lunes, octubre 26, 2009

José Díaz Cuyás: "Los Encuentros del 72 significaron un revulsivo para la escena artística española"

El día de mañana se inaugura en el Museo Reina Sofia una de las exposiciones de la temporada que más ganas tengo de ver. Bajo el título de Encuentros de Pamplona 72. Fin de Fiesta del Arte Experimental, y con la curaduría de José Diaz Cuyás, la exhibición se centra en uno de los eventos que catalizó una de las experiencias de vanguardia más particulares del período. Como curiosidad historiográfica más de un investigador de América Latina nos hemos interesado alguna vez en este evento poco estudiado precisamente por la exposición Hacia un perfil del arte latinoamericano que Jorge Glusberg organizó desde CAYC aquel mismo año, y en el cual participaron artistas de todos lados. Ya algo de discusión se había podido leer en uno de los libros del proyecto Desacuerdos, veremos qué resulta de esta exposición que espero ver ya en un par de semanas! Reproduzco una entrevista con el curador publicada hoy en el Diario de Navarra.
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JOSÉ DÍAZ CUYÁS COMISARIO DE LA EXPOSICIÓN "ENCUENTROS DE PAMPLONA 72"

"Los Encuentros del 72 significaron un revulsivo para la escena artística española"

M.A.E. . MADRID . Lunes, 26 de octubre de 2009 - 04:00 h.

Entre el 28 de junio y el 3 de julio de 1972, Pamplona fue literalmente inundada por las tendencias últimas y más extremas del arte de los 60, en especial por aquellas vinculadas a la poética del acontecer y tendentes a la disolución de las fronteras entre arte y vida. Aquello fue un auténtico diálogo entre vanguardia y tradición popular, entre los artistas y el público.

El Museo Reina Sofía inaugurará el próximo martes una exposición sobre aquellos Encuentros de Pamplona que de la mano del mecenazgo de Juan Huarte se celebraron en vísperas de los Sanfermines de 1972 y que constituyeron el festival del arte de vanguardia más amplio y significativo de todos los celebrados en nuestro país. Como muy bien dice el comisario de la Muestra, José Díaz Cuyás, "en aquel verano, en pleno tardofranquismo, en una ciudad alejada de las vanguardias artísticas y por iniciativa de un mecenazgo particular, surgió el milagro de un festival de vanguardia que colocó a Pamplona en el inicio de un tour artístico que continuaba su ruta por el Festival de Spoleto, la Documenta de Rasel y la Bienal de Venecia". Díaz Cuyás es profesor de estética en la Universidad de La Laguna y con anterioridad trabajó como documentalista creando y dirigiendo el Centro de Documentación de Arte Contemporáneo del CAAM de Las Palmas de Gran Canaria de. Desde los años 80 viene impartiendo conferencias y publicando artículos en revistas especializadas y en la actualidad es director de ACTO: revista de pensamiento artístico contemporáneo.

¿Cómo llegó usted a los Encuentros?

Mi memoria de licenciatura de Historia del Arte versaba sobre el arte conceptual español y Los Encuentros me interesaron desde mi época de estudiante porque no hay historia del arte contemporáneo español que no los cite como hito histórico. Y sin embargo, me asombraba que no hubiera ni un solo libro de referencia, ni una monografía dedicada a los Encuentros, por lo que aquel acontecimiento se me aparecía como algo legendario y rodeado de una cierta mitología: por lo intempestivo del asunto, por los tiempos en que se desarrolló, por la polémica que generó, por aquella insólita afluencia de artistas internacionales en Pamplona.

¿Qué es lo que más le atraía de aquel acontecimiento?

Las contradicciones históricas que planteó. Fue un un momento de gran densidad desde el punto de vista histórico, porque es como la reflexión en España de las vanguardias más radicalizadas de los años 60 que nos llegan justo cuando al régimen franquista aún le faltaban años y por otra parte llegan aquí demasiado tarde, cuando esas vanguardias estaban ya empezando a entrar en crisis. Y, sin embargo, significaron un total revulsivo para la escena artística española, que era mucho más comedida. Y fueron también motivo de enfrentamiento y controversia. Se produjeron muchos sucesos no programados que eran reflejo en el plano nacional, de las contradicciones políticas y artísticas del tardofranquismo; y en internacional, de las suscitadas en el momento final y más radicalizado del mito vanguardista. A todas esas contradicciones se añade otra: ¿por qué los Encuentros, que fueron tan importantes en nuestra historia del arte contemporáneo, apenas se han contado? ¿Por qué han tenido esa resistencia a relatados históricamente?

¿Usted qué cree?

No lo sé. Pedro Manterola intentó hacer un libro que no salió adelante. También Luis de Pablo. Luego está la resistencia de los Huarte a hablar de sí mismos, a contar su papel de protagonista en la historia del arte español . Creo en fin que estas cosas tienen su momento, responden a una época y el de Los Encuentros es ya un momento histórico.

¿Y por qué usted y por qué ahora surge esta exposición en el Reina Sofía?

