como un mes fuera del país). Se acaba de presentar el Proyecto del MALI Contemporáneo y no pude estar allí, una pena ya que me hubiera gustado comentar al respecto. Mi opinión general es públicamente conocida: las labores que ha realizado el Museo de Arte de Lima en los últimos han constituido tal vez el mejor aporte al arte contemporáneo -ante la ausencia de una institución específicamente dedicada a ella-, no sólo implementando su colección a través de diversas iniciativas curatoriales sino también fortaleciendo la producción editorial desde su colección 'Fuentes para la Historia del Arte' y también a través de lo catálogos y publicaciones alrededor de sus exposiciones (las publicaciones periódicas prometidas desde su nueva Sala de Fotografía son un buen ejemplo). Es natural la curiosidad y ánimo que tengo que esta institución pueda consolidar el ya importante trabajo que han venido realizado hasta ahora.

Dentro de pocos días se inaugura además la cuarta y última exposición de la serie 'Miradas de Fin de Siglo', bajo la curaduría de Rodrigo Quijano, titulada 'Popular/Pop'. 'Miradas de Fin de Siglo' se constituye así en unos de los proyectos más interesantes que se han planteado en esa institución en tiempos recientes, permitiendo a cuatro excelentes curadores poner en escena sus intereses y discursos sobre el arte peruano del último siglo, posibilitando así también el reconocimiento de la figura del curador como un generador y activador de narraciones que operan en planos diferentes y que merecen ser vistas con atención para reflexionar y debatir las propias ideas que allí se ponen en juego. Porque toda curaduría es justamente eso, una puesta en juego de perspectivas y sentidos críticos sobre las obras.

Y pienso todo ello también a raíz del anuncio de la próxima presentación (el día de mañana jueves 7 de junio) del Proyecto Museo de Arte Contemporaneo-Lima, MAC-Lima, un proyecto sumamente discutido y que ahora parece resurgir con nuevos aires y ánimos. Es interesante así notar tal confluencia y saber además revestirla de interrogantes sobre las políticas administrativas de cada uno de estos espacios. Tomo las ideas del crítico chileno Justo Pastor Mellado quien enfatiza que no es similar 'construir' un museo que 'edificar' un museo: ya que mientras la noción de edificación constata su levantamiento arquitectónico y estructural, la construcción debería remitirnos a la producción de nuevos tejidos de interpretación e interpelación histórica, generando nuevas herramientas críticas. O más sucintamente como ha señalado en más de una oportunidad Gustavo Buntinx: "un museo es esencialmente una colección y un proyecto crítico". Y el reto para el actual proyecto del Museo de Arte Contemporáneo es justamente ese: como crear un proyecto crítico, como generar una plataforma de activación que no esté cimentada en el acervo y mero acopio de objetos y cosas en un espacio sino en la posibilidad de dinamizar esos sentidos y permitirse ponerse en real fricción con la esfera pública, la posibilidad de ponerse en crisis, mirar la propia estela que lo envuelve a través de estas cinco décadas que existe en tanto plan constamente frustrado. Es claro así que el primer reto de ese Museo es la necesidad de abismar sus propios enunciados, examinar sus condiciones de enunciabilidad.

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