Y ya que estamos en el contexto de Argentina, aprovecho para anunciar que el mes pasado se puso en circulación el volumen que compila las memorias del IV Congreso Internacional de Teoría e Historia de las Artes. XII Jornadas CAIA, las cuales bajo el título de Imágenes perdidas. Censura, olvido, descuido tuvieron lugar entre el 25 y 29 de setiembre del presente año.
Esta última reunión sirvió también para presentar la nueva web del CAIA (Centro Argentino de Investigadores de Arte), la cual luce totalmente renovada y dinámica, y que detalla tanto la lista completa de sus publicaciones como los seminarios y actividades públicas así como otra información de interés. Es significativo notar la importancia que esta Jornadas CAIA -que ya va en su XII edición- han cobrado para la investigación internacional pero especialmente para la latinoamericana, y que con un espacio como la Fundación Espigas -que apoya también el proyecto de investigación del ICAA mencionado en el post anterior-, y que con revistas como Ramona, entre otras instancias, han logrado hacer de la discusión argentina uno de los desarrollos más altos y relevantes de nuestro continente.
Este último volumen de 544 páginas de las Jornadas CAIA compila también un ensayo que escribí en colaboración con Emilio Tarazona en junio de este año, titulado "Desgaste y disolución del objeto en el arte peruano de los años Sesenta. Una coordenada de rastro apenas perceptible", el cual aborda específicamente las tres primeras ambientaciones presentadas en tres días consecutivos del mes de noviembre de 1965. Este ensayo, aún inédito en Lima, fue leído por vez primera por Emilio Tarazona en Buenos Aires la última semana de setiembre -yo me encontraba entonces en Alemania-.
Y aunque el tiempo no me ha dado para poder leer el libro y comentarles sobre algunos de los otros varios textos que allí se editan -el índice lo pueden encontrar en la web-, me parece que el tema de las 'imágenes perdidas' es sumamente sugerente, o al menos yo lo he asociado inversamente a eso que Benjamin aludía como "la historia de los vencedores" y la necesidad que tengo de pensar esos espacios liminares o acontecimientos que quedaron oscurecidos, por diferentes motivos, dentro de los 'grandes relatos' de eso que solemos llamar 'historia del arte'.
Este último volumen de 544 páginas de las Jornadas CAIA compila también un ensayo que escribí en colaboración con Emilio Tarazona en junio de este año, titulado "Desgaste y disolución del objeto en el arte peruano de los años Sesenta. Una coordenada de rastro apenas perceptible", el cual aborda específicamente las tres primeras ambientaciones presentadas en tres días consecutivos del mes de noviembre de 1965. Este ensayo, aún inédito en Lima, fue leído por vez primera por Emilio Tarazona en Buenos Aires la última semana de setiembre -yo me encontraba entonces en Alemania-.
Y aunque el tiempo no me ha dado para poder leer el libro y comentarles sobre algunos de los otros varios textos que allí se editan -el índice lo pueden encontrar en la web-, me parece que el tema de las 'imágenes perdidas' es sumamente sugerente, o al menos yo lo he asociado inversamente a eso que Benjamin aludía como "la historia de los vencedores" y la necesidad que tengo de pensar esos espacios liminares o acontecimientos que quedaron oscurecidos, por diferentes motivos, dentro de los 'grandes relatos' de eso que solemos llamar 'historia del arte'.
Copio un fragmento del texto introductorio al libro, firmado por la Comisión Directiva del CAIA:
"La historia del arte, en apariencia dedicada exclusivamente al estudio de las imágenes más visibles y reconocidas, también ha mostrado, desde sus orígenes, un interés sostenido por aquellas otras producciones que por diferentes motivos fueron dejadas en las sombras. De logros menos espectaculares -o propósitos menos problemáticos- que los exhibidos por los relatos basados en las "grandes obras", se trata de un campo fértil para indagar en los variados mecanismos de la censura, del olvido como contracara necesaria de la memoria, del descuido intencional o casual. En esta ocasión, CAIA buscó abrir un espacio de reflexión y discusión, a partir de un recorrido de temas y problemas vinculados con las obturaciones de la imagen; la censura y la autocensura como mecanismo frente al miedo, como estrategia de resguardo o lealtad o, en el plano material, como arrepentimientos o borramientos; el rescate de artistas, imágenes y relatos "olvidados" por la historiografía y los guiones curatoriales; el análisis de la crítica y el público como legitimadores e instrumentos de la censura."
"La historia del arte, en apariencia dedicada exclusivamente al estudio de las imágenes más visibles y reconocidas, también ha mostrado, desde sus orígenes, un interés sostenido por aquellas otras producciones que por diferentes motivos fueron dejadas en las sombras. De logros menos espectaculares -o propósitos menos problemáticos- que los exhibidos por los relatos basados en las "grandes obras", se trata de un campo fértil para indagar en los variados mecanismos de la censura, del olvido como contracara necesaria de la memoria, del descuido intencional o casual. En esta ocasión, CAIA buscó abrir un espacio de reflexión y discusión, a partir de un recorrido de temas y problemas vinculados con las obturaciones de la imagen; la censura y la autocensura como mecanismo frente al miedo, como estrategia de resguardo o lealtad o, en el plano material, como arrepentimientos o borramientos; el rescate de artistas, imágenes y relatos "olvidados" por la historiografía y los guiones curatoriales; el análisis de la crítica y el público como legitimadores e instrumentos de la censura."
Espero que puedan adquirir este y otros volúmenes de su serie de Jornadas de Teoría e Historia de las Artes, realmente valen la pena.
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