La exposición hunde sus raíces en Desacuerdos 2005, un proyecto colectivo de investigación de varias instituciones artísticas en un intento de hacer una relectura de los vínculos entre arte y política. Participamos distintos investigadores, y cada una exponía un tema. El mío versaba sobre Los Encuentros. Poco después, el Museo Reina Sofía me invitó a presentar un proyecto de exposición sobre aquel trabajo, lo presenté y ahora la nueva dirección lo ha retomado y programado.

¿Cómo va a transcurrir esta exposición?

Tendrá una estructura cronológica. Lo planteamos como un gran acontecimiento donde integramos todo lo que ocurrió en esos ocho días que duraron Los Encuentros, incluidos todo lo sucedido (bombas de ETA, asambleas de protesta, etc.) alrededor de aquel acontecimiento artístico. Lo perseguimos día a día, incluso con el horario de entonces en los casos en que nos consta. Hay dos antesalas previas al recorrido. La primera estará dedicada al mecenazgo artístico de la familia Huarte como una manera de explicar por qué se pudo producir aquello. La otra sala está dedicada a los organizadores, el Grupo Alea, un pequeño equipo dirigido por el compositor Luis de Pablo y el artista José Luis Alexanco.

Pero ¿qué queda de lo vivido aquellos días en Pamplona?

Esa es la cuestión. Hablamos de unos tiempos en los que no había conciencia de conservar, no se pensaba en guardar. Además, el tipo de tendencias que se manifestaron en los Encuentros estaban muy cercanos al arte procesual, al arte efímero, así que queda poca obra propiamente dicha, salvo la exposición de la muestra de arte vasco que se celebró paralelamente a los Encuentros y en la que se dieron cita géneros más tradicionales, como la escultura y la pintura.

¿Entonces?

Las piezas de acción más efímeras o procesuales las vamos a reproducir de manera documental mediante fotografías, material de archivo, prensa de la época (la presencia de vuestro periódico en la exposición es importante) y registros sonoros -aunque no sean directos de los Encuentros, que no los hay-, pero vamos a contextualizar la obra de los artistas que intervinieron. Por ejemplo, la pieza de Valcárcel Medina en el Paseo de Sarasate no está, no la podemos reproducir, ni las performances, no tiene sentido, pero sí si lo contextualizamos con obra semejante de esos mismos artistas. De Alberto Corazón, por ejemplo, tendremos obra del año 72 y del This is your roof, producido expresamente para Pamplona por Willoughby Sharp, que no tenemos, pero sí contamos con una pequeña instalación suya de esa misma época.

¿Y no hay documentos sonoros de los conciertos?

Tenemos otras grabaciones de los artistas que intervinieron pero no las grabaciones de lo escuchado en Pamplona porque repito, entonces no se pensaba en conservar. Aun así, hemos tenido suerte porque TVE tenía un programa en la TV2, Galería, que grabó dos capítulos sobre Los Encuentros, que hemos conseguido recuperar y además es un material estupendo. Hemos indagado en Radio Nacional y no ha aparecido nada. La familia Huarte tampoco conserva el archivo de lo realizado. Sólo nos queda la memoria de Juan Huarte, al que yo hice una entrevista sobre Los Encuentros hace un par de años. Y no se puede contar la historia del arte español de los años 50 y 60 sin hacer mención a las actividades de la familia Huarte.

¿Llegará a la gente?

Yo creo que sí, porque habla de cómo nos hemos ido construyendo estéticamente, de las cosas que nos han enriquecido. Y además va a quedar bonita visualmente. Habrá instalaciones de época muy interesantes, piezas potentes, salas con sonido ambiente, cascos para escuchar, películas (una de José Antonio Sistiaga que en aquellos días rodó en Pamplona lo que ocurría en los Encuentros, y otra de Juan Antonio Aguirre, que los filmó con una cámara de 8 milímetros, 8 minutos impagables de material inédito).

¿Quién participará en el Catálogo?

Contará con un trabajo sobre arquitectura de Pepa Bueno, un texto sobre el mecenazgo de la familia Huarte como introductor de la modernidad de Patricia Molins, otro sobre la participación vasca que comisarió Santiago Amon que tuvo unas características muy concretas y muy importantes y que se mantuvo como una exposición relativamente independiente del resto de Los Encuentros, que causo mucha polémica en su momento y que de algún modo marcó el final del proyecto colectivo de la escuela vasca por las rencillas y de los conflictos que se crearon en Pamplona. El catálogo incluye otro texto sobre poesía experimental, de Esteban Pujals y otro relativo a la música de Los Encuentros que firmará la musicóloga Carmen Pardo. Y un texto de presentación mío.

¿Sobreviven muchos de aquellos artistas?

Murieron varios de ellos, pero sobreviven más porque eran más de trescientos los que participaron. Está Luis de Pablo, que fue el organizador de la parte musical y que está colaborando con nosotros en la exposición. Y también Alexanco, y Juan Navarro Valdwerg y Nacho Criado y Gómez de Liaño y Fernando Huici y Javier Ruiz.


[imagen: Cúpulas de José Miguel de Prada Poole. Foto: J.M. de Prada Poole]

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