sábado, julio 28, 2007

La persistencia de lo efímero - por Gabriela Germaná

Centro Cultural de España
15 de marzo - 29 de abril de 2007

>LA PERSISTENCIA DE LO EFIMERO
Orígenes del no-objetualismo peruano: ambientaciones / happenings / arte conceptual (1965 – 1975)

Por: Gabriela Germaná

Más que una exposición de obras de arte, es una exposición de ideas. Rescatar ideas del pasado, aunque cercano, es una tarea difícil, sobre todo si estas fueron materializadas en gran parte de manera efímera. En este contexto, los curadores de la exposición, Miguel López y Emilio Tarazona, han tenido una ardua labor en la búsqueda de las creaciones de un grupo de artistas que entre 1965 y 1975 realizaron una serie de actos artísticos en los que la idea era lo que prevalecía sobre la realización material de la obra. Los resultados obtenidos son verdaderamente notables.

La exposición, estructurada en una secuencia cronológica, se divide en tres partes: “Desgaste y disolución del objeto”, “Despertares y revoluciones”, “Una aparente conclusión”. A través de ellas se sigue un claro recorrido que demuestra cómo hacia mediados de la década de 1965 irrumpen en la escena artística local una serie de propuestas que, ante la aparente crisis de la obra pictórica, cuestionan los formatos y los procedimientos establecidos en las artes hasta ese momento.


Este distanciamiento conllevó un interés por los objetos, muchos de ellos nunca antes considerados como válidos en el campo de la creación artística –instalaciones efímeras realizadas en materiales de deshecho, frágiles y poco duraderos–, y poco a poco al distanciamiento mismo del objeto que conducirá al happening y a la acción. Hay una voluntad evidente por el cambio de las nociones estancadas sobre el funcionamiento de la creación y circulación de la obra de arte, hay un interés por fusionar el arte con aspectos de la vida cotidiana y priman conceptos antiburgueses y anticomerciales en los que ya no es importante la configuración del objeto, ni que permanezca como objeto de valor, a la vez que se diluye la figura del artista y del objeto firmado.

A mediados de la década de 1975 es indiscutible un proceso de desarticulación de este movimiento que se había conformado en Lima en tan pocos años. Uno de los mayores aciertos de la muestra es integrar una serie actores y lugares que parecían dispersos para la historia del arte peruano de esa época y lograr reunirlos en un todo coherente que adquiere sentido alrededor de determinados artistas y críticos y de algunos espacios de exposición alternativos.


Es por ello que cuando el crítico de arte Juan Acha, la figura teórica más sólida alrededor de la cual gira este movimiento, deja el país en 1971 y la galería “Cultura y Libertad”, en la que se realizaron muchos de proyectos expuestos, cierra sus puertas, el final de este corriente se hace evidente. Sin embargo, se pueden seguir ciertas conexiones con desarrollos artísticos posteriores, como las propuestas exhibidas de Jorge Eduardo Eielson, Rafael Hastings e Ivonne von Mollendorf, quienes establecieron vínculos importantes con la escena internacional del arte experimental.

Haciendo un rápido recuento de la exposición, en la primera sala nos encontrarnos con fotos de proyectos en los que el objeto, aunque realizado en materiales poco duraderos y ortodoxos para el sistema artístico del momento, todavía es visible. En este sentido son claves la exposición Yllomomo y el objeto Mangas con lunares de Gloria Gómez Sánchez, los muñecotes tremebundos de Luis Arias Vera, y la exposición colectiva realizada enteramente con objetos hechos en papel periódico Ambientación. Genial la recreación de la obra de “Ah y el chino de la esquina”, con las flechas que nos guían efectivamente hasta la bodega que se encuentra en la misma calle del Centro Cultural de España.

En la segunda parte, lo primero que se muestra son una serie fotos de proyectos en los que la transformación del espacio galerístico por medio de materiales como plástico, cartón o la misma iluminación, se constituye en la misma obra. Luego encontramos proyectos de corte claramente conceptual como la performance Ballet verbal de Ivonne von Mollendorf, una las propuestas más interesantes y audaces en la concepción y realización, al invitar formalmente a una función de danza para, en el momento del supuesto espectáculo, describir tres coreografías con palabras. También se encuentra Galería de Arte de Emilio Hernández Saavedra que aborda la institucionalidad local a través de la reproducción fotográfica de la definición de la palabra galería tomada del diccionario, las fotos de personal de esta institución, la reproducción de la invitación a la exposición, la crítica de la misma, etc.

Y Autorretrato de Teresa Burga, trabajo conformado por documentos y esquemas que procuran una aproximación a sí misma pero tratando de eludir elementos expresivos, como fotos de su rostro, electrocardiogramas o un artefacto lumínico y sonoro que informa sobre los latidos de su corazón. La exhibición completa de la obra, con partes realizadas este año por la misma artista especialmente para esta ocasión constituye, en nuestra opinión, una de las ideas más notables de la exposición.

Teresa Burga resulta una de las artistas que más concitaron nuestro interés, de hecho es de la que se presenta un mayor desarrollo de sus obras, siendo evidente que hubo un contacto directo y muy cercano con ella. Además de Autorretrato se exhiben sus Propuestas, esquemas, diagramas e indicaciones para la realización de instalaciones o acciones. Una de ellas, Work that disappears when the spectator tries to approach it, ha sido realizada para esta exposición. Se trata de una obra lumínica sencilla, pero meticulosamente estructurada y calculada –aspecto característico de toda su producción–, de la que emana un encanto particular en el paso gradual de la oscuridad a la luz, que va adquiriendo diversos grados de coloración mientras uno se acerca a ella.


La investigación de los curadores ha dado como resultado un esquema bastante ordenado del desarrollo del arte no-objetual en los diez años tratados. Esto se plasma de manera bastante clara en la muestra, que adquiere un carácter didáctico particularmente interesante, el que por supuesto agradecemos. Sin embargo, para lograrlo cada proyecto ha debido ir acompañado de largas explicaciones sobre la intención de cada uno de ellos. Es el resultado de intentar mostrar obras en las que predomina la idea. A esto se agrega la imposibilidad de mostrar muchos de los trabajos, salvo a través de fotos y documentos de la época. Es el resultado de querer mostrar lo efímero. Bajo estas circunstancias ¿habría habido otra forma de montar la exhibición de tal modo que se comprendiera a cabalidad cada proyecto? La sensación frente a la obra misma –aún recreada– pensamos que es fundamental.

Esto queda clarísimo cuando uno llega a la sala adyacente al patio y encuentra las instalaciones L'Espace de Rafael Hastings, Work that disappears when the spectator tries to approach it de Teresa Burga y la genial El espacio de esta exposición es el de tu mente, haz de tu vida la obra de Gloria Gómez Sánchez. Éstas, junto con Ah y el chino de la esquina de Luis Arias Vera en la primera sala, y Autorretrato de Teresa Burga, en la segunda, son las que realmente nos permiten comprender cabalmente no sólo la intención de los artistas, sino la importancia, audacia y apertura que un movimiento como éste tuvo en el panorama del arte peruano contemporáneo.


GABRIELA GERMANÁ
Historiadora de Arte.

[Tomado y reproducido íntegramente de la revista Arte Marcial #4 ]

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