sábado, julio 14, 2007

Nueva exposición de Carlos Runcie Tanaka

Este artículo salió publicado el jueves pasado en la revista Caretas.
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Carlos Runcie Tanaka en muestra esférica dedicada al padre: “Solo Nubes”.
Con Buena Mano


A sus personajes de arcilla se acostumbraron a que las manos les salgan del vientre. Y ahora, manos y rostros cobran protagonismo para adherirse por separado y con unción a las piezas que Carlos Runcie Tanaka prepara para su próxima muestra: “Solo Nubes”.

¿Y dónde están las nubes? Pues en las esferas de vitral que para el ceramista son formas de aire y luz. Y también en las fotografías captadas desde el aire por él, su padre y su abuelo: Walter Runcie Stockhausen, aquel escocés que en 1924 llegó al Perú contratado por el Servicio Aerofotográfico Nacional. Así, el artista ofrece una mirada lanzada al cielo peruano a lo largo de tres generaciones.

Con la vista siempre puesta en su ascendencia japonesa (el mar de cangrejos de origami que inunda su casa da cuenta de ello), esta vez Runcie dedica esta exposición a su padre, Walter Runcie Montoya, quien desde su cama de hospital da la venia a las piezas que su hijo el artista le va enseñando. “Esta muestra es un agradecimiento a mi padre. Es casi un ritual personal”, explica el ceramista, cuya monumental retrospectiva “Sumballein” instalada el año pasado en la Casona de San Marcos todavía vibra en la retina.

Mitad anglosajón, mitad nipón, curiosamente los referentes artísticos de Runcie tienen el mismo origen. Inspirado en el movimiento artesanal japonés mingei, fundado por el maestro Hamada Shoji y difundido por el británico Bernard Leach, Runcie reconoce que en realidad siempre quiso ser cantautor, aunque ahora sus cuerdas vocales se han vuelto roncas y desafinan un poco. Las manos de Runcie, no obstante, se niegan a enronquecer y continúan alimentando al horno en un esfuerzo por regalarle a su padre las nubes. (Maribel De Paz)

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