miércoles, agosto 16, 2006

Crítica desde fuera del campo

Por fin puedo colgar la entrevista muy amena que sostuve con el crítico y teórico español José Luis Brea, hace dos meses durante su corto paso por Lima. El taller que desarrolló Brea de dos días, centrado significativamente en el papel actual de los Estudios Visuales, permitió diferentes entradas al trabajo de creación y de reflexión sobre la práctica artística desde la actualidad.

Dado el corto tiempo que tuvimos para charla -fue justo antes de su última conferencia en el Centro Cultural de España- se quedaron varias interrogantes pendientes, pero por lo amable de su carácter no dudo en que habrá una segunda oportunidad para seguir intercambiado ideas al respecto. Su visita fue definitivamente uno de los picos altos del pasado Festival, y esta conversación ha sido inicialmente realizada para ser incluida próximamente en el nº4 de la revista de arte contemporáneo Prótesis.

La siguiente es una transcripción del íntegro de la charla. Espero que lo disfruten y vale todo comentario al respecto.



Crítica desde fuera del campo
Una conversación con José Luis Brea*
por Miguel López (Lima, 14 de junio de 2006)


Miguel: José Luis tú has desarrollado por largo tiempo un trabajo crítico en el espacio virtual, y me parece una de las vías más interesantes como alternativa reflexiva para irrumpir críticamente en espacios donde el texto no parece ingresar habitualmente. Recuerdo por ejemplo la revista de ensayo y teoría Acción Paralela que has dirigido y su versión electrónica, además de diferentes blogs que administras, e incluso la actual página de Estudios Visuales. Mi pregunta inicial sería ¿cómo ves, o cuán pertinente y necesario te parece el trabajo crítico ligado al soporte virtual?

José Luis Brea: No se si conoces pero hace poquito abrí un blog sobre justamente la crítica de arte. Hice uno particular dentro de Agencia Crítica, una especie de sub-blog, específicamente dedicado a la crítica de arte en la era del capitalismo cultural electrónico. Y trata del tema de cómo debería la crítica de arte afrontar la condición de ser publicada on-line y de poder ser dialogada o contestada on-line. Y bueno, hace tiempo que vengo trabajando las posibilidades de la publicación on-line del discurso crítico. En realidad, las versiones electrónicas de revistas como Acción Paralela o Estudios Visuales son como subordinadas, podríamos decir que no son estrictamente publicaciones on-line. Pero sí que he tenido otras revistas de crítica de arte pensadas para la red, y diría pues que el asunto ha ido evolucionando por distintas vías.

La primera revista que empecé a hacer así fue Aleph, y Aleph encontró su razón de publicarse on-line básicamente porque estaba tratando de prácticas on-line, es decir sobre net-art o prácticas artísticas en red. Había como una coherencia que en el propio escenario o dispositivo donde se estaban produciendo las prácticas simultáneamente se produjera la reflexión acerca de ello, y aspiraba a que tuviera una interacción entre el discurso crítico y la propia práctica artística. También hicimos arts.zin, pero éste tenía un carácter más tradicional de revistas de reseñas, y ahora pues tenemos dos proyectos muy on-line: uno es un blog dedicado a crítica de políticas artísticas, no hacemos crítica de arte sino exclusivamente análisis de políticas culturales y artísticas con referencias a temas de universidad, de formación, pero básicamente lo que son políticas culturales; y el segundo que es Salón Kritik, y que ahora mismo quizás se está divulgando más, el cual es un proyecto como una especie de repositorio de textos de crítica de arte enriquecido con unas cuantas aportaciones editadas por nosotros.

Lo que yo creo que se puede esperar del devenir on-line de la crítica es sobre todo la desestabilización relativa del carácter de autoridad que tiene la palabra crítica cuando está ejercida en medios en los que no es contestable, y simultáneamente, las posibilidades de estar produciendo un cierto efecto de intelección colectiva como sistema también de interpretación, pero eso depende mucho de los comentarios y de las participaciones de la gente. Y aunque el sistema permita que sea participativo, la iniciativa de los lectores de convertirse en contestadores o críticos no siempre funciona. La verdad es que los blogs tienen aún problemas de moderación en última instancia, quiero decir que si no impones algún tipo de filtro para los comentarios se te llena de spam rápidamente, y el nivel de los comentarios baja mucho al punto que las ideas se enredan en peleas e insultos. Y claro, puedes subir el nivel de restricción pero eso ya implica muchísimo más trabajo. Reconozco que ese es un problema que tengo desde Aleph, ya que se creó en el 97 creo, imagínate, llevo diez años peleando con el problema de la moderación…

