La persistencia de lo efímero
Orígenes del no-objetualismo peruano:
ambientaciones / happenings / arte conceptual (1965 – 1975)
Esta exposición está dedicada a
Juan Acha y Jorge Eielson
Una etiqueta inscrita a mediados de los años Setenta por Juan Acha fue señalada para dar cuenta de formas desmaterializadas de arte que acentuaban la importancia del acto estético, confrontando con ello la supremacía del objeto estético. Un no-objetualismo que, para el caso peruano, el crítico situaba en su brote germinal a mediados de los Sesenta, teniendo en mente las primeras irrupciones del experimentalismo plástico que transforman la escena local durante aquel detonante momento.
Una apropiación restringida de esta misma categoría nos permite transitar y reconocer, en varias de estas manifestaciones preliminares, los orígenes soterrados para más recientes -y mejor conocidas- experiencias de corte conceptual. Irrupciones que van de la mano con la asimilación de tendencias en aquel momento coetáneas -como el Pop art, el Op art o el minimalismo- y que asumen, para los artistas implicados en ellas, un cuestionamiento de los parámetros del arte que mantienen pugna con aquellos otros definidos por la propia realidad.
Así, el surgimiento de las primeras ambientaciones, happenings, obras lumínicas, acciones corporales, intervenciones en el espacio, e incluso el uso de elementos perecibles como papel, fotografías, diagramas y textos; trazan una estela que, aunque no instituyen una escena totalmente vertebrada, exhiben aquí –por primera vez reunidas- rasgos similares de época que apuntan a una puesta en abismo del objeto artístico. Una erosión o señalamiento crítico de sus límites, sus convenciones y del sistema que lo sostiene.
Lo que aquí se exhibe es una reinscripción de esta experiencia –en registros y obras recuperadas- cuya visibilidad ha sido en pocas décadas amenazada tanto por el desinterés de la historia como por la precariedad misma de los soportes estrictamente materiales que les dieron existencia. Una complicidad que hubiera convertido al experimentalismo peruano de esos años en una negación radical y definitiva del objeto, y contra la cual, estos frágiles remanentes advierten ahora su ostensible vitalidad.
Una apropiación restringida de esta misma categoría nos permite transitar y reconocer, en varias de estas manifestaciones preliminares, los orígenes soterrados para más recientes -y mejor conocidas- experiencias de corte conceptual. Irrupciones que van de la mano con la asimilación de tendencias en aquel momento coetáneas -como el Pop art, el Op art o el minimalismo- y que asumen, para los artistas implicados en ellas, un cuestionamiento de los parámetros del arte que mantienen pugna con aquellos otros definidos por la propia realidad.
Así, el surgimiento de las primeras ambientaciones, happenings, obras lumínicas, acciones corporales, intervenciones en el espacio, e incluso el uso de elementos perecibles como papel, fotografías, diagramas y textos; trazan una estela que, aunque no instituyen una escena totalmente vertebrada, exhiben aquí –por primera vez reunidas- rasgos similares de época que apuntan a una puesta en abismo del objeto artístico. Una erosión o señalamiento crítico de sus límites, sus convenciones y del sistema que lo sostiene.
Lo que aquí se exhibe es una reinscripción de esta experiencia –en registros y obras recuperadas- cuya visibilidad ha sido en pocas décadas amenazada tanto por el desinterés de la historia como por la precariedad misma de los soportes estrictamente materiales que les dieron existencia. Una complicidad que hubiera convertido al experimentalismo peruano de esos años en una negación radical y definitiva del objeto, y contra la cual, estos frágiles remanentes advierten ahora su ostensible vitalidad.
Miguel López + Emilio Tarazona
Curaduría e investigación
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