Dos posts atrás señalé la reciente publicación de un texto de Linda Williams titulado Hard-Core Art Film... en la web del MACBA. Y un comentario me hizo hincapié en que al estar en inglés el acceso era limitado (y yo lamentablemente no puedo traducirlo por tiempo entre otras razones), y que antes que copiarlo la idea debería ser producir comentarios críticos en torno al mismo. Le doy la razón en los dos puntos. Pero quisiera señalar que mi idea al postearlo era básicamente dar a conocer su existencia, era como decir "esto está aquí para quien pueda interesarle", ya que en Lima hay poca producción reflexiva en torno a este tema. Y claro, la idea de este blog es generar discurso crítico!, y uno de esos modos de generarlo es dispersando información que consideramos valiosa, oportuna y pertinente (aunque de nuevo, disculpen los que no leen inglés, aquí casi todo siempre es español). Y claro, desde distintas exigencias, ya sea ensayos largos o artículos cortos, incluso anuncios eventuales de actividades. En todo los casos se trata de información que pensamos puede alimentar una discusión futura, que puede poner en duda ciertos consensos. Ideas que podamos poner en juego cuando consideremos necesario.
Pero además de ello me interesaba también dar a conocer la plataforma de Quaderns Portàtils del MACBA que es fabuloso! Si tengo que comentar algo sería decir que me parece ejemplar la web de este museo, no solo porque dista mucho de ser 'el gran portal institucional' o más habitualmente corporativo, sino especialmente porque considera que su función principal es contaminar con discursos críticos por todos los flancos posibles! Para mí es fabuloso ver el modo en el cual producen discusión de modos incluso simples y sencillos. Por ejemplo su archivo de conferencias en mp3, la Revista, el foro Debate, la Agenda Informativa... Y eso sin contar las actividades que se realizan al interior del propio museo. Estos Quaderns Portàtils (buscar por años) son básicamente pdf's para que los imprimas, engrapes y voilá! Y se trata de textos notables de críticos como Blake Stimson, Andreas Huyssen, Néstor García Canclini, Jo Spence, Suely Rolnik, entre otros) Y qué problemático me resulta pensar que nuestra institucionalidad local se hace mil lios para poner en circulación las ideas. Espero que llegue el día en el que el Museo de Arte de Lima se proponga generar fricción real con el contexto en sus modos de dialogar. De momento tal vez solo Micromuseo está produciendo formas radicales de comunicación, con sus boletines periódicos, su web y su blog. No es tan difícil. Hasta con una fotocopia se pueden generar interferencias críticas!!! La cuestión es querer hacer, tener la voluntad real de intervenir en la escena.
Yo debo disculparme de no haber actualizado pero como algunos sabrán he estado en diferentes viajes y acabo de llegar a Barcelona hace pocos días. La periodicidad de los posts se irá normalizando pronto. Y por otro lado estoy escribiendo mucho, a medida que se vayan publicando las cosas las iré subiendo al blog. De momento quiero reproducir el último texto subido de los Quaderns Portàtils, esta vez del crítico español Juan Vicente Aliaga sobre la sexualidad y el SIDA en las prácticas performativas, que pueden leer y descargar aquí. Un tema pertinente y que tampoco ha tenido mayor discusión en nuestro contexto.
