sábado, agosto 09, 2008

La pornografía es una noción política

Hace un mes se realizó el seminario FeminismoPornoPunk, un programa de discusión y producción que vinculó desde teóricos, activistas, investigadores hasta productores visuales, organizado por la filósofa Beatriz Preciado en Arteleku (San Sebastian, España). Yo tenía todas las ganas de ir pero se me cruzó con un viaje, y ahora estoy demasiado arrepentido ya que creo que me perdí algo buenísimo. Esta semana anduve revisando algunos comentarios de asistentes y participantes y aquí comparto un fragmento de una reciente entrevista -publicada en el diario Diagonal- a Preciado en torno al tema. Quizá no haga falta decir que el desarrollo teórico y crítico de Beatriz alrededor del discurso queer es NO-TA-BLE, y creo que esta entrevista en pdf, realizada por crítico y curador Jesús Carrillo, es una buena introducción sobre sus ideas y su trabajo de actual producción filosófica. Intentaré colgar pronto otros post sobre el asunto.

Copio también algunos segmentos del discurso de Beatriz sobre el Seminario en Arteleku. Pueden encontrar el programa del Seminario y su boletín en pdf aquí.
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FeminismoPornoPunk

FeminismoPornoPunk es un programa estructurado en torno a la investigación y la producción postpornográfica, la crítica de los códigos tradicionales de representación de la sexualidad y la representación multimedia de los cuerpos y las sexualidades subalternas.

Superando la oposición feminismo anti-porno/pro-porno y siguiendo los trabajos de Michel Foucault, Judith Butler y Linda Williams, este proyecto explora la pornografía como una de las tecnologías biopolíticas de producción y normalización del cuerpo, del género, de la sexualidad y del placer en las sociedades postindustriales. Este encuentro toma el dispositivo pornográfico como lugar de entrecruzamiento de tres espacios políticos y de crítica cultural, al mismo tiempo conectados y discontinuos: el feminismo como lenguaje y práctica de ampliación del horizonte de la esfera pública a partir de una crítica de la opresión de género; el movimiento queer de minorías sexuales disidentes y crítica de la normalización heterosexual y el Punk como práctica de invención de nuevas técnicas baratas de intervención crítica (“doityourself”, “become the media”), apelando a su dimensión políticamente incorrecta, sucia e irrecuperable.

Se trata de dar visibilidad a las prácticas y los discursos de reapropiación del dispositivo pornográfico como máquina de subjetivación disidente que surgen en las culturas femininistas y queer. Nos interesan las representaciones pornográficas subalternas y su capacidad para funcionar como espacios críticos y de contestación en los que redefinir las identidades sexuales y de género.

Beatriz Preciado

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"La pornografía es una noción política"


JUNE FERNÁNDEZ

El filósofo y activista queer Beatriz Preciado, autor del ‘Manifiesto contra-sexual’, ha dirigido diversos proyectos sobre la representación del sexo.

En su último libro, Testo yonqui (Espasa Calpe, 2008), describe un nuevo capitalismo farmacopornográfico, a la vez que relata su experimentación con la testosterona. Su próximo trabajo será una relectura filosófica de la historia de la pornografía, “un prisma extraordinario para entender la construcción del cuerpo, del placer y de la identidad sexual”.

DIAGONAL : ¿Qué querías abordar con el cocktail de conceptos Feminismopornopunk ?

BEATRIZ PRECIADO : Me interesaba hacer resonar el punk y el porno contra la noción de feminismo, que por una mezcla de desinformación y garrulismo machista, se piensa a menudo como una teoría política antipornográfica, asexual y gazmoña. El feminismo postporno y el movimiento punk comparten un cierto gusto por el feísmo, una estética barata y anticonsumista, y la conciencia de que buena parte de la batalla política se libra en el cuerpo. Son dos de los movimientos más radicales y lúcidos de la segunda mitad del siglo XX. Quería generar redes de intercambio entre las nuevas generaciones y los activistas internacionales creadores del movimiento. El reto era abrir un diálogo desde la pluralidad, la contaminación entre gays, lesbianas y trans ; drag kings y superféminas ; lo global y lo local...
(...)

D. : ¿Qué es el postporno ?

B.P. : Es el efecto del devenir sujeto de aquellos cuerpos y subjetividades que hasta ahora sólo habían podido ser objetos abyectos de la representación pornográfica. A finales de los ‘80, en plena crisis del sida, las mujeres y las minorías se reapropian del dispositivo pornográfico y reclaman otras representaciones y otros placeres que cuestionan la mirada del gran eyaculador blanco heterosexual. El movimiento postporno nos enseña que la pornografía es una noción esencialmente política : no existe sin leyes y técnicas que definan los límites de lo públicamente visible, restrinjan su distribución y recepción, y regulen la mirada. Estas leyes y técnicas privilegian el placer masculino heterosexual y normalizan los modos de hacer sexo. El movimiento postporno propone una ampliación de la esfera pública pornográfica que permita miradas críticas y disidentes.

D : ¿Es necesariamente LGTB ?

B.P. : En absoluto. Cuestiona las dicotomías tradicionales, por lo que es crítico también con la representación normativa de las sexualidades lesbianas, gays o trans. Este trabajo crítico es más intenso en el movimiento queer, debido al trabajo asociativo y de lucha política, pero afecta también a la heterosexualidad : no hay más que ver el trabajo de directoras como Erika Lust, Sandra Uve o María Llopis. Shar Rednour o Tristan Taormino enseñan a las mujeres heterosexales en sus películas a penetrar analmente a sus amantes masculinos, rompiendo una de las normas fundacionales de la heterosexualidad : la impenetrabilidad de los hombres.

D. : ¿No se queda en la élite o en las minorías ?

B.P. : No es elitista sino profundamente corporal y político. Se trata de un espacio de experimentación y de crítica en el que inventar nuevos imaginarios y crear representaciones que cuestionen el modo habitual de mirar y de sentir. Debemos dejar de considerar al consumidor de pornografía como si fuera un ojo siempre estúpido y acrítico. Ahora existe un masturbador informado que sabe dónde buscar representaciones alternativas a la pornografía tradicional.


[imagen: "The Breast Cancer Ballet", Annie Sprinkle and Elizabeth Stephens]

2 comentarios:

Oe dijo...

http://lovicio.blogspot.com/2008/06/cholotube.html

Unknown dijo...

me parece interesantisimo este tema, justamente es lo que trabajo en el campo del arte. Soy casi licenciada en artes visuales y te agradeceria que si tuvieras mas info de este tema lo compartieras conmigo..
un abrazo y muy bueno el blog..
Tamara