M. Conversaba hace más de un año con un amigo historiador de arte colombiano llamado William López, y él me comentaba cuán importante le parecía el espacio de red como un nuevo soporte para el trabajo de crítica. Él me señalaba una suerte de democratización del sujeto crítico, o usando tus palabras, un descentramiento del carácter de autoridad que la crítica de arte puede ejercer desde un soporte impreso cada vez más escaso. Y por ejemplo Salón Kritik tiene esta dinámica, un poco más abierta y libre, y permite nuevas entradas... Entonces, me pregunto, ¿es real este crecimiento de espacios? ¿está sucediendo esta democratización para el ejercicio crítico desde las plataformas virtuales?

JLB. ‘Democratización’ yo creo que es un palabra muy connotada, implica una complejidad añadida, y no se si es más democrática esta crítica. Lo que si está claro es que permite que entren voces que normalmente no participan. Y además yo creo que el formato blog tiene un algo interesante también -y que en Salón Kritik eso sí que está funcionando-, y es que como en buena medida recoges de sitios que no son tu propio punto de vista como editor estás metiendo opiniones muy divergentes, y eso sí que enriquece. No se si la palabra es ‘democratizar’, pero sí que pluraliza bastante las voces, lo cual desde luego es un efecto positivo que redunda en un efecto crítico.

Aunque también pienso que es un efecto crítico discutible porque ahora mismo estamos como entrando en un momento donde el efecto de verdad depende del consenso de muchos, parece que una palabra que tiene el acuerdo de muchos es más verdadera que la que tiene el acuerdo de muy pocos, y yo con eso nunca he estado del todo conforme. Me interesa mucho más favorecer la emergencia de disentimientos. Donde se está creando como una especie de acuerdo o de dominancia de punto de vista a mí me parece que ahí enseguida se empiezan a jugar otros efectos de autoridad aunque no lo parezca, con lo cual, es posible que este objeto de acuerdo entre varias personas hasta pueda que sea menos crítico… Creo que habría que revisarlo bastante…

Estos temas los abordo en el blog que te mencioné, de la crítica de arte en la era del capitalismo cultural, y es que hay una cosa que yo llamo el ‘efecto cháchara’: un efecto de suma de voces y que más que apuntar a un proceso de construcción epistemológica de cualidad crítica, realmente lo que hace es banalizar y rebajar el interés hasta el punto en que producen como una especie de falsa plurivocidad, y al final todas las voces son ecos unas de las otras y no hay introducción del pensamiento que rompa...

M. Como una dislocación…

JLB. Claro, yo siempre he creído que la crítica lo que hace es justamente una tarea disruptiva, es la que corta una cuerda más que la que lo produce…

M. Yo no se como será en España pero en Lima siento que los espacios para la crítica de arte, y fundamentalmente la propia crítica está perdiendo terreno. Se disuelve porque no hay un soporte tangible, físico, no hay un interés real de dar oportunidad al pensamiento reflexivo a modo de ensayo e incluso al surgimiento de voces más jóvenes. Y además porque los medios periodísticos ya no permiten alojar un discurso auténticamente crítico de forma extensa. Ahora la ‘crítica de arte’ parece reducida a meras crónicas de muestras, o reseñas que en muchos casos son notas de prensa alteradas. Yo creo que parte de esa emergencia encauza también aquel interés discursivo hacia la propia curaduría, y del mismo modo al espacio virtual que funciona como un espacio de conectividad mucho más veloz y amplio... Y eso me lleva a pensar que efectivamente la labor crítica se está transformando, y de modos divergentes, no se qué pienses al respecto…

JLB. Sí, pero dime, toda la entrevista vais sobre la crítica… (risas)