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Terreno de lucha. El impacto de la sexualidad y la huella del sida en algunas prácticas artísticas performativas[1]
Juan Vicente Aliaga
"El órgano más importante de los humanos está ubicado entre las orejas." Carole S. Vance [2]
El sexo, en sus distintas variantes, y la sexualidad son, en la primera década de este siglo, esferas de significación cultural y social frecuentadas sobremanera; territorios analizados, debatidos y también a menudo frivolizados hasta el paroxismo; lugares donde anida el tabú y la censura (véase, por poner ejemplos dispares, Irán, Arabia Saudí y algunos estados norteamericanos); ámbitos políticos y morales que sirven para espolear visiones del mundo opuestas, e incluso, a veces, incompatibles. La sexualidad, siguiendo de cerca los postulados de Michel Foucault se ha convertido en "la verdad de nuestro ser". [3] Pero ¿cuál es esta "verdad"? ¿Y sobre qué cimientos podemos considerar algo en términos de sexualidad como "natural" o "antinatural"? El lenguaje de la naturalización de la sexualidad, incluso tras decenios de argumentos feministas de tipo construccionista, no ha aflojado su poder y predicamento mediáticos. Algunos científicos siguen buscando desesperadamente los genes que supuestamente identificarían conductas sexuales, identidades de género y orientaciones distintas a la considerada principal, la enaltecida heterosexualidad. En ese sentido conviene preguntarse en qué preceptos morales, en qué orden fálico, se asienta la consideración del sexo como realidad "espontánea" y "natural". ¿No sería acaso más provechoso plantearse, como también se ha argumentado, que todo el conjunto de prácticas eróticas, sensuales, corporales y sexuales están entrelazadas en una red de discursos, imágenes y representaciones que se ha trazado y elaborado a lo largo de las épocas y sociedades y que pueden ser y de facto son modificables y cambiables? ¿Tiene el mismo valor y sentido la práctica del coito inter femora o de la sodomía en la Roma del Imperio entre un patricio y un plebeyo, en que el primero tuviera un rol activo, que la estimulación de la carne en acciones sadomasoquistas entre mujeres dominadoras y sus esclavos sumisos en la Alemania de hoy, sin tener en cuenta cuestiones de clase y de cambio, que han permitido la mayor presencia social de las mujeres excluidas del sistema en otras épocas? El sexo, la sexualidad no constituyen una verdad eterna, inamovible, que permanece impertérrita ante los avatares políticos.
La cultura moderna –como ha estudiado Jeffrey Weeks en Sexuality (1986)–, ha posibilitado que exista una trabazón íntima entre el hecho de ser considerado biológicamente macho o hembra (es decir, tener los órganos sexuales y la "potencialidad" reproductora correspondientes –y subrayo el sustantivo potencialidad, a diferenciar de la implícita obligatoriedad–)[4] y la forma directa de comportamiento erótico (por lo general, se nos dice, el magnificado coito vaginal entre hombres y mujeres). Hoy en día el significado dominante que se otorga a la palabra sexo se refiere a las relaciones físicas entre los denominados sexos: [5] las relaciones, prácticas o contactos sexuales. En cambio, el primer uso del término "sexo" en el siglo XVI, según Weeks, se refería precisamente a la división de la humanidad en el sector masculino y el sector femenino (es decir, diferencias, que ahora llamaríamos de género). La extensión de los significados de la palabra sexo en la actualidad indica un cambio en la manera de entender la sexualidad, que no es unilateral ni unívoca a pesar de que la hegemonía heterosexista se resiste a aceptarlo.
Se da por sentado que hay una distinción marcada entre los sexos anatómicos, biológicos, una dicotomía de intereses, incluso un antagonismo abierto (la mal llamada guerra de los sexos), [6] que solo puede resolverse de manera incompleta, discontinua y frágil. Hoy, todavía se afirma (desde Canadá hasta Indonesia, pasando por muchas –por no decir todas– otras partes del planeta) que los hombres son hombres y las mujeres, mujeres; y rara vez, dice el orden hegemónico, se encontrarán unos y otros (una idea también defendida, aunque por supuesto con muchos más matices y sutilezas, por el feminismo de la diferencia). Se cree, en segundo lugar, que el sexo es una fuerza imparable, un imperativo biológico que se estima inscrito en los genitales (sobre todo en los órganos masculinos), movidos por el deseo que no tiene límites. En tercer lugar, esto produce un modelo piramidal de sexo, una asfixiante jerarquía sexual (a juicio de Gayle Rubin) que se desparrama hacia abajo desde la supremacía aparentemente otorgada por la naturaleza (muchos todavía lo creen a pies juntillas) al coito genital heterosexual, hasta llegar, como sugiere Weeks, a las inconcebibles manifestaciones de "la perversión". Una perversión que no siempre ha estado enfocada en las mismas acciones (antes, en tiempos de Krafft-Ebing, la homosexualidad, patologizada, estaba al mismo nivel de rechazo y control médico que el fetichismo, la lluvia dorada, o el S/M; hoy se habla confusamente de pederastia cuando en realidad se quiere aludir a los abusos perpetrados a menores), y que se espera carezca de impulso y reconocimiento social, pero que desafortunadamente para quienes detentan las reglas uniformizadoras del juego, y dicen cumplirlas, siempre brota en lugares que no se esperan. Recuérdese que todavía hoy para países como Irán, Afganistán, Yemen, Sudán, Nigeria, Mauritania, Arabia Saudí, etc, la homosexualidad es una abominación condenable con penas de muerte.
