sábado, marzo 17, 2007

Pasión por lo fugaz

En el diario El Peruano apareció también una nota de Giancarlo Stagnaro el jueves 15 de marzo. La reproduzco también. Apenas pueda voy a colgar imágenes del montaje -estoy terminando de corregir ciertos detalles de la museografía- y los textos de la expo.
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SE INAUGURA HOY LA PERSISTENCIA DE LO EFÍMERO
Pasión por lo fugaz
por Giancarlo Stagnaro (gstagnaro@editoraperu.com.pe)

* Intervenciones urbanas e instalaciones forman parte de muestra
* Curaduría plantea rescate de obras obliteradas por la crítica



La década de 1960 fue muy importante para el arte peruano. En general, el panorama se abrió con la apertura hacia una incipiente sociedad de consumo. En ese contexto, algunos artistas locales otearon horizontes alternos a los establecidos, como el figurativismo o el abstraccionismo.

Así, palabras como no objetualismo, happening e instalación se hicieron más conocidas por estos lares. Términos que en nuestros días globales son cosa cotidiana y forman parte del imaginario urbano, gracias a la publicidad y los medios de masas.

Pero en esos años, atreverse a hacer una instalación, una ambientación o un happening desafiaba todas las convenciones artísticas. Incluso se les acusó de copiar las influencias de Estados Unidos o Europa. Estas iniciativas, algunas de ellas aisladas entre sí, contribuirían a perfilar el panorama heterogéneo actual.

Rescatar estas variadas propuestas del olvido es la misión en la que se han embarcado los curadores Miguel López y Emilio Tarazona con la muestra La persistencia de lo efímero. Orígenes del no objetualismo peruano (1965-1975), que se inaugura hoy a las 19.30 horas en el centro cultural de España (Natalio Sánchez 181, Santa Beatriz). Permanecerá abierta hasta el 30 de abril.

“Estas manifestaciones forman parte de las artes efímeras no sólo para quitarle el carácter fetichista al objeto artístico, sino que su propio soporte físico es precario”, asevera Tarazona.

Y uno se pregunta: ¿dónde se ha escrito esta historia? López y Tarazona se han embarcado en dar mayores luces al respecto. “A la precariedad del soporte también le correspondió una precariedad historiográfica. No se puede minimizar su valor, dado que es un fenómeno social de la época”, comenta López. Punto para ambos curadores.

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