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I Trienal Internacional del Caribe / Lineamientos Generales / Conceptos y Bases
Lineamientos Generales
La Bienal del Caribe (BC) fue concebida en Santo Domingo, en 1992, como certamen y encuentro dedicado especialmente a la pintura del Caribe y Centroamérica, incluyendo las grandes y pequeñas Antillas, México, Colombia, Venezuela, Guyana, Cayena y Suriname. En sus dos últimas ediciones (2001-2003), acoge a los llamados “transterrados” o artistas caribeños de “la diáspora”, radicados especialmente en las ciudades de Miami y Nueva York. En esta etapa, la BC consolida su prestigio y potencial como plataforma internacional, a la vez que reafirma su operatividad desde la inclusión y la apertura hacia todas las manifestaciones plásticas y visuales contemporáneas.
En el contexto de la declaración de la ciudad de Santo Domingo como “Capital Americana de la Cultura 2010”, el Ministerio de Cultura de la República Dominicana, a través del Museo de Arte Moderno, procede a la tarea de una redefinición radical de las bases organizativas, objetivos y denominación originales de la BC que, a partir de esta convocatoria, se enfoca hacia nuevos horizontes de contenido como Trienal Internacional del Caribe (TRIC2010), que tendrá lugar en el Museo de Arte Moderno y otros espacios abiertos y alternativos de la capital dominicana, desde el 1 de septiembre hasta el 24 de octubre del 2010.
Durante esta primera década del siglo XXl, la República Dominicana asume una presencia estelar en los procesos de integración y fortalecimiento de la democracia en el Caribe y América Latina. Iniciativas del presidente de la República, Dr. Leonel Fernández, propician soluciones dignas en situaciones conflictivas que recientemente han trastornado la estabilidad política regional. De manera espontánea, distintas personalidades e instituciones del ámbito político han distinguido la Ciudad Primada como “capital del diálogo y la democracia”. Así, en el marco de los festejos de “Santo Domingo Capital Americana de la Cultura 2010”, el Ministerio de Cultura y el Museo de Arte Moderno, proyectan esta I Trienal Internacional del Caribe, inspirándose en la profunda vocación de la “Ciudad del Ozama” como espacio de encuentro regional y diálogo fraterno en torno a las problemáticas sociales, culturales, políticas y ecológicas más inquietantes que afronta la humanidad de nuestro tiempo.
Debido al calentamiento climático global, los “agujeros” de la capa de ozono aumentan el riesgo ante los cancerígenos rayos del sol, el hielo de los dos polos y los glaciares del Himalaya se están derritiendo aceleradamente; los desastres climáticos se presentan con mayor frecuencia e intensidad, afectando gravemente, hasta ahora, alrededor de 250 millones de personas. Cabe señalar que los principales gases de efecto invernadero alcanzaron en 2008 niveles nunca registrados desde la era preindustrial. Los expertos advierten que, si no se consigue reducir del 50 al 85%, las emisiones mundiales para el 2020, a mediados de este siglo sólo quedará el 5% de los bosques tropicales. Hacia el 2090, habrá desaparecido el 66% de los mamíferos, las aves y las plantas del mundo. En distintas regiones del planeta, el calentamiento atmosférico ya está destruyendo la agricultura, matando la ganadería, aumentando la superficie del mar, las lluvias y los desiertos, deviniendo como terribles consecuencias el hambre y la pobreza extrema.
La XV Conferencia Internacional de la Organización de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 15), recién celebrada en Copenhague (Dinamarca), concluyó, luego de un insólito “acuerdo” de renuncia -entre los principales países industrializados- a la firma de un pacto político anticalentamiento, equivalente a la ratificación del Protocolo de Kioto (2005). La intensificación del diálogo y de los procesos transdisciplinarios, propiciando soluciones efectivas ante la complejidad de la actual crisis climática planetaria, no sólo se plantea como imperativo de orden ético y moral, sino también como desafío ideológico, concerniente a todas las naciones, a todos los sectores -políticos, económicos, científicos, culturales, comunitarios, profesionales o ciudadanos-, pues el predominio de los valores económicos sobre los ecológicos resulta una de las primeras causas de esta crisis.
Al igual que la Ciencia y la Tecnología, el Arte representa una forma de conocimiento multidisciplinario y una vía excepcional de relación con el cosmos, que testimonia el compromiso de la cultura y el arte: los conceptos de desarrollo, sociedad y medioambiente son inseparables. Siempre a la Vanguardia, los artistas se entregan a la arriesgada y fértil tarea de reintegrar la creación, de aprender – y enseñar – de nuevo a formar parte de la Tierra y jamás separarnos de ella.
Desde el ámbito de las artes plásticas y visuales contemporáneas se registran prácticas simbólicas y propuestas alternativas hacia una relación más íntegra y armónica entre biosfera y espacio social, cultura y biodiversidad, humanidad y naturaleza, arte, sociedad y medioambiente. Los creadores visuales contemporáneos “intervienen” y se aproximan a la naturaleza como tema o espacio para la acción lúdica, crítica, provocadora, profundamente implicante siempre. El artista comprometido de hoy siente la necesidad de que sus creaciones reflejen, desde una postura crítica, los alarmantes cambios de valores, e incidan en su puesta en evidencia y su rectificación.
La I Trienal Internacional del Caribe se proyecta como plataforma privilegiada de empoderamiento para el arte y los artistas contemporáneos del Caribe y Centroamérica; como nueva apuesta al diálogo multicultural, edificador, abierto, reflexivo, poético, transparente, festivo, propositivo, fraternal e impostergable-desde y a través-de la imaginación, la sensibilidad y la creatividad. Sin límites de medios, ideas o recursos expresivos, la TRIC/2010 se enfoca especialmente en artistas cuyas propuestas comparten el hecho de plantearnos un intenso cuestionamiento sobre los múltiples elementos que configuran las complejas identidades y realidades sociales contemporáneas, así como una preocupación esencial por los efectos dañinos que resultan de la vertiginosa degradación que los distintos grupos humanos, vienen infligiendo a la biodiversidad y al medioambiente, muchas veces a través de procesos de explotación, “desarrollo” y consumo de los recursos naturales no renovables.
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