A pocos días de entregarle el premio Teknoquímica, Emilio Rodríguez Larraín es tal vez uno de los pocos artistas cuya vigencia y riesgo atraviesan toda forma de categorización formal o generacional. Su versátil obra nos puede llevar desde construcciones en un horizonte geométrico, pintura de rasgos expresivos a intervenciones en el espacio capaces de dialogar con el posminimalismo o con lo puramente arquitectónico. Una próxima muestra curada por Luis Eduardo Wuffarden, en las salas del ICPNA, nos permitirá volver a su amplio trabajo y espero que pueda marcar un contrapunto interesante con su exposición anterior -antológica, también curada por Wuffarden-. Hoy Enrique Planas le hace una entrevista en El Comercio, y aunque si bien resulta en exceso anecdótica extraigo un par de preguntas y sirva para anunciar la pronta exposición.
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Entrevista Emilio Rodríguez Larraín
¡Es una locura ser pintor!
Por Enrique Planas
Por Enrique Planas
Si hay un personaje detestable es el artista que pinta solo para vender. Usted parece que pinta para no vender, para quedarse con su obra...
Yo pinto para pintar. No me preocupa un carajo si me compran o no. Soy arquitecto de la UNI. El otro día me preguntaron por qué no ejercía y yo dije: porque soy un huevón. Esa es la mejor respuesta para acabar con cualquier pregunta. Eso lo aprendí hace tiempo de Joan Miró. Me decía: "Cuando te hagan una pregunta que te llegue a las pelotas, responde: "porque soy un pelmas". Siempre funciona.
El curador de su muestra retrospectiva, Luis Eduardo Wuffarden, señala que fue justamente esa formación de arquitecto lo que lo diferencia del resto de sus compañeros de generación que trabajaron el expresionismo abstracto...
Szyszlo también quiso estudiar arquitectura pero no pudo ingresar a la Escuela Nacional de Ingenieros. Era dificilísimo el ingreso entonces. Conocer matemáticas y ciencias es importante. La arquitectura es también un arte plástico. Allí conocí a gente extraordinaria, como Fernando Belaunde, por ejemplo. El arquitecto era el rector de la escuela. Entonces era cojonudo, inteligente, culto, amable. Nada dictador como han sido otros presidentes. Violeta Correa estaba en mi clase. Cuando había fiesta en su casa invitábamos a Belaunde y allí se enamoraron.
Cuando terminó la UNI, usted conoció al 'Che' Guevara.
Exponía en la galería Lima de Paco Moncloa, y él pasó por la exposición. Le gustó mucho y nos hicimos amigos. Yo quería mucho al 'Che' Guevara. Era una persona sumamente culta y generosa. Entonces no tenía un cobre. Hablé con mis padres y vino a la casa un tiempo a dormir y comer. El viaje que emprendió a Iquitos lo hizo conmigo.
Eso quedó fuera de la película "Los diarios de motocicleta"...
Allí aparece en Iquitos con un amigo, pero no dicen quién es. Era yo.
La solidaridad entre los amigos ha sido siempre muy importante para usted. Y por eso está lleno de historias...
Así es. En la vida uno pasa momentos bravísimos, sin nada de dinero; puedes estar cinco días sin comer cuando eres joven y vivir mal. Y luego vivir cosas increíbles. Por ejemplo, yo era amigo de David Rockefeller. Él entró a una exposición mía y ahí nos conocimos. Un día me invitó a comer en el centro de Manhattan. Le pregunté dónde comeríamos, y él me quería llevar a un gran hotel en las primeras cuadras de la Quinta Avenida. ¡Pero si es carísimo!, le dije. Él se rio y me dijo: "¡Soy Rockefeller. Además ese hotel es mío!". Los amigos nunca se ponen a pensar si el otro tiene billete. Él me ayudó mucho. Compró para el MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York) algunas de mis obras, pues era uno de los fundadores.
[imagen 1: Emilio Rodríguez Larraín. foto: Enrique Cúneo / imagen 2: Emilio Rodríguez Larraín, Un cuarto de escultura. Instalación. Galería Camino Brent, 1986. Fotografía: José Casals]
eso digo yo
ResponderBorrarEn video, don Emilio Rodríguez Larraín.
ResponderBorrarMuchas gracias por postear el link!
ResponderBorrarAl margen del título que incide en el estereotipo romántico que conjuga artista y enajenado, lo que desprende de la entrevista es que ser pintor es, ante todo, una actividad nominal. Pero no me refiero a la función que aquí cumple la denominación “pintor” (en contraste con el término “artista”), sino a la vocación (¿lingüística?) por las pinceladas de pintoresquismo “patronímico.”
ResponderBorrarHola!!
ResponderBorrar¿Alguien seria tan amable de pasarnos la dirección y el telefono de Emilio?
Somos unos amigos de España de Emilio y hace muchos añons que no sabemos nada de él y nos encantaria poderlo saludar personalmente. Nos harían un gran favor!!
Gracias por todo y saludos!
Familia Gardell- Martínez
albertgardell@hotmail.com
Catalunya- España