martes, agosto 19, 2008

Exploración de la mirada - por Diego Otero

Ayer aproveché un segundo para darme una vuelta por la galería 80m2 (donde exponen Haroldo Higa y Diego Lama) y por la galería Lucía de la Puente en Barranco (donde exponen Billy Hare y Diego Molina) y me quedaron varias cosas flotando por la cabeza que pronto intentaré compartir. Por otro lado la exposición de Hare, luego de muchos años sin ver producción suya reciente, me ha sorprendido notablemente. Reproduzco el artículo de Diego Otero publicado el domingo pasado en el Suplemento Dominical del diario El Comercio.
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BILLY HARE EXPONE LUEGO DE DIEZ AÑOS

Exploración de la mirada

AGUDO, ORIGINAL Y RIGUROSO, HARE ES UNO DE LOS NOMBRES FUNDAMENTALES DE LA FOTOGRAFÍA CONTEMPORÁNEA EN EL PERÚ. SU OBRA MÁS RECIENTE, QUE SE PUEDE VER EN LA GALERÍA LUCÍA DE LA PUENTE HASTA FINES DE MES, ES UNA REFLEXIÓN SOBRE LO QUE SIGNIFICA MIRAR EN UN MUNDO SATURADO DE IMÁGENES

Por Diego Otero

Un hombre del renacimiento veía un promedio de cuarenta o cincuenta imágenes en toda su vida, que es más o menos lo que nosotros vemos en una hora. Ese violento contraste tiene que ver directamente con el nuevo trabajo de Billy Hare: un estudio sobre la mirada fotográfica basado en secuencias y variaciones, como la música. O como la matemática o el sistema digital. O como una serie muy amplia de cosas, en realidad. Hare lo tiene claro: "Muchos procesos humanos y naturales se construyen a partir de ese modelo. Y creo que lo estimulante de este proyecto es que de alguna manera desmadeja esas conexiones; revela esas huellas".

Uno de los aspectos más atractivos de esta "Obra reciente" es la doble lectura que ofrece. De lejos, las imágenes parecen rendir tributo a la textilería precolombina. Si nos acercamos hasta el detalle vemos que se trata de un complejo diseño basado en mosaicos fotográficos. Mosaicos que repiten, con una serie de ligeras modificaciones, un mismo encuadre, que puede ser un grupo de personas de pie, vistas de forma cenital, o los pilotes de un viejo muelle cortando la línea del horizonte marino. "Nuestra mirada se ha banalizado porque estamos sobreexpuestos a las imágenes. Por eso me interesó volver a los mecanismos que definen cómo miramos".

Según Hare hoy vivimos en una paradoja: los medios se vuelven cada vez más sofisticados, pero los resultados del trabajo parecen no decir nada. "La fotografía es un vehículo veloz para realizar una obra. Cualquiera puede comprar una cámara y exhibir". Ese es el riesgo. Y por eso Hare recuerda siempre a Minor White, uno de los fotógrafos que más influyó sobre él. "White fue profesor durante años, y decía que no estaba interesado en formar fotógrafos sino en enseñar a mirar. Decía que tenemos demasiado ruido interior y que por eso no podemos mirar. Porque mirar es, en realidad, encontrar un vínculo entre lo de afuera y nuestro interior".


DENNIS HOPPER Y LAS EPIFANÍAS
En esta "Obra reciente" hay una ruptura con respecto a las propuestas que Hare ha realizado a lo largo de su trayectoria. "Mi trabajo ha sido siempre una especie de epifanía frente a un tema. Y creo que en este nuevo proyecto esa epifanía ha desaparecido. De alguna manera he sentido que el tema empezaba a convertirse en una cárcel". Una cárcel que alguna vez fue un desierto, un mar o un paisaje de la sierra. "Tomar fotos fue para mí, durante años, una forma de entender a mi país. Un país en el que muchas veces se me ha observado como un intruso, como un 'gringo', y al que por otro lado siempre me he sentido muy ligado en términos espirituales".

Pero eso se terminó. Porque todo tiene su momento y porque todo pertenece a un ciclo, a una secuencia. Como cuando Hare quiso ser cineasta. "Esos intereses, que pueden parecer temporales, van sedimentando tu mirada. Yo llevé un curso con Robles Godoy y quedé fascinado. Con un grupo de amigos convencimos a un publicista exitoso de la época -estamos hablando del año 66- para que invirtiera una suma muy alta en equipos cinematográficos: moviolas, cámaras, luces. Pasamos dos años buscando dinero para filmar, inútilmente. Llegamos incluso a hacer un comercial para Suzuki, que prácticamente regalamos; una especie de western, filmado en Pucusana".

La experiencia cinematográfica fue un trago amargo para Hare, pero le abrió, casi de rebote, las puertas de la fotografía. "En esos años vino Dennis Hopper a filmar La última película. Era todo una gran locura. Yo fui asistente del productor y entre mis múltiples encargos estuvo pasear a Peter Fonda por Lima". Ahí Hare conoció a Dennis Stock, que había venido para hacer un reportaje gráfico sobre el rodaje. Stock era uno de los fotógrafos mejor ranqueados de la época, y había tomado esa memorable foto de James Dean cruzando Times Square bajo la lluvia. "Le mostré mi material y Stock me dijo: la única manera de ser fotógrafo es tomando fotos, así que adelante".

SIN REFERENTES
Ahí empezó todo. Luego vino Minor White al Perú a dictar un taller. Luego Hare ganó la Beca Fullbright y se hospedó en casa de Aaron Siskind durante un año. ("Quédate mientras sea conveniente para ambos, me dijo Siskind"). Luego vino la Fotogalería Secuencia. Luego las primeras exposiciones, la construcción de un estilo, la docencia. Y todo fue una lucha ardua. "Cuando yo empecé en esto no había nada. Los fotógrafos mayores se guardaban sus secretos como si nosotros fuéramos ladrones. Tampoco había referentes; apenas un libro de Weston por ahí, o de Cartier-Bresson. Recuerdo que revelé mi primer rollo en el baño, con las ventanas tapadas con cartulina negra".

Hace diez años, a mediados del 98, se llevó a cabo una amplia exposición retrospectiva del trabajo de Billy Hare. Ahora incluso eso parece lejano. Hare ya tiene más de treinta años tomando fotos y enseñando. "Yo creo que el talento está ahí, se ve desde el comienzo. No es algo que se pueda enseñar. Yo he tenido alumnos muy buenos, a los que respeto. Pienso en Eduardo Hirose, por ejemplo, que ha expuesto hace poco. Su trabajo es honesto, profundo. Pero claro, también he tenido alumnos que hacen mamarrachos". Más de treinta años de fidelidad a una vocación y a una ética creativa: la de explorar sin concesiones, la de aprender a mirar sin tregua.

TAN LEJOS, TAN CERCA
La Obra reciente de Billy Hare se exhibe en las dos salas del primer piso de la Galería Lucía de la Puente, hasta el 6 de setiembre. Se trata de un conjunto de magníficas copias únicas en gran formato, impresas en papel de algodón.

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