miércoles, noviembre 22, 2006

Desborde y Contensión

Hoy se realizará un conversatorio sobre la primera individual Desborde y contesión, recientemente inaugurada, del joven artista Nicolás Lamas en la galería 80m2 a las 7:30 p.m. Sus reflexiones conceptuales sobre lo pictórico establecen un diálogo abierto con el minimalismo, desplazando la atención del espectador hacia la materia, su composición, y las tensiones físicas generadas en el espacio. Esta exposición marca claramente un interés distinto sobre la forma de abordar la experiencia de la pintura en nuestra escena, lo cual resulta francamente refrescante pensando en que se trata de un artista de la generación más joven.

Estarán hoy presentes Emilio Tarazona, curador en jefe de la galería; Augusto del Valle, crítico y curador de arte; el artista, quien hablará sobre su obra reciente y también sobre su trabajo previo realizado en Barcelona; y yo, que también soltaré algunas ideas al respecto. Y tal vez algún invitado sorpresa.

Reproduzco el texto que escribí para la exposición y algunas vistas de obras y de sala.
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((con))tensión y des__borde_____

La obra de Nicolás Lamas aparece, sin lugar a dudas, como una presencia insular en la joven escena del arte peruano contemporáneo. Su voluntad categórica de re-visitar lo pictórico desde todo extremo tangible hace de su obra una de las miradas más punzantes en el aún eriazo campo local de pensamiento crítico sobre el oficio.

Su trabajo es una osada puesta en escena de los límites de la representación y sus soportes. Una singular variante que bebe de la reformulación que el conceptualismo más reciente ha hecho del minimalismo, allí donde las formas geométricas no sólo impugnan la relación que el espectador establece con los cuerpos en el lugar, sino también socavan su propia presencia, desestructurando toda forma de aproximarnos al objeto.


Pero esta puesta en escena es también una puesta en abismo. Un territorio donde la pintura se permite aparecer, sin ningún prejuicio, como simple manifestación química en estado líquido o también como estructura que señala los bordes físicos de su objetualidad, en un juego de doble filo entre idea y percepción.

Juego especulativo extendido también al propio espacio: la instalación de cada pieza pretende ceñir la comprensión del lugar como parte primordial del campo semántico, re-incorporando los parámetros arquitectónicos a la esfera visible del sentido en su trabajo. Distinguiendo su naturaleza efímera a través de la realización in situ de gran parte de las obras pero también por la condición temporal que ellas arrastran, inscribiendo la ejecución y el proceso como parte de una transformación gradual, y en otros casos, permanente.


Cada obra toma así claves de lo escultórico ligando las tensiones del espacio a través de fuerzas que constriñan, dilaten, desborden y superpongan la condición física plena de cada uno de los elementos. La pintura es entonces presentada incisivamente como volumen, espesor, densidad, tamaño y consistencia, cada uno de los cuales remarca las fronteras de la materia, pero más significativamente aún, los bordes de nuestros convencionalismos al momento de permitirnos pensar la pintura.

Miguel López
Lima, noviembre 2006



[imágenes: vista de instalación y detalles de obras de Nicolás Lamas en Galería 80m2 arte&debates, 2006. fotografías de Natalia Revilla]

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