M. No, no… era solo una pregunta pero me enganché con el tema… (risas)

JLB. Te lo digo porque siento un interés especial ahí, es uno de los temas sobre lo cual más he desarrollado, incluso el blog que te mencioné… Pero bueno, yo no se si la deriva hacia el on-line se está produciendo en otros ámbitos. Pero lo que sí se está produciendo es un descentramiento de la crítica en dos direcciones, uno es hacia la curaduría donde a mí me parece que la crítica se desvanece, convirtiéndose en pura complicidad interesada, y donde rara vez ejerce algo creativo, ni siquiera coloca conceptos propios. La curaduría me parece una de las más graves enfermedades que aqueja a la época contemporánea y, desde luego, a toda la voluntad de hacer un discurso crítico. Y la otra dirección es el periodismo, la suplantación de la crítica de arte por el periodismo cultural. No se aquí pero en España domina el modelo para la crítica de arte del suplemento cultural, un modelo de reseña absolutamente entre banal y cómplice. Yo desde luego creo que esos no son ámbitos en los que con rigor se puede hacer un trabajo crítico serio, me parece que se requiere recuperar principalmente el espacio del ensayo, cierta profundización analítica como plataforma dedicada al análisis cultural.

Y es que al final yo defiendo que la única manera de hacer crítica de arte hoy es hacer Estudios Visuales. Eso sería a lo mejor como largo de explicar, y parecería como que estoy intentando arrimar el ascua a mi sardina… a mi propio interés epistemológico… (risas) Pero realmente me da la impresión que en el momento actual de desarrollo del campo de las prácticas artísticas, y con el momento de agotamiento autoreferencial que ha tenido el proceso antitético de las segundas vanguardias, ha llegado un punto en el que -y es lo que he defendido estos días- un trabajo crítico sólo se puede ejercer como saliéndose del… del corralito. Y ese es precisamente una labor que realiza los Estudios Visuales actualmente, dejando de lado la complicidad epistemológica con la práctica. Como te digo, pienso que sólo se puede hacer crítica de arte estando fuera de los dogmas que constituyen el campo en el que las prácticas artísticas se envuelven. Y esa retirada desde luego no es posible por parte de los curadores, ya que ellos están vinculados al sostenimiento del dogma y viven de ello, es como pedirle que haga anti-teología al obispo de Roma…

M. Es bien duro eso último que tú dices…

JLB. Es duro yo se…

M. Yo discrepo porque siento que la curaduría, bien orientada claro, sí debería permitir generar herramientas de interpelación crítica, sobre todo en espacios donde hay una fragilidad institucional, académica e histórico-discursiva alarmante. En nuestro país tenemos aún un tejido histórico completamente endeble, y de alguna manera los pocos intentos recientes que han podido tejer redes interpretativas nuevas han sido justamente desde el espacio de la curaduría, pero como digo, tiene que ser una buena curaduría, cimentada en el análisis y la reflexión. Yo considero, tal como señala el crítico argentino Marcelo Pacheco, que la curaduría debería estar orientada a dislocar el sentido antes que a instalarlo…

JLB. Pero una curaduría que disloca sentido dónde encuentra trabajo. Si realmente hace tal cosa se va a ver sacada del sistema, porque lo que hacen las instituciones es vivir no de la dislocación del sentido sino de una apropiación que lo codifica y lo sitúa en un lugar en el que está bajo control…

M. Pero existen formas de desmontar, de generar espacios de fricción del sentido… ese es el reto del curador auténticamente independiente… En ese sentido el trabajo curatorial debe responder ante las necesidades de su contexto y ser orientado críticamente…

JLB. Pero bueno, yo mismo he hecho curaduría, y hasta las sigo haciendo. En mi vida profesional, que debe tener casi 25 años, he hecho… soy culpable de haber hecho (risas) ocho exposiciones. O sea pese a que le veo una gran dificultad de trabajar ahí con honradez y solvencia crítica no dudo que se pueda hacer. Y hay algunos trabajos que evidentemente sí me parece que lo han conseguido. Pero claro, yo trato en este caso de ponerme a un nivel no local, si entran consideraciones locales es obvio que la óptica y los valores cambian y que hay mucho trabajo por hacer en muchos sitios. Desde ese punto de vista no pongo en duda que efectivamente ciertas situaciones y determinados trabajos interpretativos favorecen desarrollos relacionados con un proyecto crítico, y es que yo te hablo un poco más general y de manera más abstracta, y un poco también a partir de la fatiga y el hartazón que me produce el dominio de la curaduría internacional. Esa curaduría que es papanatas, insolvente, muy mala a nivel de discurso, y que sin embargo es la que tienen la palabra de autoridad máxima en el momento actual del mundo del arte, al igual que los directores de Museos. Y es que en realidad esa es una comunidad muy restringida, la de los nuevos curadores internacionales, que son todos amiguitos y se la pasan todo el día haciendo ju-ju-jú... Yo no se como el mundo del arte ha llegado a tal grado de degradación como para consentir que una pandilla de cantamañanas sin sustancia, sin formación, sin capacidad de elaborar en lo más mínimo un discurso y una idea detrás de otra, esté ejerciendo autoridad… Con toda seriedad te lo digo, me parece patético. Y es que es uno detrás de otro, todos esos señores que están dirigiendo Bienales y Documentas son unos descerebrados integrales…