Esta visión del mundo de la sexualidad está profundamente arraigada en la cultura occidental, incluso en la global (aunque con diferencias notables entre distintos países). La visión mayoritaria divulgada por innumeras películas, programas de entretenimiento de las cadenas de televisión, Internet y otros medios de comunicación de raigambre y sello occidental facilita una justificación ideológica para la lascivia masculina que se percibe como incontrolable. En algunos casos ese deseo desbordado del varón se interpreta como un impulso imparable que conduce al acto de violación (piénsese en el escasísimo número de mujeres violadoras), y que puede acarrear la degradación de la autonomía sexual femenina.[7] En 2008 en muchas partes del planeta se trata a las minorías sexuales distintas de los/as heterosexuales como grupos marginados pese al aumento indudable de la visibilidad LGTBQ (Lesbiana, Gay, Transexual, Bisexual, Queer). Todo ello es producto de una larga tradición sexual que ha sido codificada por la sexología, por la medicina, por el poder manejado desde las universidades, en los medios de comunicación, en un conjunto más o menos coherente y alineado de suposiciones, creencias, prejuicios, reglas, métodos de investigación y formas de reglamentación moral que todavía configuran la manera en que vivimos la sexualidad.
La sexología ha dado desde al menos mediados del siglo XIX estudiosos y eruditos que han tratado de responder a preguntas divergentes: ¿la práctica del sexo puede suponer un peligro para el sujeto? Las repuestas las hallamos sobre todo en Krafft-Ebing y también en sus epígonos. Freud se situó en otra esfera, aunque eso no le impidió emitir juicios sexistas en los que se refiere a la naturaleza como el destino de la mujer, basado en la belleza, el encanto y la dulzura. Otra de las cuestiones importantes trata del sexo percibido como fuente de libertad cuyo potencial estaría bloqueado por la represión de una sociedad corrupta. Esta problemática está en la base de las actividades artísticas de los accionistas vieneses, sobre todo de Otto Mühl, con consecuencias harto criticables por su voluntad de control sobre el cuerpo de los demás, y en algunos pensadores como Edward Carpenter, Wilhelm Reich, Alfred Kinsey, Herbert Marcuse, que han tratado de responderla. Las citadas formulaciones son fruto de una concepción esencialista de la sexualidad, en la que se presupone que la clave de nuestro sexo se encuentra en alguna parte de los ocultos lugares de la naturaleza. Esta visión determinista, amén de inmovilizadora, ha sido refrendada por los teóricos de la ciencia sexual, que en más de una ocasión se han erigido en baluartes y cancerberos de la verdad sexual, en custodios de la sexualidad natural. Estamos ante una concepción astutamente aviesa, negadora de la sexualidad como producto de fuerzas históricas y sociales. Como dijo también Jeffrey Weeks, la sexualidad "es una 'unidad ficticia' que alguna vez no existió y que en algún momento en el futuro tal vez de nuevo no exista. Es un invento de la mente humana". [8]
De la visión esencialista que he intentado poner en tela de juicio se extraen consecuencias de gran calado y trascendencia. Especialmente la creación de un tejido de discursos mediante los que se afirma taxativa y machaconamente lo que es el sexo y cómo se debe practicar si uno quiere entrar en la normalidad. Me refiero a todo tipo de textos insertos en tratados morales, en ejercicios educativos, en las experiencias y ritos sociales, pero que también se infiltran en otros ámbitos que podríamos considerar como indefectiblemente liberadores y que no siempre resultan serlo: la ficción pornográfica, la literatura erótica, la música popular, los juegos eróticos, la Playstation. Todos se nutren y absorben esa ideología naturalista que forja y moldea las representaciones de nuestros deseos y necesidades íntimas. De ahí la importancia de la puesta en práctica de un modelo que deconstruya la unidad ficticia a la que me refería más arriba, es decir, la definición de la sexualidad como construcción histórica que reúne una multitud de posibilidades biológicas y mentales –identidad genérica, diferencias corporales, capacidades reproductivas, necesidades, deseos, fantasías–, y que no entra en colisión con los límites de la biología. No se trata de negar la importancia de la fisiología y morfología del cuerpo –la misma Judith Butler lo ha subrayado–,[9] pues ambas preparan el terreno a las condiciones previas a la sexualidad humana, pero esta obviamente no puede reducirse al funcionamiento del ADN o a los avatares de la testosterona y el estrógeno. [10] El cuerpo, que es mucho más que genitales, y la psique adquieren significado y sentido pleno en el engranaje y el trasiego de las relaciones sociales, culturales, políticas.
