domingo, octubre 15, 2006

Como un lentísimo fax. Entrevista a Fernando Bryce

En la sección c del diario El Comercio, se publica hoy una entrevista de Carlo Trivelli a Fernando Bryce, artista peruano que reside en Berlín hace varios años. Fernando estuvo el año pasado con nosotros presentando el Atlas Perú, editado en 5 tomos por el Museo de Arte de Lima. Un libro fantástico que contiene su producción de dibujos más ambiciosa sobre la historia del siglo XX en el Perú, y que fuera presentado como instalación en la Sala Miró Quesada Garland en 2001, dentro del ciclo Puntos Cardinales, curada por Jorge Villacorta. En ese proyecto, como en tantos otros, Fernando trabaja bajo la estricta coordenada del 'análisis mimético', esa suerte de mecanismo conceptual que le permite analizar y copiar documentos en una fricción absoluta de imágenes y sentidos.

La obra de Bryce no ha dejado de concentrar la atención internacional, y con justa razón. Su obra es una excelente puesta en escena de los orificios de todo discurso oficial. En esta entrevista Bryce cuenta un poco sobre su labor de copista, y la voluntad conceptual que anima su trabajo.
(Otra conversación interesante, en el marco de su exposición monográfica en la Fundación Tapies, puede ser leída aquí)
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Como un lentísimo fax
Por Carlo Trivelli

Fernando Bryce (Lima 1965) vive actualmente en Berlín y es, sin duda alguna, el artista peruano mejor ubicado en el panorama mundial del arte contemporáneo actual. Para muestra, unos cuantos botones: Este año participó en Art Basel, la feria de arte más importante del globo, acaba de cerrar una muestra individual en la prestigiosa galería Prats de Barcelona, el Museo de Arte Moderno de Nueva York exhibe algunos trabajos suyos como parte de una exposición de adquisiciones recientes y, para no seguir, la Tate Gallery también ha adquirido obras suyas para su colección.


El trabajo de Fernando se basa en lo que él ha denominado análisis mimético: escoge material ya existente (desde avisos publicitarios hasta textos de relevancia histórica y política) y lo reproduce con pincel, en blanco y negro y de un modo más bien lacónico. Ello, sin embargo, en vez de restarle interés a las imágenes, logra desplazar el punto de vista del espectador: las imágenes quedan como desnudas en su intención y en su estética, de modo que el trasfondo histórico, político e ideológico queda expuesto con delicadeza y sutil ironía.
Aprovechando tan auspiciosa coyuntura, nos contactamos con él vía telefónica para conversar sobre su trabajo actual.


Has tenido un año muy bueno. Aparte de las adquisiciones por parte de museos importantes, participaste en Art Basel y presentaste una individual en una galería importante de Barcelona...
La feria de Basel, es algo así como la meca del mercado del arte internacional, y aunque la sección donde expuse, "Art Unlimited", parecía más bien una bienal, el ambiente está dominado por la agitación propia de todo evento comercial. Presenté la serie "Revolución", que trata sobre los inicios de la revolución cubana en los años sesenta y en general de la izquierda internacional con discurso revolucionario de la época. La serie ya lleva circulando dos años; se expuso por primera vez en el Carnegie International en Pittsburgh. Tal como está planteado el trabajo y por sus dimensiones (son 219 dibujos que, con investigación incluida, me tomaron un año de trabajo) no es precisamente un tema políticamente encantador para muchos coleccionistas. Sin embargo nunca se me hubiese ocurrido cambiar una sola línea del trabajo, ni formal ni conceptualmente, por consideraciones de mercado.