M. ¿Te parece que todos? (risas)

JLB. No todos definitivamente, pero es que no veo que se produzcan ideas. Asumen ideas de quinta fila, pillan por aquí, reconstruyen, se hacen refritos de refritos de refritos… Lo que no se puede hacer es, digamos, atribuirle autoridad de discurso a quien lo que tiene es cierta eficacia en el trato social… Y es que muchos es lo único que saben hacer, o sea tomarse unas copas, hablar idiomas y estar viajando constantemente, y dominar el mundo de los aviones… (risas). Y es que siento que a esa gente no hay que tenerles ningún respeto…

M. Otra cosa que me pareció interesante de tu planteamiento es el filo esencialmente crítico que tienen los Estudios Visuales, esta especie de campo de indagación reflexivo que permite diferentes entradas sobre lo visual y que no ciñe exclusivamente al análisis de ‘lo artístico’, sino que lo comprende dentro de una serie de dinámicas culturales mucho más amplias. Y me parece necesario ese tipo de enfoque dentro de la formación artística. Pero pienso que en nuestro contexto es francamente difícil pensar un tipo de aproximación de esa manera, para comenzar la educación es un problema social bastante amplio, y ya en el aspecto ‘artístico’ pues éste se encuentra anclado en presupuestos románticos de hace casi dos siglos, y entonces…

JLB. Bueno, pero de consuelo te digo que en España la situación es exactamente la misma. Las posibilidades de penetración que están encontrando estos planeamientos de los Estudios Visuales es cero, resistencia absoluta por parte de la institución, y la dominancia es el mismo modelo romántico. La formación del artista en España sigue siendo bajo la convicción de que artista se nace. Realmente la academia está como demás, para aportarle herramienta y desarrollar destrezas, todo lo que tenga que ver con la creatividad, con el genio y todo eso. Si sé que esa no es la situación en otras latitudes, pero entre España y aquí estoy seguro que hay apenas diferencia.

M. También me interesó mucho dentro de tus reflexiones sobre este nuevo libro tuyo de pronta publicación aquello que denominas las Culturas RAM, y especialmente esta idea del Museo RAM. Haciendo esa analogía diferencial entre lo que podría ser la función del Museo actualmente a partir de dos formas de memoria electrónica: por un lado un sistema de memoria archivista, de acopio, de almacenamiento -lo que podría equipararse al disco duro de la PC-, y el otro tipo de memoria que dinamiza, que pone en circulación, que es más volátil y que trabaja sobre conexiones –memoria RAM-. Y esta idea última ya asociada a lo que llamas Museo RAM, es decir el Museo esencialmente como generador de conectividad, me parece francamente precisa y pertinente. Y sobre todo si pensamos en nuestro momento global contemporáneo, pero también me pregunto: ¿cómo aplicar un modelo de ese tipo en un espacio como el nuestro, donde la propia institucionalidad no tiene aún siquiera memoria histórica suficiente -y estoy pensando tanto a nivel de discursos como de obras-?

