A propósito de la reciente retrospectiva de Marina Abramovic, una de las pioneras de la producción crítica con el uso de su propio cuerpo, la revista Arcadia de Colombia comenta algunas reacciones de la prensa. Visto en Esfera Pública. Información más completa de la exposición titulada "The Artist is Present" se puede encontrar aquí en la web del MoMA.
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Performance y Polémica en el MoMA
Una de las exposiciones de arte más importantes del año es “The artist is present”, retrospectiva que el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) organizó en torno a la obra de Marina Abramovic, una de las pioneras del performance. Sin embargo, la muestra no está exenta de polémica.
Quienes han visitado el Museo de Arte de Nueva York (MoMA) estas últimas semanas han notado que las salas del Museo se encuentran invadidas por ruidos perturbadores. Son gritos, gemidos y sonidos bruscos que no parecen salir ni de la sala en donde se expone el universo cinematográfico del reconocido Tim Burton, ni del lugar en donde hay una muestra pictórica de Monet. Los inquietantes sonidos vienen de la audaz retrospectiva “The artist is present”, un homenaje a los treinta años de carrera de la artista serbia Marina Abramovic, una de las pioneras del performance.
Abramovic (Yugoslavia, 1946) fue una de las primeras artistas en explorar esta expresión del arte contemporáneo en el que el artista se vale de su cuerpo para crear una acción en un tiempo determinado. En esta exposicón, que está abierta desde el 14 de marzo, el MoMA muestra cincuenta obras que han marcado hitos a lo largo de su carrera entre los que se encuentran audios, videos, instalaciones, fotografía y perfomances que la artista ya realizó y que son ejecutados nuevamente por reconocidos artistas del performance, entre los cuales se encuentra la colombiana María José Arjona.
Algunas de las obras que recrea la retrospectiva son Luminosity (1997), en donde una mujer desnuda cuelga de una pared y Desnuda con esqueleto en donde una mujer yace con un esqueleto encima y su respiración hace que este se mueva. Otros de sus performances que se recrean en video son Feeling the voice (1975), en donde la artista grabó sus gritos de manera continua hasta que quedó sin voz y Gran Muralla China, un trabajo en conjunto con el artista alemán Olay, su socio y amante por doce años, en donde cada uno iba a un extremo de la muralla y caminaba hasta encontrar al otro. Este trabajo duró tres meses.
Abramovic, reconocida también por llevar su cuerpo al límite en sus presentaciones, no es ajena a la retrospectiva. En el centro de la exposición está dispuesta una mesa con dos sillas que se miran de frente y a en una de ellas se encuentra sentada la artista serbia, quien se quedará ahí hasta el 30 de mayo, día en el que la exhibición cierra. Imperturbable, con el sólo movimiento de sus párpados, está estipulado que la artista durará sentada 716 horas y 30 minutos. El MoMA hace una transmisión directa de este performance para que pueda ser seguido por internet.
Randy Kennedy, periodista cultural de El New York Times, comentó recientemente sobre la exposición: “El desnudo, el dolor, pruebas de extenuante resistencia y hasta purgas de sangre son elementos de cierto tipo de arte del performance, el mismo que Abramovic ha ayudado a promover. Pero estos elementos nunca habían estado juntos en Nueva York de esta manera tan audaz y tan pública como lo han estado desde que la muestra se inauguró el pasado 14 de marzo”. Y es que la muestra no ha estado exenta de polémica. Uno de los performances más atrevidos que se recrean en la exposición es Imponderabillia (1977) en donde dos artistas se paran frente a frente en la estrecha entrada de la muestra y obligan a que los visitantes se deslicen a través de sus cuerpos y que rocen su desnudez para poder entrar. El visitante debe escoger entonces si quiere entrar por esa puerta o si quiere entrar por una puerta auxiliar en donde no hay nadie. (Vea el video de Imponderabillia al final de este artículo).
Imponderabillia ha suscitado varios comentarios entre los asistentes, especialmente entre los visitantes del fin de semana en su mayoría ancianos o familias con niños, que dicen sentirse incómodos con los cuerpos desnudos. La polémica ha llegado hasta la prensa en donde titulares como Squeezy does it ay MoMA (algo así como Apretados en el MoMA) en donde el New York Post describe a Abramovic no como una artista, sino como una provocadora que en el transcurso de su carrera se ha dado latigazos, se ha tallado un pentagrama en su abdomen y ha cambiado de trabajo con una prostituta.
Aún así, a la muestra han asistido fanáticos de la artista, interesados en el performance y curiosos que no se han decepcionado con esta exposición retrospectiva que muestra la manera cómo Abramovic ha utilizado el cuerpo, el dolor y la fuerza física para reflexionar sobre el arte.
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