¿Y cómo te fue en Barcelona?
Bueno, para la muestra en la Galería Prats estuve trabajando desde el año pasado. Una parte de lo expuesto ya se había visto en febrero en un 'project room' de la feria de Arco de Madrid. Expuse dos series: "Work in Progress", que trata sobre las imágenes de la supuesta ayuda de los países ricos a los países pobres a través de las diversas agencias para el desarrollo y del aparato asistencialista de Naciones Unidas, y "Kolonial Post", que estaba pensada como complemento de la otra y que trata del imaginario del colonialismo e imperialismo europeo de principios del siglo XX. Para esta última trabajé a partir de revistas y publicaciones sobre todo alemanas, pero también británicas y francesas. Como contrapunto hay imágenes de documentos que refieren a las diversas resistencias anticoloniales y antiimperialistas de la época. Como siempre, se trata de forzar de alguna manera una mirada actual sobre historias pasadas con las que nos unen muchas líneas genealógicas dentro de un patrón de poder que, en mi opinión, sustancialmente sigue siendo el mismo hoy en día.


Pero además del contenido político, tu trabajo es visual...
Sí, lo que los dibujos pretenden, en tanto hecho estético, es dar otra visibilidad, si se quiere, a todo este mundo de imágenes entendidas como evidencias de la historia colectiva y social, pero también como representaciones y construcciones ideológicas. Hay como una fantasía de lo literal que me interesa que funcione en el trabajo y que, en primer término, funciona visualmente.
Al final, lo que pasa es que las revistas son como mi naturaleza muerta; lo que hago es como un lentísimo fax. Hay toda una reflexión sobre la representación, sobre la imagen como esa cosa poderosa, sobre la mediatización.

¿Cómo es tu proceso creativo?

En los períodos de investigación voy a la biblioteca siempre armado con mi cámara fotográfica y me pongo a revisar material que he encontrado consultando el catálogo. Este es un momento muy especial, el de la revisión del material en la biblioteca. Para la serie que estoy trabajando actualmente, por ejemplo, estuve casi todo agosto investigando. Me revisé todos los números de la revista "Asia", que comprenden un período de casi treinta años (de 1918 a 1946). La cosa es como un 'trip', porque te sumerges en ese universo visual e intelectual y vas combinando el ejercicio de la mirada --que va seleccionando imágenes y textos--- con pausas en las que te lees todo un artículo. Sistemáticamente, primero fotografío la carátula, luego el índice y de allí empiezo a adentrarme en la revista y la voy 'barriendo' a punta de lectura y cámara fotográfica. Según lo que me vaya interesando más, voy decretando las pausas para leer los artículos. En casa busco información en Internet acerca de, por ejemplo, los autores de artículos de la revista cuyos nombres no conozco. Así tengo también un perfil biográfico que me ayuda a entender mejor el material como constelación humana en un momento dado. Habré tomado unas dos mil fotos de esa publicación. Luego de cada sesión descargo las fotos en la computadora y las voy archivando por años.

¿Y luego?
Cuando la investigación está terminada, empiezo a revisar el material para ver cuáles serían los criterios de selección de imágenes --aunque generalmente ya tengo una idea-- pero necesito ver las imágenes y pensar en una estructura formal y voy pensando en cuán rigurosa tendrá que ser la primera selección de las dos mil fotos. En este caso decidí que la serie se iba a conformar solo de carátulas y más o menos 50 imágenes. Así que empecé a seleccionar tratando de que todos los años estuviesen presentes de manera equilibrada. Pero lo más importante son las imágenes en su calidad formal y en lo que transmiten. Chequeo que los temas recurrentes estén presentes, pero quizá que no se repitan mucho etc. Y así va saliendo la primera selección que en este caso ha sido de 80 imágenes y luego pasó a 48.

¿Y cuando ya tienes la selección más o menos fija?
Las imágenes elegidas las trabajo en Photoshop; les quito el color, las contrasto o ilumino según el caso y creo un documento pdf. De allí voy a la fotocopiadora y las mando a imprimir. Una vez impresas, empiezo a adaptar las imágenes con la máquina fotocopiadora, agrandándolas o reduciéndolas según el formato de papel que voy a utilizar. Todo esto lo combino con lecturas sobre el tema, generalmente libros de historia y de estudios culturales. Una vez decidido el día en que empieza la producción de dibujos, me voy al taller y empiezo con la mesa de luz y una vez calcadas las líneas principales del motivo, pongo a remojar los pinceles y empiezo a dibujar...

