la tarea de la crítica (en siete tesis)
1. El objeto último de la crítica de arte, como de todo análisis cultural, es la puesta en evidencia de las condiciones, dependencias e intereses -de toda índole: sociales, técnicos, políticos, de género, de dominación económica, cultural, etc- bajo las que la práctica se produce. Es preciso alejar el espejismo de la inocencia: nunca una práctica de representación –y el arte no es otra cosa- es "inocente". Evidenciar su falta de inocencia siempre es tarea de la crítica.
2. Es tarea de la crítica contribuir al proceso de construcción socialdel significado. Este no pertenece a la obra –que en sí misma no es más que un modesto e incompleto envío. Sino a todo el proceso social en el que ella se implica. La parte en que la crítica ha de contribuirno ha de ser otra que la más desmanteladora, la que mejor contribuya tanto a dispersar esa productividad significante –la crítica ha de ser máquina de proliferación del sentido- como a socavar la ilusión de que éste le pertenece a la obra. El sentido pertenece a la productividadde los múltiples agentes que participan en los procesos de la comunicación social que llamamos arte.
3. No es tarea de la crítica operar "dentro" de la institución-Arte: sino ejercerle incondicionalmente la crítica. Una buena parte de la tarea propia de la crítica es la crítica de las políticas culturales, la crítica de la institución. Entre otras cosas para poner enevidencia que la fantasía de la "crítica institucional" integrada no es más que eso: una fantasía interesada. Tampoco haciendo curadurías ni dirigiendo museos se hace crítica. Sino institución. Y cuanto más se predica contra ella estando dentro tanto más se favorece el juegode la falsa conciencia en el que ese esquema se produce.
4. No es tarea de la crítica difundir la actividad ni de la institución ni del mercado del arte. La excusa de que se "informa" al público –cuando lo que se hace es lo anterior, servir de instrumento de propaganda larvado- no es más que una pura coartada, la que sirve al periodismo cultural para instituirse como agencia de decisivo poderen el seno del sistema arte.
5. El territorio para el ejercicio de la crítica no puede ser otro que el del ensayo –por tanto el del libro o acaso el de la revista especializada. Y no sólo porque en la distancia y autonomía (relativa, pero infinitamente superior a la de las otras instancias) que permiten ambos medios se abre un grado aproximado de independencia -sin el que no hay crítica- sino porque en sí misma la forma ensayo –como modalidad específica de la escritura orientada a hacer emerger las incompletudes de cada forma del discurso, la propia inclusa- es la única dotada para llevar adelante el trabajo desmantelador (2) que espropio de la crítica.
6. No es tarea de la crítica propagar la fe en los objetos que analiza: sino al contrario poner en evidencia las trampas sobre lasque esa fe se instituye. La crítica no ha de servir a aumentar la–infundada y tramposa hasta los tuétanos- fe contemporánea en el arte(la religión de nuestro tiempo, decía ya Nietzsche): sino, alcontrario, contribuir a desestabilizar esa fe -secularizando críticamente su análisis en los términos del de los imaginarios dominantes- tanto como esté en su mano.
Y 7. La crítica ha de aceptar y afrontar con todas sus consecuencias el impacto del "devenir online" –que el escenario de los nuevos medios procura- con la carga de pérdida de autoridad que el confrontarse enun espacio multiplicado de voces conlleva. Diría que combinar ese efecto de extravío de su autoridad insitucionalizada con el compromiso radical con su trabajo desmantelador y secularizador, es el reto que por excelencia concierne a la crítica en nuestros días.
-José Luis Brea
http://salonkritik.net/06-07/2007/10/la_tarea_de_la_critica_en_siet.php
Interesante el articulo que escogiste publicar, revisando el link me encontré con otro muy bueno, “Críticos y fantasmas” por James Elkins, profesor del departamento de Historia del Arte, Teoría y Crítica en el Art Institute de Chicago.
ResponderBorrarAquí una cita: “En cierto sentido, pues, la crítica de arte goza de muy buena salud. Tanta que está tomando la delantera a sus lectores: hay más crítica de la que nadie pueda leer. Incluso en ciudades de mediana envergadura, los historiadores del arte no pueden leer todo lo que aparece en los periódicos o lo que imprimen museos o galerías. Pero, al mismo tiempo, la crítica de arte está prácticamente muerta. Se produce en masa, y se ignora en masa.”
El artículo ¿Versus? de Miguel Fernández-Cid me parece bueno también: “…No entiendo la máxima Artistas versus críticos: nos entendemos mejor mezclados que cada uno con su grupo. Aunque discrepen en un momento, si son inteligentes terminan conectando; algo que no ocurre cuando se trata de iguales, sin duda porque el debate no es de opinión sino de poderes. Sé que entre los dos, el crítico es el prescindible, pero también lo es el artista entre él y la obra, y ésta si la enfrentamos al público.”
Saludos
esto es una especie de manual para los "criticos", para la critica?, el arte no existe, mns la critica. was.....
ResponderBorrarImaginado que el arte no exista y menos la crítica, tal como propone el anónimo, me pregunto entonces, qué estatus “ontológico” le podríamos dar a aquellos que no sólo leen sino comentan los blogs de crítica para decretar la inexistencia del mismo espacio en donde presentan su identidad inexistente, de puro anónima.
ResponderBorrarAunque este de acuerdo con el punto 5, no cabe duda que disfruto mucho volviendo a leer la critica de arte que hiciera Octavio Paz ....
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