JLB. Yo no me siento autorizado para responder esa pregunta porque desconozco la situación histórica a la que aludes, y hablar así podría parecer presuntuoso. Y seguramente en el contexto del cual vengo no ocurre del todo lo mismo, pero salvando eso yo tengo la impresión de que los saltos si se pueden producir. A veces siento que se sobrevaloran memorias históricas, desde luego cuando me paseo por sitios donde se están rescatando esas memorias de un trabajo de producción artística normalmente todo lo que veo es basura, y lo digo con toda sinceridad, tal y como lo siento. Me pasa igual cuando he visto esas operaciones en mi país, la mayoría del arte contemporáneo que se ha producido en España es basura, y hay muy poco apenas rescatable porque no le aporta nada ni a la humanidad ni a otras producciones. Por lo cual yo sería perfectamente partidario -y se que este discurso puede sonar muy escandaloso y muy contrario al establecido-, sería partidario de que todo eso se dejara caer como ruina prematura. Me parece que el momento actual admite entrar y participar en discusiones que son relevantes para la época contemporánea, sin tener que hacer un trabajo pesadísimo de rescate de cosas que muchas veces no tienen ningún valor, y que pueden aportar muy poco al debate actual.

Para mí el problema identitario que puede justificar determinadas opciones y determinadas políticas, y en nombre de políticas nacionales hacer esos rescates, son políticas cuyo interés le corresponde valorar al que las promueva. Y desde luego yo no me siento nada cercano a ellas. No me parece que se pueda administrar el valor del sentido bajo este tipo de lógica, y lo que me parece interesante de las formas RAM de la cultura es que producen identidad al paso de las prácticas de enunciación y de producción discursiva, y por lo tanto no hay en ellas ningún vector esencialista que promueva la necesidad de una recuperación de los valores que configuran esa esencia, si no hay esencia para qué recuperarla, cada uno actúa en sus enunciados a través de rescates y de bricollages que toman un poco de donde pueden. Y eso me parece perfecto, yo siendo español nunca me he interesado por la música popular española, y en cambio me gusta la música popular inglesa. Y es fantástico. Un sujeto contemporáneo tiene derecho a proveerse de fuentes de autoconstrucción sin tener la obligación de acondicionarse a entender que hay ciertas que son las ‘propias’. Esos son problemas que afectan intereses de otro orden, a los intereses de los Estados, y de las Naciones, y de maneras de intervenir en la cultura que están dirigidas por esos intereses, yo personalmente no creo en ellos en lo más mínimo…

M. De acuerdo. Me parece sin embargo muy difícil intentar predecir la verdadera relevancia o pertinencia de un trabajo de recuperación histórica antes de empezar a pensarla… a hacerla… Uno como investigador intuye ciertos vacíos y trata de ir hacia ellos…

JLB. Claro, pero es que a veces se pierde tanto tiempo en uno, que cuando te das cuenta que no ha servido para nada has perdido tu vida... Claro que si uno lo quiere hacer me parece excelente…

M. Creo que es también cuestión de negociar con el propio contexto, es decir con la re-inserción de determinados sentidos en ese contexto… Además tú mismo has hecho más de un énfasis en esta necesidad benjaminiana de hurgar en las posibilidades relegadas, en los conceptos liminares…

JLB. Hablábamos un poco de la importancia de la genealogía y de arqueologizar los conceptos, pero la arqueología de los conceptos no es lo mismo que una historia que quiere investigar raíces desde la convención de que hay un principio. Si te quieres remontar hacia algo no hay forma de ir siempre más atrás y más atrás, sino que es necesario cortar en algún punto…
Estoy leyendo ahora una novelita que me gusta mucho de Villa-Matas que tiene una reflexión cómo de pronto el cine empieza a ocurrir sin pretender reconstruir toda la lógica del teatro, planteamiento-desarrollo-solución. Y pienso un poco en esta lógica del cine, como cuando te metes en una escena que bien podría haber sido la escena 25… Es decir esta necesidad de cortar en un punto, iniciar el recorrido desde otro punto, hacer el viaje a la velocidad que quieres, ver cosas y buscar enlaces, hasta que llega un punto donde arbitrariamente decides parar. Y es que el trabajo interpretativo hoy por hoy no puedo pensarlo de otra manera. Lo contrario es invocar esencias que hay que descifrar y verdades de esas esencias y de esos códigos. No simpatizo con esa manera de trabajar, no es que la desprecie como puedo despreciar aquellas otras cosas que tienen que ver con la banalización absoluta del trabajo crítico, en ese sentido sí tengo un respeto mayor, pero no es para nada mi manera de trabajar.