¿Y cómo te sientes en ese momento?
En realidad es un desafío. Yo soy todo menos un virtuoso. No te diré que siempre estoy sudando de miedo a ver si me sale el dibujo o no, pero es hasta cierto punto pesado. Claro, cuando va bien estoy contento, pero la verdad es que me cuesta.

¿Y siempre trabajas temas tan serios?
Después de la serie "Kolonial Post" que puse en Barcelona, me tomé un 'break' e hice una serie pequeñita de carátulas de los cómics de Tarzán de los años setenta. Unas totalmente estrambóticas, de la editorial Novaro, ¿te acuerdas? En que Tarzán lucha contra los extraterrestres, contra el árabe, contra el negro Resultó ser como un comentario más pop --digamos-- acerca de la serie anterior (risas).


Después de las series que has hecho últimamente: en que has abordado la Revolución Cubana, la Guerra Civil Española, el conflicto colonial en África y el Medio Oriente, ahora abordas la historia del sudeste asiático Ya has hecho casi toda la historia del siglo XX ¿Adónde vas a ir ahora?
(Risas) Siempre hay historias y hechos por retratar. Por ejemplo, estaba leyendo una nota crítica sobre una muestra de arte chino, que la planteaba como un 'bluff'. Decía que uno ya está harto de estos cuadros pop con rostros de Mao y esas cosas. Entonces uno podría pensar, por ejemplo, en hacer un trabajo relacionado con las manifestaciones artísticas contemporáneas en relación con los íconos, con las temáticas. Siempre me han interesado, por ejemplo, Andy Warhol y el pop art y la situación política en la época, etc. De pronto ahí tengo algunas ideas: retratas a Andy Warhol cuando está pintando algo, de repente el retrato de Mao. Y entonces dibujas a Richard Nixxon en Pekín y todo comienza de nuevo...

Como si fueras construyendo tu propia enciclopedia...
(Risas) Todo como que entra en esta situación enciclopédica, ¿no? Toda obra se va acumulando y convirtiendo en un cuerpo, claro, pero de la manera como estoy trabajando, los temas que estoy tratando se van convirtiendo en una especie de universo. No sé hasta dónde dé, no sé si en algún momento comience a hacer escultura o pinte pajaritos y flores (risas). Pero, sí, todo se va como incorporando a esta enciclopedia, así haga una serie sobre publicidad de gaseosas en el Perú.



[imagen 1: portada del libro Atlas Perú, editado por el Museo de Arte de Lima, 2005/ imagen 2: Fernando en su taller, tomada del diario El Comercio / imagen 3: de la serie Revolución, serie de 219 dibujos, tinta sobre papel, 2004 /imagen 4: de la serie Americas, serie de 44 dibujos, tinta sobre papel, 30 x 21.5 cm., 2005 / imagen 5: imagen: de la serie Food por peace, serie de 4 dibujos, tinta sobre papel, 42 x 29. 7 cm., 2005 / imagen 6: de la serie Mexico, serie de 3 dibujos, tinta sobre papel, 42 x 30 cm., 2002 / imagen 7: vista de instalación, Fundación Antonio Tapies, 2005 / las imágenes 3, 4, 5 y 6 han sido tomadas de la web de la galería
Barbara Thumm]

1 comentario:

Nivardo Vasni Córdova Salinas dijo...

Muy interesante la propuesta/estética/criticasocial del artista Fernando Bryce. Creo que es la crítica más poderosa contra la malentendida "objetividad" periodística.
Atte
Nivardo Córdova Salinas
Periodista