Reproduzco ambos textos para contextualizar el debate. Yo haría un comentario muy breve y es la ingenuidad voluntarista de pensar que la manera de consolidar el espacio local o abrir la escena a "nuevos valores" pasa por exigirle a las galerías comerciales que "democraticen" su stock. Creo que centrarse de manera tan dogmática en ese reclamo deja intacto el pensar los sistemas de circulación y consumo que inscriben la práctica estética como una estadística de mercado, obviando por completo las preguntas por su hacer crítico, por sus modos de intervenir en la distribución de los espacios y cuerpos al interior de lo social. Sin duda la situación es abiertamente más compleja que la simple ampliación del repertorio de ventas, y más profunda que la figura de una falsa dicotomía entre "la élite" y los "nuevos valores". Más aún, me atrevería a decir que esas nuevas maneras de producción críticas están sucediendo sin que el periodista se de por enterado y, felizmente, no necesariamente éstas se encuentran atadas a la circulación comercial. Por otro lado, Miguel Zegarra apunta algo importante al señalar como contraparte el mínimo apoyo que el Estado ofrece a cualquier iniciativa artística local, ya sea a través de becas, concursos, o incluso en el plano llanamente educativo. En cualquier caso, es evidente que a mí antes que interesarme la pregunta por si se ensancha o no la lista de nombres en la galería, me resulta mucho más urgente preguntarnos por los modos del hacer crítico que efectivamente están decididos a imaginar esos otros modos de tener lugar de la experiencia artística.
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Momento de cambio
El arte en el Perú
por: Mario Saavedra-Pinón (23/09/09)
Ha transcurrido un tiempo considerable y seguimos sin ver a nuevos artistas plásticos. A la pregunta por qué ocurre ello, solo hay una respuesta: Claro que existen no solo uno, sino miles de jóvenes valores de la pintura así como la escultura y otras disciplinas, pero sus nombres son desconocidos al igual que sus obras, debido a que las galerías comerciales solo dan cabida a los artistas “consagrados”, que atraen a esa suerte de élite que se ha adueñado del mercado con un afán mercantilista, sin dar oportunidad alguna a los nuevos valores.
¿Cómo podremos contar con un plantel de nuevos rostros, si a estos se les mantiene en el anonimato?
Consideramos un deber, el denunciar esa suerte de discriminación que pesa sobre una enorme cantidad de artistas, lo que impide, naturalmente, que surjan nuevos valores, los cuales luchan inútilmente por alcanzar un lugar que les permita hacer conocer su producción.
El Perú requiere ampliar su panorama cultural y la única forma de lograrlo es contar con nuevos Tilsas o Sérvulos, dar paso a los nuevos valores que permanecen injustamente postergados. ¿Habrá alguien que se anime a terminar con esa suerte de maleficio?
..........Quería darle a conocer algunas opiniones de disidencia respecto de su artículo publicado en la edición de hoy miércoles del diario El Comercio, titulado "Momento de Cambio / El Arte en el Perú".
Creo que ver el pequeño circuito del arte local(la burbuja) en perspectiva nos ayudaría mejor a ver la posibilidad siempre abierta de producir nuevos espacios de interacción de un público y la produccion artística sea de artistas conocidos o perfectamente desconocidos pero no por eso buenos o malos... Otra punto es, respecto del Estado y su ausencia de compromiso: eso se da en todo orden de cosas en el Perú, si no fijarse nomás como esta nuestra primera escuela de bellas artes del perú, tan cerca de ser de nivel universitaria y paralizada ya cerca de un año, historias que se repiten siempre, de eso ya mejor no hacerse la menor ilusión...
ResponderBorrarLa responsabilidad de las galerías privadas dentro del circuito comercial, está coactada como responsabilidad social, al igual que en el rubro siempre oneroso de la minería.
ResponderBorrarPor parte del estado, y sus políticas públicas es otro tema de igual importancia.
Lo cierto es que la vanguardia artística en Lima Perú está al mando de un puñado de galerías privadas de acuerdo a su interés, legítimo, de poder iconográfico y económico sobre todo.
me parece curioso pensarlo como 'responsabilidad social', nunca uso ese tipo de lenguajes de ONG, lo odio tanto. me parece tan patético como pensar que el arte es 'caridad' o el discurso crítico, 'beneficencia'. esa expectativa de 'chorreo' me parece tan burocratizante como estéril. sigo pensando que los canales de producción de discurso crítico están abriendo permanentemente nuevas vías de circulación, posibilitando modos distintos de que la experiencia estética tenga lugar.