*José Luis Brea es Profesor Titular de Estética y Teoría del Arte Contemporáneo de la Universidad Carlos III de Madrid.Es director de la revista Estudios Visuales. Crítico de arte independiente, colabora con diversas revistas nacionales e internacionales, siendo corresponsal para España de la revista ARTFORUM. Entre sus libros más recientes destacan: Estudios Visuales. La epistemología de la visualidad en la era de la globalización, AKAL, Madrid, 2005. El tercer umbral. Estatuto de las prácticas artísticas en la era del capitalismo cultural. CENDEAC, Murcia, 2004. La era postmedia. Acción comunicativa, prácticas (post)artísticas y dispositivos neomediales. Editorial Centro de Arte de Salamanca, Salamanca, 2002. Entre sus exposiciones más recientes destacan: Economías identitarias en la era del capitalismo informacional, Sala Verónicas, Murcia, 2004. La Conquista de la Ubicuidad, Centro Parraga (Murcia), CAAM (Canarias), KM (SanSebastian), 2003-4. , exposición online organizada para el festival de Navarra, Pamplona, 2000. Last (no) exit: net, exposición online organizada para Vid@rte (México) y Ciber@rt, Valencia, 1999.Actualmente dirige además dos nuevos proyectos online: salonKritik (un repositorio de textos de crítica de arte con formato blog) y ::agencia crítica:: (un blog de crítica de políticas artísticas y culturales).

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola a todos, ahí van unos comentarios al hilo.

Breve pero jugosa la entrevista con Brea. Diáfana y oportuna a la vez. Entre los muchos asuntos tocados rescataría dos:

En primer lugar el asunto de la cháchara y el ruido en los espacios de discusión en Internet. En contraste con la optimismo de William López estaría bien revisar el comentario de Lucas Ospina al respecto en la misma Esfera Pública:

http://esferapublica.org/nfblog/?p=426

y uno en la misma onda de Francoise Bucher -aunque para ese es mejor repasar el debate previo al que se refiere.

http://esferapublica.org/nfblog/?p=395

O si no darse una vuelta por el foro www.e-barcelona.org, lugar con criterios de moderación muy diferentes a Esfera Pública o Salon Kritik. -diferencia entre grados de moderación y admisión o no de comentarios anónimos-.

Interesantes las preguntas alrededor de la moderación -rol, pertinencia, criterios- cuando otros mecanismos de mediación están en cuestionamiento. Quizás sea ese el destino de la moderación: estar en perpetua situación de crisis y de flexibilidad. ¿Es el moderador: un distribuidor, una torre de control de aeropuerto, un croupier, un dt -futbol-, un editor, un dj, un censor? o es a su vez un peón de su propio juego.

Otro asunto: ¿hay en tus preguntas a Brea y en el posteo del comentario de William López el tanteo -más o menos articulado- de una posible esfera pública electrónica limeño-peruana? De ser así y a parte de los recursos técnicos-logísticos y de tiempo/dedicación cómo crees que debería ser? ¿Por dónde empezar?
¿Qué criterios de edición-moderación deberían ser los que regirían una hipotética experiencia de ese tipo? ¿Dónde ameritaría incidir? ¿Por dónde empezar? ¿Qué juego proponer?

Bueno, creo que de momento eso es todo.

abrazo

r

Anónimo dijo...

Miguel, me encanto la entrevista, los comentarios de Brea son muy acertados y dan en el clavo al comentar todo el circo q se monta en torno en las instituciones ya legitimadas y vinculadas arte(esto no esnovedad) ...continuemos con el dialogo y bueno...q te puedo decir no tenemos un museo de arte contemporáneo...¿nos queda aspirar a museos de arte virtual, como los q nos propone Sandra Gamarra?, ¿este seria uno ejemplos de los Museos RAM a los q alude Brea en la entrevista?


g

Miguel López dijo...

Hola Raimond, hola Gloria, haré por el momento sólo un primer comentario parcial a sus señalamientos (por razones de tiempo y de energía).