La sociedad global capitalista en tiempos contemporáneos, desde los años sesenta, fruto en gran medida, y entre otros, de las reivindicaciones del feminismo plural y de los colectivos de gays y lesbianas, en los que también participaron transexuales, ha modificado su perspectiva respecto del sexo. Esos cambios y avances son innegables en el mundo occidental; sin embargo, se ha adueñado de nuestro orbe discursivo una idea que, sin ser originaria de estos tiempos –pues procede de épocas añejas–, incide en que la ley de todo placer estriba casi en exclusiva en el sexo.
(...)
BASES EXPO FOTO CLUB CUSCO 2008
ResponderBorrarDÍA DE LA FOTOGRAFÍA CUSQUEÑA
El tema de la exposición será "La papa".
Este año se incorpora a la exposición el desarrollo de series.
OBRAS INDIVIDUALES
Cada participante podrá exponer una fotografía. Sin embargo puede hacer llegar dos propuestas en formato 10cm x 15cm (jumbo) en el soporte final de exposición. Estas fotografías pasan a formar parte del archivo de Foto Club Cusco (FCC). Si el espacio lo permitiese podrá exponer ambas propuestas.
SERIE
Cada participante podrá exponer una serie de 3 fotografías que no necesariamente deben poseer intención de secuencia. Se aceptará dos propuestas por participante en el mismo formato y con las mismas condiciones que las presentadas como obras individuales.
El plazo de entrega para el material sometido a evaluación será el jueves 05 de junio hasta las 18:00 hrs en Calle del Medio 109.
Luego del cual se comunicará a los expositores seleccionados un nuevo plazo para entregar las ampliaciones finales.
Ningún miembro de FCC podrá comercializar o reproducir las fotografías presentadas a la exposición sin previo consentimiento del autor. Salvo en casos de publicidad de futuras exposiciones o artículos referidos a la exposición en sí.
Se seleccionará las mejores fotografías para formar parte de la exposición FCC 2008. La exposición abarcará el período comprendido entre el 27 de junio y el 15 de
julio.
El formato de las fotografías en blanco y negro y las de color será de 50cm x 60cm.
Con una tolerancia de 5cm del lado más largo en su defecto.
Se aceptará obras manipuladas, dentro de los parámetros fotográficos. (Efecto Sabbatier, fotogramas, solarización, iluminación, virado, etc.), así como manipulaciones digitales que asemejen estos efectos.
El expositor correrá con el costo de la ampliación y el enmarcado.
Los marcos para exposición serán uniformes y cuyas características quedarán establecidas previamente.
Las fotografías podrán ser ampliadas a sangre o con marco blanco.
No se admitirá passe-partouts.
Cada expositor aportará la contribución de S/.20.00. Dinero que será destinado a
la confección de catálogos.
A cada fotografía se adjuntará una ficha con los datos siguientes:
• Título de la fotografía
• Nombre del autor.
• Cámara.
• Objetivo (marca, distancia focal y abertura máxima).
• Película e ISO (en el caso de fotografías digitales resolución de toma).
• Marca y tipo de papel de ampliación (puede solicitarlo al laboratorio).
El precio base de las fotografías se estipulará a la entrega de las ampliaciones finales.
Los participantes no podrán exhibir fotografías realizadas por terceros. Siendo los únicos responsables tanto en lo civil y en lo penal, los remitentes de las obras.
Foto Club Cusco no se hace responsable de la seguridad de las salas de exposición cuando cuenten con guardianía propia de la institución.
Las fotografías que no cumplieren los requisitos previamente señalados no serán expuestas.
La sala concedida para la exposición 2008 será la Sala de Exposiciones Mariano Fuentes Lira (ESABAC) - Calle Marqués.
Cualquier otro parámetro no considerado dentro estas bases será resuelto por la Comisión Organizadora de Foto Club Cusco.
Consultas: fotoclubcusco@ yahoo.es
Cusco, abril 2008