ResponderBorrarel panorama es más complejo y rebasa de lejos cualquier reducción facilista como la que el segundo comentario plantea, ya que lo que no existe de forma evidente es un aparato fortalecido por distintas fuerzas que pueda generar antagonismos suficientes dentro del sistema, y lo pienso ahora ante la urgencia de un ámbito propiamente crítico o incluso desde plataforma realmente sólidas a nivel educación. en ese sentido es evidente que lo que yo espero del discurso crítico no pasa necesariamente por las galerías comerciales, y si de alguna manera me importan es en tanto éstas nos permiten pensar cómo se construyen los distintos y múltiples discursos de lo contemporáneo desde la escena local a través de sus distintas apuestas discursivas. yo creo que seguir pensando en que la 'vanguardia' se mueve por un solo canal es bastante triste y chapucero, por un lado por creer ingenuamente que efectivamente existe una 'vanguardia' (y no una serie de prácticas conflictivas de normalización y resistencia al interior de tales representaciones aparentemente consensuadas), y por otro, por asumir a priori una dimensión disminuida del propio hacer minoritario, molecular, menor, completamente al margen de las aparentes estructuras ya instituidas. por el contrario, considero que mucho de lo más interesante y arriesgado está pasando precisamente allí, en el punto ciego de lo comercial local, pero resulta claro que muchas veces el lamento facilista no permite ver más allá de lo evidente (y con esto no me remito al mero ejercicio escópico sino a los efectos políticos de la dimensión performativa de la visualidad).
y al final lo particualr de las galerías y lo público del estado se tiran la pelota
ResponderBorrarje, que conste que yo no le tiro la pelota a nadie, por el contrario yo creo que está siempre en nuestra cancha (esto es, en nuestra capacidad de generar nuevas canchas de juego).
ResponderBorrary cuanto tiempo se alrgan esas nuevas canchas de juego, sin esa beneficencia o caridad es muy aventurado el suponer que esas dinámicas espontaneas, pueden ser constantes. Responsabilidad social, lenguaje de ONG?. Mucha espeectativa sobre las galerias eh.
ResponderBorrarno tengo ninguna expectativa con las galerías comerciales y para nada creo que éstas agoten la capacidad de la experiencia artística de tener lugar (y menos aún su escenario crítico de intervención). quizá no fui claro, lo que digo es la necesidad de salirse de falsas dicotomías, y pensar como más allá de la estértil oposición entre galería privada y Estado se generan permanentemente repertorios distintos de circulación y producción artística.
ResponderBorrarsobre lo otro, pues, no es cuestión de suponer dinámicas espontáneas, existen y se multiplican formas de organización colectiva que están siempre imaginando y reinventando sus formas de incidir en lo local, de producción de visibilidad y de subjetividad (y por ende, generando nuevas condiciones de posibilidad y resistencia para otras iniciativas). es interesante que el post anterior a este sea una convocatoria del Proyecto Cultural Noviembre.
pd.- colgaré otros posts que pueden seguir y atizar este mismo debate.
Muy bien dicho miguel las galerias comerciales no tiene porque estar ofreciendo caridad a nadie y mucho menos tomando posiciones de cual es el verdadero y cool arte peruano, ademas uno mismo puede poner su propia galeria en Miraflores o en cualquier parte que quiera
ResponderBorraren un escenario como el nuestro la cosa se vuelve complicada ante la inexistencia de un aparato crítico que permita ejercer tensiones con lo comercial local, ya que el mercado parece convertirse en un falaz termómetro de la coyuntura (como el segundo comentario que parecía sugerir que una aparente 'vanguardia' se mueve por una sola vía). ojo, no estoy alentando la discursividad acrítica y trivial de lo empresarial (aunque ciertamente cada uno puede armar su galería como le venga en gana), estoy diciendo que es necesario pensar críticamente y fuera del molde de circulación y producción que restringen las posibilidades de acción de lo artístico. es así que el reclamo del periodista (en el post) era por la inclusión de "nuevos valores" (léase artistas) en el stock de las galerías comerciales y no interrogaba políticamente las configuraciones del sistema como tal. no se trata de incorporar o no incorporar artistas, sino de perforar el consenso que hace creer que hay una manera, un solo mercado, una sola forma de pensar el 'éxito' artístico. ese consenso es ciertamente peligroso.
ResponderBorrarA que te refieres con "hacer critico" o "discurso critico"?
ResponderBorrarel "reclamo" del periodista tambien va por el llamado a las galeríaa e instituciones privadas que cuentan con galerías a que organizen concursos, otorguen becas, incentiven al artista, dado que en un escenario como el vuestro no existe un ministerio de cultura, ni mucho menos acciones públicas en beneficio del arte.
ResponderBorrarPara los que venimos frecuentando el medio artistico en calidad de coleccionista de arte, nos venimos dando cuenta de la conducta prepotente de los directivos del MALI a quienes nadie se atreve a contravenir. Que hay intereses es evidente, que hay una serie de influencias de distinta indole, también.
ResponderBorrarPara muestra un boton: en la última subasta del MALI, en la portada del catalogo estaba (el que iba ser el cuadro de la subasta) un retrato de Sabogal hecho por Camilo Blas. Pues la noche de la subasta nos enteramos por boca del mismisimo Juan Carlos Verme, que dicho cuadro había sido reservado por el MALI sin más. Dejando al que habla y a otras personas más en la mas completa perplejidad. Haciendole daño al coleccionismo de arte
A mi me parece que este es un incidente serio y lo que mas me llama la atención es que nadie haya dicho nada, a pesar de las incomodidades de personas muy serias vertidas esa noche.