Raimond tu mirada es bastante aguda y eso me agrada. Sobre la posibilidad de abrir un espacio de discusión virtual en Lima pues sería excelente, ¿si lo estoy tanteando? posiblemente, ¿si es posible? no estoy seguro. ¿por donde empezar? pues esa es también mi pregunta.
De cualquier forma creo que en Lima recién se está visibilizando el espacio virtual como posibilidad de interlocución. He tomado con entusiasmo la noticia que un amigo crítico de arte ADV posiblemente se abra también un blog, ese sumado al del crítico Emilio Tarazona -por momentos inactivo- podría ya al menos formar cierto frente de discusión sobre artes visuales y sus contextos. Creo sin embargo, que la posibilidad de respuesta que estos espacios puedan tener es todavía mínima, quizá debido también a lo poco habituado que estamos a discutir sobre la propia práctica. Quizá sería cuestión de echar andar la madeja y ver qué sucede. Es impredecible.

Gloria, tu alusión al LI-MAC de Sandra Gamarra me parece muy sugestiva. Yo creo que cuando Brea está hablando de Museo RAM está pensando en un espacio que concentre sus energía por sobre todo en los flujos discursivos, tomando parte activa en ellos. Es decir, que entiende su labor no únicamente a través del acopio y preservación sino que busca poner en juego nuevos instrumentos de diálogo interpelativo, generando en sus públicos herramientas de análisis crítico.
Y te digo que me parece sugestiva la alusión a Gamarra porque pienso que el punto del cual ella parte emprender esta irónica versión de su Museo (www.li-mac.org) es justamente el reconocimiento del 'arte' no como un conjunto de objetos acumulados, sino esencialmente con un tramado de relaciones que al friccionarse ponen en juego nuevos enunciados sobre la producción y su escena. Así el Museo de Sandra por más 'virtual' que parezca lo que intenta es ser un efectivo ente de dinamización del sentido, y es quizá esa su mejor promesa.
Efectivamente, yo sí creo que el LI-MAC tiene algo de lo que Brea llama Museo RAM.

Anónimo dijo...

Hola a ambos:

También breve por razones técnicas.

Discusiones públicas:
Sigamos jalando de la pitita, ya sea en vivo o en la red.

Museo RAM:
El LI-MAC no tiene "espacio físico" propiamente hablando pero decimos espacio cuando nos referimos a él. En ese sentido hay muchas experiencias web que son puro Museo RAM más allá de su intención museistica o su inscripción dentro del ámbito arte.

Miguel: se que es algo a lo que te refieres mucho y se me ocurre... ¿Fue Cubo Blanco una experiencia RAM, lo fue Terreno de Experiencia? No vi ninguna de las dos por eso me permito preguntar. No hace falta que contestes pero se puede intentar verlas en esa clave. La experiencia RAM por excelencia que si he podido comprobar insitu fue la exposicón de Pedro G. Romero en la Fundación Tàpies de Barcelona a principios de este año. Ver:

http://www.fundaciotapies.org/site/rubrique.php3?id_rubrique=540

Importante entre otras cosas porque permitía habitar y recorrer fisicamente un espacio RAM y no era una "experiencia interactiva" al uso.

Una pregunta al aire para nadie en particular:
¿Se tocan la Estetica Relacional y el Museo RAM? o dicho de otra manera. ¿Hubiese mostrado Pedro G. su expo en el Palais de Tokio?
Seguimos
Salud y alegría
r

pd.

El Museo RAM quizás se más una voluntad autónoma que una decisión institucional

Anónimo dijo...

Les agradezco a todos sus amables comentarios. A veces tengo la impresión de que extraen mucho más partido y alcance de alguna de las ideas que comentamos en la entrevista que el que yo mismo les he dado. Bueno en realidad eso es así sin duda, y creo que en parte era precisamente de eso de lo que estábamos hablando.

Por mi parte, la verdad es que la reflexión sobre el museo_RAM es todavía apenas incipiente. Creo que ha fue mi primer intento de investigar la cuestión de las memorias Ram como nuevo modelo de cultura en las insituciones de producción, custodia y gestión contemporánea del conocimiento. De modo que al releerlo (el capítulo escrito al respecto) tengo la impresión de que realmente no fui todo lo lejos que hubiera podido (quiero decir que tengo la impresión de que en capítulos posteriores voy dándole mayor densidad al análisis de esas formas RAM de los nuevos dispositivos de la gestión cultural).

Bueno, y para resumir. Que "el museo RAM" es uno de los capítulos del que será mi próximo libro, Cultura_RAM, y que visto el interés aquí manifestado por la cuestión les pongo un enlace a su último borrador, por ahora. Por favor les ruego tener en cuenta que se trata de un borrador de trabajo meramente, por lo que no querría que tuviera mayor difusión que la de contribuir a la discusión de esta lista. Además, y por constituir una capítulo del que será mi próximo libro los derechos de su difusión pertenecen a la editorial que lo publicará y no a mí mismo, de modo que el único uso que yo mismo puedo autorizar es el puramente privado. Les agradezco ser comprensivos con esta circunstancia y de nuevo su interés en mi trabajo.

http://joseluisbrea.net/articulos/museo_RAM.pdf

abrazos,

Anónimo dijo...

Lean ésto en
http://laseleccioninutil.blogspot.com/

Comentarios de arte
Sobre las transiciones y las políticas culturales
Punto de encuentro

La importante presencia de instituciones culturales en el Centro Histórico, y sobre todo su dispersión, es uno de los temas que convierten a esta golpeada zona de Lima en el eterno proyecto de revalorización sin concluir que hoy representa.
La ausencia de un proyecto de radical y prolongada visión, que transforme el antiguo casco urbano...

Unknown dijo...

Excelente...muy interesante, como punto de partida para la reflexión y el análisis.



Un gustazo

Pintor Verde

Miguel López dijo...

Hola José Luis, gracias por contribuir a la conversación sobre el tema. Como verás el tema y la forma en que lo planteas permite múltiples entradas y eso es lo fabuloso del asunto.

Raimond Chaves en una variacion interesante pregunta sobre lo que podría ser definido como 'Experiencia RAM', y pues intentaré responderlo en relación a la exposición curada por Jorge Villacorta 'Cubo Blanco Flexi-Time' (2004). Yo sí creo que Cubo Blanco podría ser entendido como RAM, al igual que 'Terreno de Experiencia 1', ambas son situaciones donde nada queda, todo lo que 'es' es lo que sucede. En Cubo Blanco además se desplaza las coordenadas de lo espacial a lo temporal (flexi-time), es decir la 'exposición' no se traduce en espacio sino en tiempo puro. Su énfasis puesto en el flujo constante de personas, en el intercambio producido en el espacio (como cuando la instalación 'escultura social' permitía escuchar los vinilos que uno dispusiera a su antojo, o cuando el 'cuestionario' de Gilda Mantilla lograba alterar los pensamientos más privados de los asistentes al punto de querer exponernlos públicamente en la pared de la sala). Para Cubo Blanco estuvo muy claro desde el comienzo que así como 'nada queda', nada se oculta, por eso el hecho de mostrar todas sus costuras, sin ocultar inclusive los propios preparativos de lo exhibido. Resulta significativo por ello que el cerrar la puerta de la Sala para colgar el anuncio habitual de 'cambio expositivo' no hayan sucedido nunca, y que la 'primera acción' deliberada del proyecto haya sido pintar las paredes de blanco, realizada entonces por el artista Iván Esquivel.

Yo creo que lo RAM parte siempre de asumir una posición determinada frente a lo artístico. Un enfoque que privilegie por encima de todo la dinámica discursiva y promueva el intercambio, antes que intentar 'llenar' de inmaculados objetos el espacio expositivo.

Tal como planteo los ejemplos, parece que muchos de estos casos RAM parecen verse influenciados por cierto conceptualismo pero en clave abierta. Eso a mi me parece muy interesante ya que yo considero que lo más significativo del arte conceptual ha sido justamente añadirle el ingrediente crítico a la propia práctica, y entre otras cosas el desplazamiento del ámbito autonómico del objeto hacia el linguístico ya en clave colectiva. Así la construcción del sentido aparece determinada por los niveles de vinculación cultural con su propio contexto.

Estoy de acuerdo en que lo RAM quizá no sea siempre una decisión institucional. De cualquier forma en un contexto como el nuestro las labores de acopio, preservación y conversión de colecciones en tejidos semánticos nuevos no pueden obviarse y deben ser impulsadas con la misma fuerza que un trabajo de desmenuzamiento crítico sobre la propia confección del tejido. Dinamizar nuevos modelos discursivos para la historia debe ser tan importante como su socavamiento reflexivo en pos de su reescritura. Creo que lo RAM en Lima debe ser tanto lo uno como lo otro.